Una mirada a los impactos que tendrá para Latinoamérica y El Caribe las próximas elecciones de Estados Unidos fue el análisis que realizó BMI Research, una filial del Grupo Fitch. La mirada si bien contó con los casos que gane Kamala Harris, vicepresidente de Estados Unidos, o Donald Trump, expresidente de la superpotencia, planteó que el escenario más probable hasta la fecha es que gane Harris, pero sin mayoría en el Congreso. Mientras que, si se impone Trump, el Congreso de Estados Unidos debería estar a su favor.
Desde BMI Research explican que Harris no ha presentado medidas que aumenten el gasto fiscal de Estados Unidos más allá de lo que existe y que se proponen medidas para ir en ayuda de las personas de menos recursos, con cargo a impuestos a las empresas y mayores rentas. Mientras que, Trump plantea recortes de impuestos más amplios y medidas proteccionistas, que plantean un temor de una presión inflacionista u otra guerra comercial, como la que impulsó contra China durante su mandato.
“Creemos que América Latina estaría mejor, desde una perspectiva económica, si Harris fuera elegida, lo que es en gran parte un reflejo de su postura menos proteccionista en cuestiones comerciales, y nuestra expectativa de que una presidencia de Harris sería menos catalizadora de la volatilidad en los mercados financieros”, comentó Conor Beakey, responsable de la investigación para América Latina de BMI.
Desde BMI apuntan a que Harris ayudará a avanzar con el desarrollo de la transición ecológica y nearshoring o externalización de su producción a terceros. Así, Beakey destacó a Chile como uno de los países beneficiados por ser uno de los “grandes productores de importantes minerales y metales de transición verde, que representan más del 3% y el 50% de las reservas mundiales estimadas de cobre y litio, respectivamente”.
Mientras que, ante este contexto, los países productores de petróleo de la región se verían afectados si Harris avanza con la transición hacía el uso de los vehículos eléctricos.
“El impacto en los principales productores de petróleo de América Latina se verá parcialmente compensado por una relajación de las condiciones financieras a través de tipos de interés más bajos en EE.UU. y un dólar más débil, pero un descenso de los precios de los hidrocarburos actuaría o se sumaría a las presiones fiscales y externas a las que ya se enfrentan varios mercados de la región, y más notablemente Ecuador, que ya está siendo sometido a un programa del FMI que se basa en algunas proyecciones macroeconómicas muy optimistas”, comentó.
Aunque también se ve una presión si gana Trump, desde BMI ven una sobre producción de petróleo ante la expectativa de que sobredimensione el protagonismo que tendrán el crudo en la economía de Estados Unidos
Otro de los efectos de la victoria de Harris sería una seguridad fronteriza más dura que la actual, pero también buscando mejorar las relaciones con los países de la región. Esto, en función de que estos tengan un manejo en línea con las expectativas de una democracia plena. Mientras que, para casos como Cuba, Nicaragua y Venezuela se esperan sanciones más selectivas. El objetivo de esto sería reducir la presión económica sobre estos países y con ello reducir la inmigración que caracteriza a estas naciones.
Mientras que, en caso de que gane Trump, se espera una política comercial internacional muy transaccional y proteccionista con respecto a América Latina, dicen desde BMI.
“La amenaza de promulgar aranceles elevados a las importaciones debería verse principalmente como una táctica de negociación que permitiría a EE. UU. solicitar concesiones económicas y políticas”, estimó Ashkan Khayam, analista senior de riesgo para América Latina de BMI.
Khayam ve en la administración de Trump la posibilidad de mayores sanciones a países como Cuba y Venezuela, junto con terminar las relaciones comerciales con Nicaragua. Además, de buscar aliados para generar medidas que detengan el flujo migratorio hacía Estados Unidos.
“Es difícil decir exactamente qué obtendrán de Trump, aparte del apoyo retórico y diplomático, pero no descartamos que el gobierno estadounidense pueda facilitar los lazos empresariales y comerciales, que posteriormente podrían generar flujos de inversión”, agregó Khayam, quien ve que el presidente de Argentina, Javier Milei, es probablemente el que más se beneficie de un aumento de los lazos con la administración Trump.
Además, las elecciones en Brasil, Colombia, Perú, Honduras y Chile podrían pasar a un gobierno de derecha, lo que sería bueno para Trump, según Khayam. Esto a su vez, significaba que las naciones pro Trump podrían beneficiarse de inversión de la superpotencia, en línea con su mandato anterior y con el objetivo de reducir la presencia de la influencia de China. “Sin embargo, la ayuda sustancial sigue siendo incierta, ya que las políticas más importantes de Trump dan prioridad a los intereses estadounidenses”, comentó Beakey.
Entre las consecuencias negativas de una llegada de Trump al poder aparecer un alza en el tipo de cambio. “Una presidencia de Trump podría plantear a la región un gran repunte del dólar, impulsado una mayor aversión al riesgo asociada con el creciente riesgo de interrupciones del comercio, y tasas de interés más altas vinculadas a los temores de la Trumpflation”.
“Existe la posibilidad de que haya una mayor demanda de activos de riesgo estadounidenses si los beneficios empresariales se ven impulsados por la agenda desreguladora de Trump”, agregó Conor Beakey.
Ante este escenario, los bancos centrales de la región se verán presionados a tomar medidas para controlar la volatilidad en el tipo de cambio y generará presiones para economías con su moneda debilitada, como Argentina y Bolivia. Las deportaciones masivas prometidas por Trump también son identificadas como una presión, por los efectos económicos y sociales que tiene que un gran número de personas retorne a sus países.
Impactos para Chile
Sobre el contexto para Chile, Julia Sinitsky, analista de riesgo país de Fitch Solutions, estima que en las próximas elecciones gane un candidato de centro derecha y que exista estabilidad política. En esa línea, Sinitsky no plantea mayores reparos sobre cómo el país enfrenta una elección entre Harris y Trump.
“A pesar de un mayor déficit este año y un ligero aumento de la carga de la deuda, no estamos especialmente preocupados por las perspectivas fiscales o el nivel de la deuda de Chile. Esto se debe al hecho de que la mayor parte de la deuda de Chile es interna y también al hecho de que Chile tiene un Congreso conservador que restringe el gasto deficitario adicional”, comentó planteando un contexto que el déficit fiscal de Chile se revisó al alza para del 2024 (de 2,3% a 2,9% del PIB) y se prevé que se reduzca a 2,5% el próximo año.
Además, agregó que, “prevemos que la deuda como porcentaje del PIB rondará el 40% del PIB en los próximos años, ligeramente por debajo de la media regional”.
Ante este contexto, Sinitsky resaltó que no existe una gran diferencia para Chile si gana Trump y Harris, como efectos particulares para el país. La analista estima que recursos tan importantes para el país como el cobre, tendrán un buen desempeño en ambos casos.