El próximo 6 de octubre, el Registro Civil debe anunciar al ganador de la licitación para gestionar los pasaportes y las cédulas de identidad locales. Dos días después, el 8, se recepcionarán las ofertas técnicas para la construcción de la línea de transmisión Kimal-Lo Aguirre. Ambos, activos estratégicos. El primero, el sistema de identificación de los chilenos. El segundo, la primera estructura de corriente continúa, una inversión de US$ 2.000 millones que unirá Antofagasta y Santiago.

Los ojos de esos procesos estarán también a más de 19.000 kilómetros de distancia: en Beijing. La estatal china Aisino es el principal ofertante por los pasaportes y carnés nacionales; mientras que ya resuenan nombres asiáticos que irían también por Kimal-Lo Aguirre, un par de ejemplos de una hoja de ruta bastante más amplia. Hoy prácticamente no existen licitaciones de envergadura donde no participe una empresa china. Una historia que partió hace unos tres años, y que algunos miran con cierta suspicacia.

En mayo de 2018, fue la primera vez que una empresa china ganó una licitación pública local. China Harbor Engineering (CHEC) se adjudicó el contrato para construir y operar el embalse Las Palmas, en la V Región. Le ganó a los españoles de Acciona y Sacyr, al Consorcio BME (Besalco-Mota Engil) y al consorcio Conpax-Belfi-Icafal.

Desde 2015 que los asiáticos venían sondeando el mercado chileno como parte de una estrategia global: el 2013, el Presidente chino, Xi Jinping, lanzó la iniciativa La Franja y la Ruta, buscando rememorar la antigua Ruta de la Seda y -al final del día- conectar al gigante asiático con el mundo, mediante proyectos de infraestructura y abastecimiento. Un año antes, en 2012, el Presidente Sebastián Piñera los había invitado a participar en la licitación del puente de Chacao. “Estamos seguros de que China va a poder aportar buenas ideas en la ingeniería y el costo de este proyecto”, diría en La Moneda tras firmar once acuerdos de cooperación con el entonces Primer Ministro, Wen Jiabao. En mayo de 2019, el mandatario sería el único presidente latinoamericano en ser invitado al segundo foro ‘Una franja, una ruta’ en Beijing.

Registro Civil

“Existió un proceso gubernamental en que el gobierno invitó a empresas chinas a participar. El propio ministro (Alfredo) Moreno viajó a presentar el mercado chileno como una oportunidad. Y ahora se viene a concretar este trabajo que se hizo tanto en gobiernos de Sebastián Piñera como de Michelle Bachelet”, explica el abogado, asesor de empresas chinas y ex MOP, Óscar Gajardo Carreño.

El socio internacional de la firma de auditoría y consultoría BDO y académico de la Usach, Mauricio Benítez, cuenta que la aproximación inicial fue compleja. El sistema de licitaciones chileno les era absolutamente ajeno y si bien en otras jurisdicciones recibieron ciertos incentivos para invertir, en Chile, no: debían competir de igual a igual. En un comienzo, querían tratos especiales, planteaban sus incursiones como si fuesen de Estado a Estado y tardaron en comprender que debían someterse a las mismas reglas que todos, dicen dos autoridades de gobierno que prefieren analizar la arremetida en privado.

Eduardo Bitran

“La inversión, hasta hace poco, era bajo modalidades aplicadas en África y otros países de Latinoamérica: lo hacen vía trato directo y no les acomodaban los esquemas de licitación pública y transparente de Chile”, recuerda el exministro de Obras Públicas, Eduardo Bitrán.

Entre las primeras invitaciones y la primera participación en una licitación, pasó tiempo. Las empresas chinas estudiaron en profundidad los procedimientos, compraron bases en varios procesos y tras mucho análisis, empezaron a ofertar. El mismo CHEC adquirió bases en ocho obras de infraestructura, pero ofertó solo en dos, AVO II y Las Palmas, y se quedó con esta última.

Gajardo comenzó en 2018 a trabajar con China Railway Construction Corporation Limited (CRCC). Explica que tardaron un año en precalificarse, una exigencia de las concesiones que apuntan a hospitales. Y recién ahora están ofertando: van por el hospital de La Serena, Coquimbo y la construcción de un tramo de la línea 7 del Metro. “Esto no es de un día para otro”, dice.

La situación se activó en 2020. Ese año se constituyó la Cámara de Empresas Chinas en Chile, la hasta ese momento única entidad empresarial china reconocida por ambos gobiernos. La preside el gerente general de China Construction Bank en Chile, Pu Zhang. Y la componen gigantes de la talla de Bank of China, China Railway International Group Co., China Harbour Engineering Company y Huawei, entre otras.

