El Banco Central informó esta mañana que en el primer trimestre de 2020, la actividad económica creció 0,4% con respecto a igual período del año anterior, lo que a priori podría considerarse una noticia relativamente alentadora, considerando el escenario.
Claro porque la cifra no sólo es mejor al -2,1% del cuatro trimestre 2019, marcado por el estallido social, sino también a la estimación preliminar del propio emisor (en base a los Imacec), que había calculado una contracción de -0,1%.
La economía chilena logra así evitar la recesión técnica.
El trimestre presentó un día hábil más que el mismo periodo del año anterior y un día adicional debido al año bisiesto. El efecto calendario resultó igual a 0,4 puntos porcentuales.
Aún así, hay que recordar que el mayor impacto del coronavirus en la economía se espera para el segundo trimestre del ejercicio.
De acuerdo al instituto emisor, el primer trimestre se vio incidido por las medidas –"decretadas por la autoridad sanitaria o adoptadas de forma voluntaria por la población"– para la contención del contagio del Covid-19 a partir de marzo, “las que impactaron en forma significativa en las actividades de educación, comercio, transporte y restaurantes y hoteles, entre otras”.
Desde la perspectiva del gasto, lo anterior se vio reflejado principalmente en el consumo de hogares.
Desde la perspectiva del origen, las principales actividades que contribuyeron al resultado fueron minería, servicios financieros y construcción. Este resultado fue parcialmente compensado por las actividades que se vieron afectadas por la emergencia sanitaria.
Demanda e inversión
Con todo, y como era de esperarse, la demanda interna cayó 2,6% anual, arrastrada por el consumo de los hogares, que presentó la mayor contracción, con una variación de -2,2%, explicada por la suspensión parcial de clases y las restricciones impuestas a la movilidad de las personas y al funcionamiento de establecimientos del comercio, alimentación y actividades de esparcimiento.
Lo anterior implicó que el gasto en servicios registrara la principal incidencia negativa, seguido por el gasto en bienes durables, destacando en este último la caída en las compras de vehículos y bienes tecnológicos.
La inversión también se vio afectada por la coyuntura. La entidad dirigida por Mario Marcel reveló que la formación bruta de capital fijo (FBCF) mostró un menor crecimiento que los trimestres previos, registrando una variación de 0,4%.
“Si bien la construcción presentó un dinamismo superior al del trimestre anterior, la caída en la inversión en maquinaria y equipos compensó parcialmente este resultado. Finalmente, la variación de existencias incidió a la baja en el resultado, exhibiendo un ratio nulo sobre el PIB, a precios del año anterior”, dijo la autoridad monetaria.