Tarjetas, inversiones y préstamos. Los ámbitos de acción en que las fintech (empresas basadas en la tecnología para ofrecer servicios financieros) han ido creciendo año a año tienen hoy a las instituciones financieras tradicionales tratando de seguir sus pasos. Mientras en Chile la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) propuso un proyecto de ley para regularlas, en el resto del mundo, además del ámbito normativo, su expansión compite con bancos, y otras entidades clásicas buscan absorberlas mediante fusiones.
Según los últimos datos de Finnovista sobre Chile (julio 2019), se estima que las fintech chilenas benefician ya a cerca de 4 millones de usuarios activos y efectúan transacciones por al menos unos US$600 millones al mes. Como referencia, esta misma medición hecha en México muestra que las fintech de ese país realizan transacciones por unos US$2 mil millones al mes.
¿Qué explica el crecimiento de esta industria? Un menor costo al funcionar en el mundo digital es una de las características de estas empresas, cuya reducción en los gastos son traspasados a los clientes. Pero a esto se suma que en muchos casos desintermedian a los bancos, es decir, los ahorrantes pueden prestar directamente a quienes requieren un crédito.
Francisco Errandonea, exgerente general de Santander Corredores de Bolsa, quien tras dejar la institución emprendió con Focus, una administradora basada en robo advisors -algoritmos que asesoran las inversiones de los clientes-, plantea que el surgimiento de las fintech en la industria del ahorro se explica por la tecnología: “Uno puede atender mucho mejor a personas que ahorran, pero que no califican en la industria tradicional a tener un mejor nivel de atención y a uno de los menores costos del sistema, porque no tenemos que financiar una extensa red de sucursales”.
De hecho, detalla que en la industria tradicional, son muy “dependientes de la red de distribución, es algo fundamental para ellos, y en algunos casos financiarla puede representar entre 50% y 66% de las comisiones que pagan los clientes”.
Para Gonzalo Kirberg, CEO Cumplo, una plataforma de crowdfunding, las fitnech “son la evolución natural de las instituciones financieras,”, y agrega que han logrado reducir costos, “llegar a personas y empresas que antes no tenían acceso al mercado financiero”. De hecho, detalla que Cumplo, en los últimos 8 años, 5.000 inversionistas han financiado US$600 millones en créditos a pequeñas y medianas empresas en Chile y México. Así, más de 1.500 pymes han operado en Cumplo.
Uno de los casos emblemáticos en la región es la brasileña Nubank, un neobanco -es decir una entidad financiera que opera sin sucursales físicas- nacida en 2013, cuyo crecimiento lo tiene hoy como el sexto más grande de Brasil, con más de 20 millones de clientes. Y en el mundo de las inversiones destaca la app de inversiones Robinhood, que en EE.UU. tiene 13 millones de usuarios y está valorizada en más de US$11.000 millones. En Chile, Omni Latam, un neobanco de capitales colombianos y chilenos, había prestado US$300 millones en ambos países hasta que este año la adquirió la inglesa Greensill Capital.
En paralelo, las entidades tradicionales han incursionado en el sector tecnológico. Ese es el caso de BCI, que en 2018 lanzó Mach, una tarjeta virtual que ya tiene 2,5 millones de clientes. Fernando Calvo, el gerente Innovación y Ecosistemas de esta entidad, comenta que “en nuestra industria las fintech y startups han empujado cambios en los modelos negocios, por su gran capacidad de innovación disruptiva, su increíble velocidad de respuesta”.
¿Desaparecerán las instituciones financieras tradicionales? Según Errandonea, “algunos tradicionales van a ser reemplazados por fintech, pero otros se van a mantener cooperando, haciendo negocios juntos. El futuro va ser de cooperación, eso nosotros ya lo hemos visto y es una tendencia que va a seguir creciendo”.
En esto concuerda Calvo, de BCI: “Las fintech nos han permitido evolucionar con mayor eficiencia y rapidez, mejorando nuestra capacidad de ejecución. Por eso estamos trabajando colaborativamente”, y agrega: “Las vemos como aliados”.
Patricio Valenzuela, intendente de Regulación del Mercado de Valores de la CMF, señala que “hay servicios que, con la adopción de la tecnología y surgimiento de innovaciones financieras, se fortalecerán, aumentarán su público objetivo o generaran sinergias con otros prestadores. Otros deberán adaptarse, porque podría ser la propia adopción de la tecnología la que satisfaga de mejor manera la necesidad del agente. En el primero de los casos parecieran estar los bancos, intermediarios y asesores financieros en general, mientras que en el segundo las infraestructuras del mercado”.
“En todo caso, es esperable y deseable que se generen sinergias y competencia entre prestadores de servicio, y que ello termine beneficiando a todo el mercado”, dice Valenzuela.