Jorge Sharp: “Teníamos en Valparaíso muchas tareas pendientes antes de construir una nueva forma de relación con el mundo privado”
El alcalde de Valparaíso busca lanzar un plan que intenta consensuar con los actores involucrados y que movilice inversiones por US$600 millones. El pacto pasa por reformular el proyecto del terminal 2 de la Empresa Portuaria de Valparaíso, con un muelle para cruceros y un plan maestro para el borde costero. Sharp niega desconfiar del sector privado. “El mundo privado ha sido parte de mi formación desde pequeño”, afirma.
En los siete años que lleva a la cabeza del municipio de Valparaíso, el alcalde Jorge Sharp no ha estado ajeno a las polémicas con el mundo privado, principalmente con empresas cuyos proyectos se vieron paralizados por considerarlos ilegales o porque no eran adecuados al modelo de desarrollo que se pretendía en Valparaíso.
Hoy Sharp dice que está dando otra batalla. “El nivel de decrecimiento que ha tenido la ciudad, por lo menos hace seis décadas, requiere de un esfuerzo proporcional al problema”, señala. Para ello, se ha embarcado en un plan que busca una inversión por US$ 600 millones en el puerto.
A fines de agosto, lanzará un acuerdo con la empresa portuaria, el gobierno regional y el municipio, que tiene por finalidad empujar puerto y ciudad en un proyecto común. Su expectativa es que este acuerdo no sólo logre destrabar la licitación, sino también generar confianza e impulsar a los privados a invertir en Valparaíso, especialmente hoy cuando la gran inversión privada está prácticamente detenida.
Los gremios empresariales dicen que las inversiones están detenidas en Valparaíso.
-No, no es así. Creo que hay desconocimiento y desinformación en esas opiniones. Nuestra gestión ha logrado poner en marcha, solo en el plan de Valparaíso, inversiones públicas que superan los $65.000 millones desde la avenida Argentina hasta el Barrio Puerto. Inversiones que se encuentran tanto en fase de diseño como de ejecución y que van a suponer una transformación urbana del plan de Valparaíso en los próximos cuatro años. Estamos hablando de inversiones como el Parque Barón, que ha sido revalorizada en $35.000 millones, de inversión pública en arterias como Pedro Montt, Francia, avenida Argentina, Uruguay, plazas y paseos como la Plaza Sotomayor o la avenida Brasil.
Esos proyectos son inversión pública. ¿Qué pasa con la inversión privada?
-La inversión privada en la ciudad de Valparaíso ha estado más orientada a inversión privada de pequeña escala.
Entonces, grandes inversiones no hay.
-Grandes inversiones privadas en los últimos 15 años en la ciudad de Valparaíso no se han visto como nos gustaría.
¿Y por qué pasa eso?
-Yo pienso que Valparaíso es una ciudad que requiere un estatuto y un trato especial. El 95% de los inmuebles patrimoniales son privados y ahí se produce el fenómeno de la especulación, esperando mejores condiciones de compra, pero también hay mucho privado que no tiene la capacidad de poder desarrollar un proyecto de recuperación de su inmueble, porque hoy día es extremadamente caro, por lo tanto no existen los incentivos ni los apoyos económicos, tributarios o sociales, precisamente de parte del Estado, para poder habilitar ese tipo de inversión.
Revisando las cifras, no hay proyectos inmobiliarios nuevos ingresados este año, y del sector indican que es porque la experiencia que han tenido ha sido mala. ¿Qué está dispuesto a ceder para que esos proyectos lleguen?
-No sé si se trata de quién cede, pienso que tiene que ver con otra cosa. Hoy día es más evidente que antes la propuesta de desarrollo que tenemos para la ciudad y cuáles son las reglas. Y si hay algo que entiendo que al mundo privado y en particular al inversionista inmobiliario le interesa es, precisamente, tener las reglas claras. Además, Valparaíso no es la ciudad con más permisos de edificación objetados en Chile, ni por lejos. Y los permisos que han sido objetados fueron otorgados por la administración anterior. Tenemos un escenario muy interesante en la ciudad y puede generar una oportunidad de inversión importante.
Usted, el municipio, ¿tienen parte de responsabilidad en todo esto?
-Sin duda, y por eso estamos trabajando. El problema fundamental de la ciudad es que su estrategia de desarrollo ha estado ausente. Y nuestro trabajo prioritario en el primer período fue construir junto a la comunidad esa estrategia, que ya existe y está enmarcada dentro de nuestro plan de desarrollo comunal. Tenemos hoy una forma de gestión del patrimonio completamente distinta y un nivel de inversiones públicas que la ciudad no había visto en los últimos años, que esperamos contribuyan a un clima que permita que el inversionista privado vea en la recuperación de Valparaíso una oportunidad. Para llegar a ese punto hubo que trabajar mucho. En esto Valparaíso ha estado solo: el Estado nos abandonó.
La apuesta por el puerto
¿En qué consiste el plan de desarrollo del que habla?
-Tenemos una oportunidad muy interesante, que hemos estado trabajando en el último año, en un diálogo que hemos ido desarrollando con la Empresa Portuaria del Valparaíso (EPV), a partir del deseo de expandir el puerto, el cual ha intentado desarrollar en los últimos 15 años sin éxito, básicamente porque no ha sido capaz de conversar suficientemente con la ciudad para poder empujar puerto y ciudad juntos, en un proyecto común. Hoy estamos ad portas de dar a conocer un Acuerdo por el Desarrollo de Valparaíso, en el que participa EPV, el municipio y el gobierno regional, y que va a tener el apoyo de toda la ciudad.
¿Cuál es el acuerdo?
