Las AFP reaccionaron con evidente molestia a las declaraciones que hizo ayer en radio Duna el senador Alfonso de Urresti (PS), quien acusó a las administradoras de ser una estafa piramidal y que el sistema sólo ha ayudado a capitalizar el mercado financiero “y tener un gran flujo de dinero”.

Esta mañana, también en la radio Duna, el gerente general de la Asociación de AFP, Fernando Larraín, dijo sentirse sorprendido por el hecho de que parlamentarios como el presidente de la Comisión de Constitución, donde se discuten precisamente los temas previsionales, muestre desconocimiento de cómo funciona el sistema.

El habla que es totalmente falso. Aquí no hay ninguna estafa piramidal. Ninguna. Las estafas piramidales funcionan en donde las personas ponen los recursos y después los recursos (…) desaparecen. Cosa que no pasa en un sistema de capitalización individual y no ocurre en el sistema chileno y hay muestras completas de esto”, dijo Larraín en referencia a los dineros entregados en el primer retiro.

El dirigente dijo que con estas declaraciones “uno termina preocupado de finalmente de la política”. Larraín reveló que, debido a esas declaraciones, envió al Senado una carta, concretamente a la comisión.

En ese punto, dijo que le parece “extremadamente raro” que el parlamentario voluntariamente ponga dinero en un APV , existiendo, según de Urresti, una estafa piramidal.

“Nadie en su sano juicio pone sus recursos en una estafa piramidal”, afirmó.

Con todo, y más allá de la molestia con los dichos del senador PS, Larraín también deslizó críticas hacia el gobierno por la gestión y el rol que jugó en la discusión que terminará virtualmente en un segundo retiro de fondos y con probabilidad de un tercero.

Lo que el gobierno pudo hacer

Aunque no quiso entrar en polémicas, dijo que en un escenario político como el actual, “uno esperaría” que el gobierno pueda alinear a sus parlamentarios.

Si el gobierno va por un lado y el Congreso va totalmente por otro, con sus parlamentarios votando totalmente diferente al gobierno, es un problema. Y ahí hay un primer gran punto”, sostuvo.

En segundo Lugar, Larraín dijo que existen otros instrumentos fiscales que se podrían haber utilizado con mayores niveles de agilidad.

“Este mismo IFE se podría haber hecho más rápido. El gobierno podría haber entregado una especie de mirada más concreta respecto de cómo iba a paliar los efectos de la crisis porque la sensación ciudadana fue que (hubo) como mucha cosa dispersa, sin un gran paraguas”, dijo.

Con todo, reconoció que es una apreciación que “es fácil decirla desde afuera” y que se imaginó que el Ministerio de Hacienda evaluó los efectos de tener deuda pública y otros mecanismos para ayudar a la ciudadanía.