La imparable alza de la micromovilidad
Los dos retiros del 10% de las AFP, la reticencia a usar el transporte público y la creación de nuevos modelos de negocios, donde el delivery es clave, son los principales elementos que se conjugaron este año para que aumentara la venta de vehículos eléctricos, principalmente bicicletas, scooters y triciclos. Aquí cómo se fue dando este 2020 en materia de electromovilidad y cómo se viene el 2021.
Una tasa de 0,56% para la compra de vehículos eléctricos no es menor. Se trata de una iniciativa “verde” lanzada a principios de noviembre por BancoEstado para fomentar, entre otras cosas, el financiamiento para scooters, bicicletas, motos, triciclos, autos híbridos y eléctricos.
Por estos últimos meses también hemos visto otro porcentaje importante: los dos retiros del 10% de las AFP. El último número para meter a la licuadora son los más de 10 meses de pandemia, donde muchos ciudadanos están reticentes a utilizar el transporte público. Y lo seguirán estando.
Estos tres elementos -según los actores de la industria de la electromovilidad- han producido un cóctel perfecto para un gran aumento en la venta de scooters, bicicletas, triciclos y city cars que funcionan con baterías (micromovilidad), el que -prevén- seguirá en al alza en los próximos meses.
“Desde el estallido social hemos aumentado en cerca de 200% la venta de bicicletas eléctricas, en comparación a un año normal, con una venta de aproximadamente 50 unidades al mes”, asegura Daniel Hoppmann, gerente general y socio de Bicicletas Fahren, uno de los principales proveedores independientes de este tipo de productos con más de seis años en el mercado.
Su historia simboliza cómo la micromovilidad crece a pasos agigantados. Antes del estallido, Hoppmann tenía además una productora de eventos con grandes contratos. Después del 18-O ese negocio se fue a pique. Luego de intentar con eventos online y otras actividades asociadas, decidió mirar más hacia las dos ruedas. Hoy, la oficina donde funcionaba su productora está dedicada 100% a las bicicletas, aumentó la venta online y creció el área de post-venta, principalmente el arreglo de bicicletas. Además Fahren creó un área nueva: reparación de baterías de este tipo de medio transporte. “El perfil de usuario cambió muchísimo. Nosotros teníamos proyectado un público mas ABC1. O sea, alguien que toma la bicicleta para bajarse del auto. Pero desde el 10% (de las AFP) este perfil ha sido absolutamente transversal. Acá han llegado desde personas con un Porsche a otras con una bicicleta tradicional con un canasto para repartir verduras”, dice Hoppmann. En general, los precios parten en aproximadamente $450.000, hasta modelos más especializados que sobrepasan los $2 millones.
Lejos del transporte público
Este interés por transportarse en el mundo eléctrico concuerda con la última “Encuesta de actitudes hacia el medio ambiente”, desarrollada por la Universidad Andrés Bello en octubre de este año. Cuando se le preguntó a los participantes acerca de qué medios de transporte privilegiaría en el actual contexto de pandemia, la primera mención fue -lógicamente- el automóvil particular con un 53%. Pero la segunda preferencia fue la bicicleta con un 15%, seguida por caminar (13%), micro (6%) y Metro o Metrotren (5%). El estudio incluyó las regiones del Biobío, Valparaíso y Metropolitana (ver gráfico).
Muvter es una de las primeras empresas que comenzó con la comercialización de scooters eléctricos en Chile. Su gerente general, Vicente Doh, cuenta que la pandemia ha tenido un efecto negativo y otro positivo en el negocio. “Claramente las ventas del e-commerce han aumentado mucho, pero no se comparan aún a las que teníamos en tienda (que han estado cerradas mucho tiempo), las que correspondían entre 30% a 40% del total”.
Pero ese panorama cambió con la primera entrega del 10% de la AFP, donde se produjo un peak en las ventas, ayudado tambien por los dos “cyber”, con un aumento de un 30% con respecto a este evento de e-commerce del año anterior. “Eso ha ayudado a paliar el efecto de no venir a la tienda, ya que a mucha gente le gusta la experiencia de ver el producto que va a comprar”, indica Doh
Por otro lado, el fundador de Muvter estima que el aumento se debe claramente a que la gente no quiere andar por un buen tiempo en Metro o Transantiago, lo que se suma a un mejor clima para estar al aire libre. El producto que más vende esta empresa está cerca de los $350.000. Luego ya tienen otros de gama más alta que van desde los 650.000 “para un segmento que busca más potencia, autonomía y velocidad”, dice Doh.
