La longaniza de Chillán goza de un amplio conocimiento y reconocimiento dentro de las personas en Chile, pero el famoso embutido asociado a la localidad de la Región del Ñuble le faltaba un certificado que ahora logró. Tras un proceso de cinco años, un grupo de productores de cecinas de la zona, junto a actores públicos y privados, lograron obtener la denominación de origen para dicho producto.

El sello en cuestión es otorgado por el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (Inapi), mediante el registro de ciertos derechos industriales que permiten la valorización y la protección de aquellos productos chilenos que gozan de una alta vinculación local, a través de su identificación, posicionamiento y diferenciación.

La longaniza de Chillán se suma así al listado de productos nacionales que han recibido esta denominación de origen, destacando entre ellos el aceite de oliva del Valle del Huasco, la chicha de Curacaví, la sal de Cahuil, la alfarería de Pomaire o las chupallas de Ninhue.

Ante esta tarea, se destacó el apoyo otorgado por el Ministerio de Economía, Inapi e Inacap, a través de su Centro de Innovación Gastronómica y también de su Sede Chillán.

“Para nosotros es un tremendo orgullo que, después de tanto trabajo y perseverancia, las gestiones que hicimos por apoyar a los cecineros de Chillán rinda frutos y los tenga hoy con una denominación de origen que les abre más oportunidades y competitividad con un producto de origen certificado”, comentó el rector de Inacap, Lucas Palacios, por medio de un comunicado.

En tanto, el alcalde de Chillán, Camilo Benavente, enfatizó que “el alcanzar la denominación de origen con nuestra longaniza es un paso gigante que tendrá un profundo impacto en términos económicos y culturales, pues estamos ratificando de manera legal la identificación que tenemos a nivel nacional e internacional con nuestro producto estrella”.