A diferencia de la tensión y ansiedad que marcó el proceso constituyente del año pasado para el mundo empresarial, el nuevo ciclo ha generado mayor tranquilidad y menor preocupación al interior del sector privado. Los bordes puestos a la discusión de los expertos desde un principio y las expectativas de un resultado más equilibrado para las elecciones del Consejo Constituyente de hoy han instalado un ambiente político menos crispado y también esperanzas de que el texto final esté alejado de los maximalismos del proceso anterior.

Sin embargo, en el seno del mundo privado quieren evitar que esta mayor tranquilidad con el nuevo proceso sea sinónimo de desidia e inercia. Confidencian su inquietud frente a la posibilidad de que el proceso de este año pierda legitimidad, fracase nuevamente y termine en un rechazo del texto constitucional en el plebiscito de salida de diciembre próximo. Ese escenario dejaría abierto el tema constitucional y mantendría la incertidumbre económica y política por más años, advierten desde el mundo privado.

Con todo, el ambiente alejado de los radicalismos del año anterior ha permeado en los análisis de los mercados. “Las elecciones del próximo domingo son relevantes para ver dónde se encuentra Chile en términos de fuerzas políticas, aprobación/desaprobación al gobierno y apoyo futuro a las reformas actualmente sobre la mesa, pero no deberían cambiar drásticamente el proceso constitucional por delante, ya que el diseño este tiempo impide que avancen iniciativas muy poco ortodoxas/radicales”, explicitó un informe del banco de inversión de EE.UU. JP Morgan lanzado esta semana.

El propio ministro de Hacienda, Mario Marcel, destacó las definiciones previas que han marcado la ruta de esta nueva discusión constitucional. “Ahora hay cosas que ya se definieron de antemano. Está toda la discusión de los bordes, que quedó incorporado institucionalmente (...) Es un proceso que está mucho más estructurado, más encauzado que el anterior. Vamos a tener al final de este proceso un plebiscito. También el Consejo Constitucional, sea cual sea su composición, va a tener que generar una propuesta que sea capaz de entusiasmar a los chilenos y chilenas. Ese es el desafío que van a tener los nuevos integrantes de este Consejo”. afirmó el ministro este miércoles en Radio Universo.

Tranquila cautela

En lo profundo, los empresarios saben que el actual escenario es radicalmente distinto al anterior y lo califican como un momento favorable para tener una hoja de ruta constitucional que permita un buen ambiente para los negocios y las inversiones en las próximas décadas.

“Hemos visto un proceso menos estridente que el anterior, con un ambiente más equilibrado y eso entrega una mayor tranquilidad y certezas. De esta forma, es posible que tengamos un documento más equilibrado que incorpore las distintas visiones que hoy tenemos en el país”, sostiene el presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), Ricardo Mewes, quien destaca la buena recepción que tuvieron los 14 principios constitucionales entregados por el gremio a la presidenta de la Comisión Experta, Verónica Undurraga.

Coincide el presidente subrogante de la Sonami, Cristián Argandoña. “El actual proceso se ha desarrollado con bastante más calma y ponderación. Ahora hay acuerdos en algunos temas que en procesos anteriores estaban bastante más laxos. Para el sector minero queremos que haya certidumbres en temas como la propiedad, que propicien el desarrollo de los proyectos”, afirma el también CEO del Grupo Minero Las Cenizas.

Si bien la presidenta de Icare, Karen Thal, sintoniza con las bondades del actual proceso, matiza su análisis. “El proceso está mejor aspectado que el anterior, no sólo para el sector empresarial, sino que para todos los chilenos. Sin embargo, hay que mirarlo con cautela. Es prematuro pronosticar cuál será el resultado final, porque ello dependerá de cómo se aborden algunos desafíos no menores. Primero, es necesario lograr que la gente no sienta este proceso como algo de la política para la política, sino como algo que conecta con sus vidas. No estoy de acuerdo con quienes piensan que el desinterés de las personas en el proceso sea algo positivo. Es necesario lograr interés y conexión con la opinión pública, de manera de llegar a un buen texto que sea aprobado”, advierte.

También hace hincapié en buscar los mayores consensos posibles. “Un segundo desafío es lograr que un potencial escenario de triunfo de los partidos de oposición no haga que transitemos del octubrismo al septiembrismo. Tenemos que ser capaces de no repetir la fallida experiencia anterior con otros protagonistas en lugar de buscar un amplio consenso”, compara Karen Thal.