En mayo de 2020, China Railway No. 10 Engineering Group creó su agencia en Chile a cargo del agente -quien tiene los poderes para actuar en las licitaciones- Zhang Yifei; en agosto de 2020, lo hizo China Railway Construction Corporation (International) Limited, con el director de desarrollo del mercado latinoamericano, Chen Zhe, a la cabeza; luego vendría la agencia de China Road and Bridge Corporation a cargo del agente Li Bo. En 2021, fue el turno de China Railway International Group a cargo del gerente general de la operación en Chile, Yin Xinglei; y de China Civil Engineering Construction Corporation... Y suma y sigue.

Hoy están participando en un sinfín de licitaciones -”Les ayuda a validarse en la región, desde un mercado que es reconocido por su alto estándar”, explica Gajardo-; desde hospitales, hasta carreteras, pasando por embalses, sistema de identificación, etc. El hoy ministro de Obras Públicas, Alfredo Moreno, decía en junio a Pulso, a propósito del plan de licitaciones para este año: “Además de las empresas que tradicionalmente participan, que son mayoritariamente extranjeras, se han sumado empresas de origen chino que antes no estaban o estaban reducidamente”.

En el sector concuerdan que el foco está en las obras públicas. Ahí tienen parte de su expertise, aunque también han entrado con fuerza en otras áreas, como el desarrollo de la Fibra Óptica Austral por parte de Huawei. Y la comunicación crítica, donde Hytera provee de los sistemas de comunicación del Metro y de los aeropuertos; e incluso estaban participando -con su representante en Chile, Pegasus Group- en la licitación de las llamadas de emergencia de Carabineros; proceso que finalmente fue revocado en enero de 2021.

Ahora miran de cerca la demanda de vagones para la Línea 7 del Metro, donde CRRC Sifang -que también provee trenes para EFE- estaría interesada, disputándole la tradicional hegemonía a la francesa Alstom. Y también el 5G. Si bien los chinos no pueden adjudicarse espectro directamente -porque no son operadores-, sí proveen tecnología e infraestructura a operadores. Huawei, dicen diversos actores del mercado, será el principal proveedor del proyecto 5G de WOM, algo que en la firma aseguran no haber resuelto aún. Ambas hicieron un piloto para una red de 5G en 2019.

La agresiva competencia por precios

A la fecha, las compañías chinas se han adjudicado tres licitaciones impulsadas por el MOP. Primero ganaron el Embalse Las Palmas; en agosto de 2020, el Consorcio Iberoasiático, conformado por China Road and Bridge Corporation (CRBC) y Puentes y Calzadas Grupo de Empresas S.A., se quedó con el desarrollo de la Red Maule: hospitales en Cauquenes, Constitución y Parral. Y en noviembre de 2020, el Consorcio CRCC ganó la licitación por el tramo Talca-Chillán de la Ruta 5. En todas ellas, presentaron las mejores ofertas económicas. “En China, las constructoras y los proyectos de ingeniería están muy evolucionados. Tienen mucha experiencia, además de buena tecnología, materia prima y recurso humano a valores muy competitivos. Cuando presentan un proyecto de licitación los valores son extremadamente competitivos; una oferta que va con todas las de ganar”, analiza Benítez. En el sector resaltan sus economías de escala. Bitrán destaca, además, su bajo costo de capital y su decisión estratégica de crecer en esta parte del mundo. “El 80% del costo es inversión”, recuerda el exministro.

Aisino, la firma china que quiere quedarse con la licitaciónde Pasaportes y cédulas de identidad en Chile

Los casos son ilustrativos. Por ejemplo, el subsidio a la construcción por la red de hospitales del Maule que pidió el Consorcio Iberoasiático fue de 509.758 UF, un 14% menos que la segunda oferta más competitiva, de la española Sacyr. En el tramo Talca-Chillán, la oferta económica del Consorcio CRCC fue de 29.898.660 UF, un leve 1,7% más baja que los 30.427.320 UF, también de Sacyr. Pero ahí hay otro efecto: la agresiva oferta por Talca-Chillán sorprendió hasta en el mismo MOP, donde creen que la presencia china arrastró a la baja al resto de los competidores. “Traen más competencia”, aplaude una autoridad que pronostica nuevos triunfos del gigante asiático que, sin embargo, aumentarán en flujo y no el stock de inversión en un área que sigue siendo dominada por los capitales españoles. Actualmente hay obras como la Autopista Santiago-San Antonio donde cinco gigantes asiáticos han comprado bases.

