La bomba que detonó Santander en Transbank
La movida del banco español de decidir no renovarle el contrato de adquirencia a Transbank está siendo analizada por la industria bancaria, que ha sostenido elevadas reuniones en los últimos días. Los caminos son muchos, pero asoma con fuerza la idea de que ocurra un efecto dominó.
El huracán Santander zamarreó a todos sus competidores. El banco español, que tiene un 24,99% de la propiedad de Transbank, envió una carta el 27 de septiembre notificando a sus socios que no renovará el contrato de adquirencia que tiene con la entidad, de la cual el Banco de Chile tiene el 26,15% de la propiedad, mientras que la otra mitad se divide entre otros 10 bancos.
¿Qué implicancias tiene esto?
Actualmente, Transbank es operador y adquirente, por lo que procesa las operaciones de compras con tarjetas en el comercio y, al mismo tiempo, a través de un mandato de delegación conjunta que entregaron los bancos socios, afilian a los comercios para que acepten las tarjetas de las instituciones financieras mediante los dispositivos especializados (POS), por lo que cobran una comisión (llamada en la industria merchant discount), que es regulada por el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC).
Reuniones y reacción de la competencia
Hasta ahora, el banco español ha estado silente respecto de la bomba que significó su carta, esto debido a que el presidente ejecutivo de la entidad, Claudio Melandri, y el gerente general de la entidad, Miguel Mata, están en la reunión anual del Fondo Monetario Internacional en Bali. Los dos principales ejecutivos volverán la próxima semana a Chile y se reunirán con Transbank para explicar con mayor detalle los alcances de su decisión.
Una vez que ocurra esto, la alta dirección de la entidad adquirente, presidida por el ex Banco de Chile Fernando Cañas y gerenciada por el también ex Chile Alejandro Herrera, sociabilizará los alcances de la decisión de Santander con el resto de los bancos que son socios de Transbank, para que así, con toda la información más detallada, los directorios de las entidades financieras puedan tomar decisiones relevantes respecto del rumbo que tomarán ante este nuevo escenario. El Banco de Chile y el Bci decidirán su estrategia de aquí a noviembre y, desde ya los directorios les pidieron a sus gerencias que elaboren distintas alternativas para estudiar, entre ellas seguir los pasos de los españoles y vender.
Distintos escenarios y posible compra de Multicaja
El efecto Santander podría ser seguido por sus competidores más cercanos, sobre todo si bajan las tasas de intercambio (que es la remuneración que un adquirente tiene que pagarle a un emisor) que publicarán prontamente Mastercard y Visa.
¿Qué pasaría con el espacio que dejarían los grandes bancos si se van de Transbank? Probablemente, tendría que ser llenado o prorrateado por los más pequeños que quieran quedarse, o bien, todos venderían su participación. ¿Quién compraría? Si esto ocurriera, a los bancos les interesa que sea un jugador solvente y confiable, pues esta entidad seguiría siendo la operadora con la red más grande del mercado. En ese sentido, algunos indican que Mastercard o Visa podrían comprar a Transbank.
De hecho, hubo conversaciones con Visa hace algunos años por parte de algunos accionistas de la entidad local, pero las tratativas no llegaron a puerto.
Otra derivada es que algún banco que decida salirse de la delegación conjunta que existe actualmente defina hacer adquirencia por sí solo vía switch con las grandes emisoras de tarjetas internacionales, es decir, generar su propia red con el comercio y partir desde cero. Si se diera esta alternativa, en la industria son varios los altos ejecutivos y directivos que especulan que Santander solo o con Mastercard podrían comprar a Multicaja, competencia de Transbank y que desde el próximo año operará con las tarjetas Visa, además de las Mastercard que ya pueden aceptar sus máquinas.
De acometerse lo anterior, comentan altas fuentes de la industria, Visa y Mastercard lograrían ejercer una importante presión para instalar su modelo mundial en Chile, que es el de las operaciones vía tasas de intercambio. Hay quienes creen que Mastercard habría negociado con Santander esta jugada para desarmar el modelo actual -y único- que tiene Chile.
De esta forma, Santander pasaría a ser un retador que haría adquirencia y haría crecer la red de la empresa ligada a Javier Etcheberry. "Es paradójico, porque Multicaja, que siempre ha tenido que luchar contra el monopolio de Transbank, podría convertirse en David que venció a Goliat y ganaría valor, mientras que su competidora perdería valor", comenta un conocedor de esta industria.
El modelo de adquirencia no sería nuevo para Santander. En España, en 2012 alcanzaron un acuerdo con Elavon, líder mundial en servicios de pago, para desarrollar conjuntamente el negocio de servicios de pago a través de terminales punto de venta en comercio para tarjetas de crédito y débito. Lo mismo hizo en 2014 en Brasil con la operadora GetNet.