03.01.2023 Santiago la presidenta, Karen Thal (Cadem),

Joaquín Villarino, presidente del Consejo Minero, también cree que este nuevo proceso constituyente se ha enmarcado dentro de los límites ya fijados, originados en grandes consensos nacionales, y con un perfil técnico. “Percibimos que el avance del proceso a la fecha ha sido coherente con estas dos características. Esto nos permite ser optimistas de que esta vez sí llegaremos a un buen resultado”, sostiene Villarino, quien cree que el nuevo texto debiera preservar una regulación que garantice certeza y estabilidad de las actividades económicas, junto a la protección del medio ambiente y el desarrollo social.

Uno de los sectores que mayor incertidumbre vivió el año pasado fue el minero. Luego de transitar por riesgos de nacionalización y de deterioro en los derechos de propiedad, el texto quitó de la Constitución rechazada la regulación a la minería. “El criterio para las normas sobre minería debiera ser este mismo, es decir, desarrollo sostenible. Los textos preliminares que se han conocido, en líneas generales, marchan en esta sensata dirección (...) Más que minimalista o maximalista, pensamos que Chile necesita una Constitución suficiente para estructurar un nuevo pacto social que, manteniendo lo bueno e incorporando lo necesario, acompañe a nuestro país durante los próximos 50 años de desarrollo”, concluye Villarino.

El inquietante temor

Pese al mejor ambiente, el mundo empresarial confidencia su inquietud por la posibilidad de que este nuevo intento por tener una Constitución fracase, pierda legitimidad y sea rechazado en diciembre.

El expresidente de la Sofofa, Bernardo Larraín Matte, dice que el éxito del nuevo ciclo constitucional “no está escrito en piedra” y que debe cumplir con requisitos claves. “Quedarse autocomplaciente porque el proceso constitucional tiene mejores bordes y ya dejó de ser una fuente de riesgo para el país me parece que sería equivocado”, alerta.

Su preocupación apunta al desafío de lograr que la ciudadanía reconecte y adhiera al nuevo proceso para dotarlo de legitimidad, y configurar un “buen” texto que sea habilitador de las políticas públicas.

“Hay interesados que este proceso fracase de lado y lado y esa es una apuesta profundamente equivocada. Esta discusión constitucional hay que cerrarla bien y eso significa que tenga alta adhesión y un contenido constitucional acorde con país moderno del nuevo siglo, sin maximalismo refundacional ni minimalismo inocuo”, sostiene el también fundados y presidente de la Fundación Pivotes, quien cree que una “buena” Constitución debe basarse en precisar mejor la estructura del Estado, favorecer los acuerdos y evitar la fragmentación política, y establecer condiciones no discriminatorias para los recursos naturales, entre otros.

Pero el líder del mayor gremio empresarial del país, Ricardo Mewes, va más allá y cree que no aprobar el texto en diciembre generará una mayor incertidumbre a futuro. “Que en el plebiscito de salida se rechace el texto y no haya nueva Constitución nos dejaría de nuevo en una incertidumbre grande. Eso no nos hace bien. La ciudadanía está muy cansada y aburrida de todo esto. Chile no resiste un nuevo año en búsqueda de una nueva Constitución. Necesitamos un buen texto constitucional y terminar así con la incertidumbre propia del proceso”, asegura enfático el timonel de la CPC.

Karen Thal, de Icare, recuerda que en la última versión de Enade hubo coincidencia en que sería una “muy mala noticia” que el proceso concluyera sin un acuerdo y sin una adhesión mayoritaria. “Tenemos que ser capaces como sociedad de aprobar una nueva y buena Constitución que nos permita mirar hacia el futuro y concentrarnos, al mismo tiempo, en resolver aquellos problemas que hoy son urgentes y prioritarios para los chilenos, como la delincuencia, el empleo y el alto costo de la vida”, afirma Thal.

Coincide el líder (S) de la Sonami, Cristian Argandoña, quien cree que hay que hacer el esfuerzo por corregir e incorporar demandas y derechos ciudadanos y rescatar las “inmensas cosas buenas” que tiene la Constitución vigente.

“Un rechazo (al nuevo texto) no lo vería con mucha tranquilidad, porque al final mantiene el problema vivo, latente y dudo que tengamos otra oportunidad para poder discutirlo. Hay que hacer el esfuerzo suficiente como para poder llegar a algo ponderado, recogiendo las demandas y permitiendo un clima para la inversión, especialmente en la minería”, concluye el dirigente minero.