“Van a empezar a ganar crecientemente las licitaciones que vienen y en un período de 5 a 10 años tendrán una participación muy significativa”, vaticina Eduardo Bitrán.

La línea de transmisión más grande

Los ojos del sector eléctrico están puestos en la licitación del 8 de octubre: el Coordinador Eléctrico Nacional está licitando la construcción de una megalínea que será estratégica para el sistema: permitirá transferir a fines de la década el creciente volumen de electricidad generada con energías renovables -solar y eólica- a los centros de consumo en el centro del país. Dieciocho empresas compraron bases y el presidente del organismo, Juan Carlos Olmedo, dijo esta semana a Pulso que entre ellas “hay harta gente de Asia. Hay de China, Corea, de Europa y de Latinoamérica, y agentes locales también”.

El proyecto por unos US$ 2.000 millones obliga, en los hechos, a formar consorcios: la magnitud financiera y operativa casi no permite abordar esta iniciativa en solitario. Por lo mismo, en el sector eléctrico apuestan a que finalmente llegarán pocas ofertas. El pronóstico común es dos o tres. Y entre ellas, habrá consorcios integrados por gigantes chinos.

Engie

Uno de los postores naturales sería Transelec, en cuyo accionariado está la segunda mayor eléctrica del gigante asiático, China Southern Power, que tiene el 28% de la propiedad. En la industria creen que la matriz de China Southern podría integrar el consorcio.

Otro grupo era el integrado por la francesa Engie, la coreana Kepco y la española Acciona, pero la primera se habría retirado de la competencia, debilitando esa alianza.

Y aunque aún no se sabe en alianza con quién, muchas apuestas apuntan a State Grid, controlador de Chilquinta y CGE, que también tendría interés en participar. Ahí hay un dato no menor: State Grid es, dice un eléctrico, uno de los mayores fabricantes de la infraestructura para líneas HDVC (high voltage direct current, por sus siglas en inglés).

La electricidad sigue estando en el interés estratégico de las empresas chinas, algo que en 2020, con la compra de CGE, ya se puso en tela de juicio. Pero la preocupación ahora está en otra licitación: los pasaportes y cédulas de identidad.

Las advertencias de EE.UU.

“Lo de Aisino nos preocupa”. El 17 de agosto, el encargado de Negocios de la Embajada de EE.UU. en Chile, Richard Glenn, habló en la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados y cuestionó la posibilidad de que una empresa china se hiciera de los datos de los chilenos. Y -aseguraría luego el presidente de la Comisión, Jaime Naranjo- puso en jaque la continuidad de la visa waiver si es que Aisino ganaba la licitación por los pasaportes y las cédulas de identidad. “Chile tiene que tomar sus propias decisiones en cuanto a eso, hay que ser conscientes de estos riesgos y buscar cómo protegerse como país, cómo proteger su soberanía en cuanto a la venta de servicios críticos”, dijo Glenn, según reportó Emol. “A veces lo barato sale muy caro”.

Richard Glenn, encargado de negocios de Estados Unidos en Chile.

Hoy, el proceso está siendo impugnado por dos de los participantes, Sonda-Thales y la francesa Idemia, la actual concesionaria del contrato que vence a fines de 2022. No son pocos los que han puesto el acento en la entrega de aspectos estratégicos. El diputado Jorge Alessandri escribía el 7 de septiembre en La Tercera: “No se trata de cerrar a priori las puertas a inversionistas por su nacionalidad, sino de discutir transparentemente sobre la conveniencia de que compañías con supuestos o probados controles estatales accedan a áreas estratégicas”, aseguraba. “Esto trae riesgos y es complejo para un país en vías de desarrollo”, complementa Bitrán, quien admite que los chinos han ganado en buena lid los procesos adjudicados.

El abogado asesor de CRCC, Óscar Gajardo Carreño, rebate la mirada crítica: “Ahora son las chinas, como han sido las españolas o las holandesas”. “Chile necesita inversión extranjera, es una necesidad”, apuntala Benítez. Un director de empresas chileno que ha negociado con ellos lo expresa así: “Chile se está beneficiando de la inversión china con precios más baratos y bienes y servicios de buena calidad.

En personeros de gobierno no hay, tampoco, inquietud: afirman que Chile es una economía abierta que no discrimina por nacionalidad y que requiere la inversión extranjera, que China ha sido respetuosa del modelo chileno y que el ruido ha estado animado por la condición estatal de sus empresas y por la disputa geopolítica entre China y Estados Unidos, que ha sido trasladada también a Santiago. P