-Implica expandir el puerto para hacerlo más competitivo y producir de esa forma más empleo directo como indirecto. Lograr que el puerto pueda potenciar otros motores productivos de la ciudad, a partir de la construcción de un muelle de cruceros al frente del terminal de pasajeros que hoy día existe en el borde costero de Valparaíso, para convertirnos en una ciudad líder del Pacífico Sur de este tipo de industria turística. Además, queremos construir un plan maestro de desarrollo de obras de todo el borde costero, desde la playa de Las Torpederas hasta el Paseo Juan de Saavedra, para recuperar los múltiples usos económicos, productivos, científicos, culturales, recreativos que tiene el borde costero. Y, lo más importante, resolver el problema de la ausencia del aporte económico de la actividad portuaria a la ciudad. Esto puede generar un cambio bien importante en el clima en la ciudad. Estamos hablando de una inversión que debiese alcanzar al menos los US$ 600 millones el año que se va a ejecutar, el 2029.
¿Qué condiciones le están poniendo a la empresa portuaria?
-La empresa portuaria retira el T2 (terminal 2), que era un mal proyecto para la ciudad, lo reformula, asume el compromiso con un muelle de cruceros, de desarrollar un plan maestro de obras de todo el borde costero y de construir un mecanismo junto al municipio para lograr los aportes económicos a la ciudad.
¿Está pensando en un mecanismo de pago al municipio por qué vía?
-Los mecanismos para eso pueden ser variados. No necesariamente el impositivo. De hecho, con el clima que hoy vive el país, crear un tributo adicional no es lo mejor, creo que existen otras condiciones en el marco del ordenamiento jurídico vigente.
¿Usted ha planteado un pago por carga transferida, por ejemplo?
-Sí, claro, nosotros pensamos que si se gravara con dos dólares cada tonelada de carga transferida en el puerto de Valparaíso, si consideramos que el año 2022 se movieron aproximadamente 10 millones de toneladas de carga, anualmente la ciudad podría recibir $15 mil millones. Eso equivale a construir dos centros de salud familiar o dos consultorios, cuatro escuelas, a pavimentar en un año tres cuartas partes de las calles de la ciudad que se encuentra pendientes de pavimentación, a construir una costanera nueva, a recuperar 8 edificios patrimoniales. Lo que queremos con este acuerdo con el puerto es construir un camino común para el desarrollo de Valparaíso y este acuerdo queremos que el Estado lo recoja, queremos que el Presidente de la República lo recoja, porque desde la perspectiva más general, Chile requiere desarrollar un programa vigoroso de inversión portuaria para poder mantener y fortalecer su posición geoestratégica en el Pacífico Sur.
Este acuerdo, ¿lo ha socializado con el Presidente?
-Lo hemos estado trabajando con el gobierno y esperamos que concurra al acuerdo también. Hay una política de actualización del desarrollo portuario logístico que está buscando el Ministerio de Transportes y pensamos que este acuerdo va en la línea de lo que el gobierno está planteando.
¿Su expectativa es que con este acuerdo los privados vuelvan a invertir en Valparaíso?
-La invitación que desde el municipio nos gustaría hacer al mundo privado es que no esperen que la ciudad esté en las condiciones óptimas para poder invertir, sino que más bien vean en el proceso de recuperación de la ciudad una oportunidad para invertir. Hoy día hay muchas condiciones para poder actualizar una alianza público-privada.
En lo personal, ¿que lo llevó a cambiar su apreciación y discurso sobre los privados y buscar su apoyo?
-Le voy a contestar de forma personal. Para mí no es algo antinatural. Pareciera que he tenido un cambio radical de la forma de pensar respecto a la inversión privada, pero mi hermano es emprendedor en Punta Arenas, mi papá trabajó durante 30 años en la empresa privada e incluso fue parte en algún momento de la Cámara Chilena de la Construcción. Mi abuelo partió de cero y le dejó a mi familia una empresa familiar que es muy importante en materia comercial de Punta Arenas. El mundo privado ha sido parte de mi formación desde pequeño, no es un mundo ajeno en ningún caso.
Quizá sus declaraciones y desencuentros con inversionistas dejan esa impresión...
-Lo que quizás no fuimos capaces al inicio de transmitir era que teníamos en la ciudad muchas tareas pendientes previas antes de construir una nueva forma de relación con el mundo privado, porque teníamos un municipio corrupto, teníamos que dar las peleas por la transparencia en la institución pública, no teníamos planificación estratégica, teníamos retrasos en cosas que nos ponían en los años 80 en Valparaíso. Hoy día estamos en un plano completamente distinto y a mí no me desagrada, sino todo lo contrario, creo que es muy interesante el aporte que le puede hacer el mundo privado a una ciudad como Valparaíso. Se lo dije hace poco al expresidente de la Sofofa, Richard von Appen, con el que tuve la posibilidad de reunirme. Tuvimos en esa conversación varias coincidencias, particularmente en lo que corresponde a puerto y en otro tema, que es que hay que insistir en Valparaíso con la inversión ferroviaria.
¿Va a dar la pelea por el tren?
-El Acuerdo por Valparaíso nos va a dar un camino para proponerle nuevamente al Estado reconsiderar a Valparaíso en cuanto a su plan de inversiones ferroviarias. El acuerdo portuario va a ser importante porque nadie se espera que podamos destrabar una inversión de US$ 600 millones. Todos creen que la inversión portuaria en Valparaíso está detenida y que no hay caso porque la ciudad no la quiere, porque el alcalde no lo quiere. Entonces, la señal que vamos a dar es muy potente porque tiene puesto también el desarrollo de la ciudad y porque puede ser el camino para otras inversiones grandes, como por ejemplo San Antonio.
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