Con respecto a la importación en un mundo bajo pandemia, el ejecutivo explica que la mayoría de las fábricas tuvieron retrasos con los materiales. “Al estar cerradas varios meses, se les acumularon muchas órdenes de todo el mundo. Nuestro país compite con Estados Unidos, Europa y muchos otros lugares y, claramente, las fábricas priorizan el tamaño de la orden. Por ejemplo, España (que está pasando un boom en la compra de scooters) pide como cien veces más que nosotros. Por último ha sido difícil conseguir el espacio en las navieras y el precio de los containers ha aumentado entre un 50% a 100%”.
El efecto última milla
En otro nicho, que está también en el área de la micromovilidad y toca levemente al segmento de los vehículos eléctricos, se encuentra Smart Cargo. Posee varias líneas de productos, pero con un fuerte foco en lo que se denomina “movilidad eléctrica liviana”, que corresponde a triciclos, motos y cuatriciclos o city cars, donde estos últimos parten en un poco menos de $3.000.000. La mayoría están pensados para el trabajo diario, como delivery o transporte de productos y no superan los 55km/h.
“Antes de pandemia vendíamos entre 30 a 40 vehículos mensuales. En un mes bueno, 50. Hoy estamos en más de 150 al mes. Incluso, ya vendemos todo bajo reserva”, indica Andrés Álamo, gerente general de Smart Cargo, y agrega: “La pandemia trajo una fuerte actividad de la última milla en delivery de productos, lo que claramente nos ayudó. Pero la mayoría de nuestros clientes no compra por un tema de sustentabilidad, sino por precio, ya que se reducen bastante los costos operacionales. Esto produjo un crecimiento tanto en el área de empresas como de muchos particulares que empezaron a montar sus negocios y reparto asociado. Fue realmente explosivo”. Incluso, muchos restaurantes han comprado estos vehículos para abaratar los costos que cobran las apps de última milla.
Con respecto a la movilidad personal, Álamo coincide que los scooter y bicicletas han aumentado bastante. “Pero definitivamente, lo que tuvo un alto impacto fue el 10% de las AFP, ya que muchos emprendedores vieron en la electromovilidad un nuevo modelo de negocio. De hecho, tengo v ndido todo lo que me llega al menos hasta febrero”, dice Álamo, quien también ha sentido el problema del alza de los fletes marítimos , “lo que va a remecer mucho el mercado en general”.
¿Y los servicios de arriendo de scooters?
Cuando hablamos de micromovilidad, no se puede dejar de lado a las empresas y apps que se dedican a arrendar scooter eléctricos, negocio que aumentó en muchas comunas de Santiago y Chile, pero que luego del estallido social y la pandemia se detuvo bastante.
Si bien varias marcas han entrado y salido a nuestro país, hay varias que aún se pueden ver en las veredas y calles de las ciudades.
Este es, por ejemplo, el caso de Lime. Desde España, Roberto Cerero, gerente de operaciones para Madrid y Latinoamérica de esta compañía cuenta que, “han sido unos meses muy duros”, luego de que a principios de año tuvieron que tomar la decisión de suspender las operaciones. “Pero estamos convencidos de que este 2021 la situación va a mejorar sustancialmente para todos”, agrega.
“Tan pronto las municipalidades han ido permitiéndonos volver a operar, hemos adaptando nuestros protocolos a las nuevas necesidades sanitarias y creo que el balance está siendo muy positivo. Hemos visto como otros competidores no han vuelto a operar tras la pandemia, pero esa no es nuestra visión de negocio”, sostiene Cerero.
Con respecto a cómo proyectan el arriendo de sus scooters para este verano y el año que viene, tomando en cuenta que las personas están evitando tomar transporte público, el ejecutivo de Lime es claro: “Seguimos trabajando con los municipios para aumentar nuestra flota en aquéllas en las que ya operamos y comenzar a operar en las que aún no lo hacemos, o en las que dejamos de hacerlo. Nuestra intención es ser un aliado de las municipalidades y los ciudadanos, complementando los servicios de transporte público allí donde más se nos necesita”.
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