Nadie duda de que el ajuste que ha estado viviendo la economía chilena durante los últimos meses es necesario para “pagar la fiesta” de consumo del año 2021 y retornar a un crecimiento económico sustentable y saludable. Sin embargo, existen dudas en torno a cuándo será la etapa más dura del ciclo recesivo que ya se inició hace unos meses y que promete acompañar a la economía chilena durante 2023.
Tras una caída de la economía en octubre menor a la esperada (-1,2%) y la reciente publicación de las cuentas nacionales del Banco Central al tercer trimestre, el mercado tuvo que reconsiderar sus proyecciones en cuanto a la intensidad y extensión de los números en rojo para la actividad económica. Ainicios de año buena parte del mercado apuntaba al comienzo de la recesión para el tercer trimestre de este año y esperaba la etapa de mayor caída de la actividad para el último cuarto de 2022. Sin embargo, la “resiliencia” mostrada por la economía (en el tercer trimestre creció sobre las expectativas:0,3%) reconfiguró el panorama.
Las palabras del ministro de Hacienda Mario Marcel confirman un escenario menos duro para este fin de año. “La actividad o la economía chilena está siendo más resiliente en un entorno negativo respecto de lo que muchos analistas han estado esperando durante este tiempo (...) muchos han estado previendo o anticipando que íbamos a tener una crisis profunda durante este año, durante el próximo año. Las cifras que tenemos ahora, más que muy lejos de una crisis profunda, lo que revelan es un ajuste moderado”, afirmó esta semana Marcel tras conocer el imacec de octubre.
Pero el ministro también se lanzó en contra de las proyecciones más pesimistas del mercado y apostó a una pronta recuperación. “Si esos vaticinios (más a la baja de los analistas) no se han cumplido ya con las cifras a octubre o si lo que estamos viviendo es el ajuste que se esperaba, entonces lo que quiere decir es que no nos espera una crisis mayor y que, probablemente, desde los primeros meses del próximo año ya la economía va a empezar a recuperarse al tiempo que la inflación va a seguir bajando”, afirmó el ministro.
¿Recesión menos intensa?
En el mercado, sin embargo, las palabras del ministro se toman con cautela. Si bien concuerdan en que las cifras de actividad han mostrado gran resiliencia y que mejoran las expectativas de crecimiento para este año a entre 2,5% y 3%, muchos creen que la etapa más dura de la recesión solo se está postergando para el primer semestre del próximo año.
Para la economista jefe de Banchile, Carolina Grünwald, el ajuste en la economía ha sido más lento de lo que se esperaba. De hecho, afirmó que sus proyecciones de cierre de año 2022 apuntan a un crecimiento de la actividad de 2,5% desde el 1,9% anterior.
“La actividad ha estado más resiliente y el ajuste ha sido más lento de lo que se anticipaba. Sin embargo, la mayor caída sólo se ha trasladado: lo peor va a venir el primer trimestre de 2023″, afirma Grünwald, quien cree que el imacec de los primeros tres meses del próximo año estará en torno al -5%, versus una caída de la actividad de entre -2% y -3% del cuarto trimestre de 2022.
De hecho, afirma que el mayor deterioro para 2023, marcado por pobres cifras de inversión, anticipan una caída anual de la actividad cercana al 2% y con mayores tasas de desempleo hacia el invierno próximo.
En la misma línea, el economista de Gemines, Alejandro Fernández, también aumentó sus previsiones de crecimiento para este año a un 2,8% frente a las mejores cifras macroeconómicas de los últimos meses, pero anticipa que lo peor aún está por venir.
“Lo que sí podríamos plantear hacia adelante versus lo que se estaba pensando es que (la recesión) sea más suave. De todas formas, el año que viene vamos a sufrir lo peor del ajuste:el peor trimestre (en términos de crecimiento) va a ser el primero del año próximo o, tal vez, el segundo trimestre 2023, con caídas mayores al 1,5%”, anticipa el economista.
Comparte, asimismo, que la población en general también sentirá los efectos más duros del ajuste durante el primer semestre del próximo año debido al esperado aumento de las tasas de desempleo, en medio de registros inflacionarios que no cederán con tanta facilidad. Con todo, cree que “la luz al final del túnel” se generará a partir del tercer trimestre del 2023, aunque repara en el abultado déficit de la cuenta corriente que hoy es cercano al 10% del PIB.
“Las declaraciones optimistas de Marcel apuntan a influir en las expectativas. No es que el ministro sepa algo que no sabemos los demás, sino que está tratando de hacer su pega más fácil tratando de generar confianza”, concluye Fernández, al interpretar las optimistas palabras del ministro de Hacienda.
El coordinador macroeconómico de Clapes UC,Hermann González, reconoce que hasta hace unos meses se esperaba que las mayores caídas de la actividad se produjeran durante el segundo semestre de este año, pero estima que ese ajuste se ha ido postergando y habrá mayores caídas de la actividad en 2023.
“Ese ajuste se ha ido postergando y hoy las mayores caídas se proyectan para el primer semestre del próximo año. Considerando el gran déficit de cuenta corriente de 9,9% del PIB en el tercer trimestre de 2022, estimamos que el ajuste que hemos visto hasta ahora es insuficiente para restablecer los equilibrios macro y, por lo tanto, sigue siendo necesaria una contracción mayor del gasto privado”, sostiene el economista.
Precisa que un conjunto amplio de indicadores muestra que la economía ya está en recesión, iniciando un proceso de ajuste que es necesario, pero no por eso menos doloroso. Su preocupación para 2023 también se centra en los efectos del complejo escenario político con discusiones relevantes como la reforma previsional, la reforma tributaria y una nueva Constitución.
“El desempleo reacciona con rezago a la desaceleración de la actividad, pero también se debe considerar otros aspectos que apuntan a que veremos peores cifras laborales en el invierno del próximo año. Primero, las ofertas laborales en internet se han desplomado. Segundo, las cifras en el margen muestran que la mayor parte del empleo que se está generando es informal. Tercero, todavía sigue mucha gente fuera del mercado laboral que salió durante la pandemia y su reingreso presionará el desempleo. Por último, el mercado laboral es estacionalmente más dinámico en el verano que en el invierno debido a los empleos generados por el comercio, la construcción y la agricultura”, explica González.
Francisca Pérez, economista de BCI, matiza el escenario y asegura que en este momento se esta comenzando a vivir la peor etapa del ajuste, pero aclara que este inicio de escenario recesivo es “solo el comienzo”.
“Podemos decir que estamos viviendo lo peor, con un cuarto trimestre donde más vamos a caer (-3,3% interanual), pero es sólo el comienzo de la recesión, vamos a completar un año con cifras negativas. Vamos a ver algo así como una recesión en “L”, pero bien alargada”, afirma Pérez, quien afirma que a partir de ahora se comenzará a ver un deterioro de las cifras de empleo.
“Es probable que, en términos de la sensación de las personas comunes, el peor momento sea hacia el segundo trimestre del 2023″, concluye la economista del BCI.