Conflictos de intereses y posibles compradores
Si Santander decidiera salirse de Transbank y, eventualmente, comprara Multicaja, estaría obligado a vender su 24,99% de la actual red chilena. Lo anterior, porque por potenciales conflictos de intereses no podría tener directores o ser socio de dos empresas de adquirencia que sean competencia.
¿A quién le vendería, teniendo en cuenta que Transbank tendría menos valor al estar presionado por un entorno más competitivo? Se comenta que players regionales como Evertec podrían estar interesados, incluso actores chinos. Fuentes de la industria revelan que incluso fondos de inversión de EE.UU., Canadá y Australia estuvieron evaluando el negocio el año pasado. El valor libro de Transbank hoy está en torno a US$ 90 millones.
Ojo con la competencia
Hay voces que sostienen que si ocurrieran todos estos cambios, habría que tener cuidado con los posibles mayores costos de este entorno más competitivo y que no suceda el "efecto que ocurrió con la Tasa Máxima Convencional, donde la gente que se fue del sistema financiero terminó pagando 50% o 100% más de tasas que lo que pagaba cuando era sujeto a crédito por los bancos", sostienen.
Un alto ejecutivo de un banco advierte que "será un problema para los bancos más pequeños salirse de Transbank, porque los costos de la empresa se harían más caros, por lo que podría significar una medida anticompetitiva para los bancos menos grandes".
Hay otros actores del ecosistema de pagos que tienen otra visión y que están pendientes de las tasas de intercambio que en las próximas semanas o meses dará a conocer Mastercard y Visa.
"Estas tasas determinarán un equilibrio para que exista una expansión de los medios de pago en la emisión, pero también generar un ecosistema que permita que entren nuevos adquirentes al mercado, pero que los que existan también se puedan expandir", sostiene un actor, y agrega que "si no hay más adquirentes, no va a haber necesariamente una expansión con la velocidad requerida, no estarán las mejores tecnologías, no estará el interés de traer dispositivos de pago distintos que permitan captar transacciones que con un POS tradicional hoy no se pueden hacer".
El espacio para nuevos actores es grande, porque si bien hay alrededor de 40 millones de tarjetas para 17 millones de habitantes y la bancarización de la población está en torno a 76%, la penetración de los pagos electrónicos de tarjetas sobre el consumo de los hogares es de 33% y actores del mercado estiman que para alcanzar un nivel desarrollado se tiene que llegar a un 50%.
Espacio de crecimiento existe. Hoy, hay alrededor de 200 mil comercios adheridos a Transbank, pero el gremio del comercio indica que el universo posible son 700 mil en total en Chile.
Otros que quieren que entren más competidores al mercado afirman que los emisores de prepago podrían estar interesados en emitir tarjetas Visa o Mastercard, como las cajas de compensación. "Cada día será más relevante que las emisoras se puedan diferenciar en sus propuestas de valor y alianzas con los comercios, que sería aparentemente lo que hará Santander.
Otras alternativas
Un director de uno de los principales cuatro bancos privados del país afirma que "desde que el TDLC lanzó su recomendación normativa el año pasado de abandonar la delegación conjunta en Transbank, los rumores indicaban que Santander se iba a separar del resto y eso finalmente pasó. Es más, desde ese hito que cada banco está estudiando qué camino tomar".
Otro directivo reconoce que el escenario que dejó sobre la mesa la entidad española "es complejo" y agrega que "hay un tema no resuelto, porque por un lado los bancos somos socios en Transbank en Chile, pero, por otro lado, el mundo está cambiando y casi todos los países se están moviendo hacia la liberación de los medios de pago.
Lo que vaya a pasar dependerá de la estrategia que tome cada banco, todos están trabajando en eso y no hay una solución fácil, porque al final somos dueños de algo que ha sido un buen negocio, pero por otro lado sabemos que no va a durar mucho más".
La misma fuente anterior consigna que "cada vez hay más formas de pago, entonces no me extrañaría que cada banco cree un camino propio o que se asocien con empresas más pequeñas o fintechs de soluciones de pago. Es difícil que lleguen otros adquirentes a competirle a Transbank porque el mercado chileno es chico".
Fuentes de la industria indican que si los otros bancos grandes vendieran su parte de Transbank, lo más probable es que no decidan ser adquirentes, dado que apostarían por tercerizar este servicio a alguna red local, o bien, migrar hacia la adquirencia directa con el comercio vía pagos desde aparatos móviles.
Voces del mercado
Juan Manuel Matheu, gerente general corporativo de Falabella Financiero (que controla al Banco Falabella), al ser consultado por todos los cambios que están debatiéndose en la industria, señala que "estamos en un momento donde se está discutiendo esto en todos los países. Creo que va a haber cambios en el corto plazo. Es muy importante para los clientes y para el retail tener más y mejores soluciones".
En tanto, Javier Etcheberry, socio y presidente de la principal competidora de Transbank, Multicaja, comenta que "lo de Santander va a remecer al mercado. El TDLC dijo en enero del año pasado que tiene que acabarse la delegación conjunta, entonces si Santander renuncia a esto es una señal muy potente, porque es el principal dueño de Transbank junto al Banco de Chile. Me parece que dos más dos son cuatro y que los otros bancos van a empezar a hacer lo mismo, y si no, el tribunal los va a obligar".
Pero todo eso dependerá del plan que tiene Santander. Hasta ahora solo ha planteado a Transbank que no renovará el contrato de adquirencia, nada ha comunicado sobre su permanencia como accionistas, ni cómo operará la adquirencia a partir del próximo año. De esas definiciones dependerán las próximas movidas de la industria.
Arriendo de redes y equipos a otros adquirentes, además de cobros por recaudación: las posibles reinvenciones de Transbank
Hay ejecutivos de la industria que creen que la suerte que se jugará en el mercado de la adquirencia no pasará exclusivamente por las tasas de intercambio que prontamente definirá Mastercard y Visa, que podrían allanar el camino a que entre nueva competencia al sector.
En efecto, comentan que también se abre la posibilidad de que Transbank diversifique sus fuentes de negocios e ingresos provenientes del comercio a cambio de valor agregado.
"Tienen que diversificar su estructura de ingresos para poder competir en un escenario de mayores players, como financiamiento o servicios de contabilidad (en ese caso tendrían que modificar o ampliar su giro). Es su gran desafío", dicen.
Otro ejecutivo de la banca expresa que "dada la amplia red de Transbank, la empresa podría abrir su red de POS a otros adquirentes y cobrar por arriendo y por recaudación".
Funcionamiento del sistema y de las tasas
Según un estudio del ingeniero de la Universidad de Chile, Diego Martínez, en el caso de los esquemas de cuatro partes, y con el objetivo de que el sistema cuadre en cuanto a costos e incentivos, debe existir una comisión desde los adquirentes hacia los emisores, pues los primeros requieren acceso a las redes de los segundos para procesar adecuadamente una transacción.
Este pago se conoce como las "tasas de intercambio" (interchange fee en inglés). La tasa de intercambio tiene un componente fijo (flat fee) y uno variable según el monto de la transacción. De esta forma, el pago de los emisores hacia los adquirientes es equivalente al precio del producto o servicio transado menos la tasa de intercambio.
Por su parte, el adquirente, quien se relaciona directamente con el comercio, es remunerado a través de la "tasa de descuento" (merchant discount en inglés). Esta comisión, en un mercado perfectamente competitivo de adquirentes, debiera converger al valor de la tasa de intercambio más el costo marginal por transacción. Es común que los merchant discount varían su composición según rubro y volumen de la transacción, al igual que las tasas de intercambio.
Respecto de las tasas de intercambio, estas eran, en un principio, definidas colectivamente entre las instituciones financieras y las marcas. Con el paso de los años, se identificó esta tarifa como un elemento crítico para el buen funcionamiento del sistema, por lo que, en muchos países, se tomó la decisión de que el proceso de fijación de las tasas de intercambio fuera realizado por estudios independientes, con base en análisis de los costos y beneficios reales del mercado.
Finalmente, existen las assesment fee, que corresponden a las comisiones que deben pagar adquirientes y emisores a las marcas de tarjetas por cada transacción realizada con tarjeta de crédito, por concepto del uso de las licencias de estas marcas.
Crecimiento anual de los medios de pago que no sean en efectivo sería de 7,1% hacia 2020
Los medios de pago en tarjeta y digitales están creciendo fuertemente en el mundo.
Según la biblia de datos y proyecciones de la industria de pagos, el estudio World Payments Report 2017 (elaborado por Capgemini y BNP Paribas), estiman que habrá una tasa de crecimiento anual compuesto de 10,9% en los medios de pago que no sean en efectivo entre 2015 y 2020 en el mundo. Para Latinoamérica esperan que el alza sea de 7,1% y que se alcancen unos 55.200 mil millones de transacciones.
El volumen de transacciones globales de medios de pago que no sean efectivo creció 11,2% en 2014-2015 y alcanzó un total de 433,1 mil millones de operaciones. El incremento estuvo tirado por los mercados desarrollados, que se expandieron 21,6% en el lapso indicado.
En 2015, las tarjetas de débito explicaron un 46,7% de dichos medios de pago, seguido por los plásticos de crédito, que totalizaron un 19,5%.
El estudio consigna que América Latina también promete un crecimiento constante para los próximos años, "con altos niveles de innovación digital que tienen lugar a medida que los bancos se alejen de sus estrategias tradicionales de banca minorista e invierten en tecnologías digitales, incluidas aplicaciones móviles, POS y e-commerce.
Agregan que "el incremento de nuevas tecnologías en los medios de pago están obligando a un nuevo ecosistema en los sistemas de pago". En ese sentido, añaden que "los bancos deben abrazar esta oportunidad y ofrecer su colaboración a otras entidades, como las fintechs o terceros desarrolladores".
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