Cruzados está embarcado en una ampliación del estadio de San Carlos de Apoquindo y la sociedad anónima decidió conseguir nuevo financiamiento para adelantar obras previstas para una segunda etapa. Para ello, el directorio aprobó una emisión de bonos convertibles en acciones por 150 mil UF (casi $ 5.500 millones), una operación que deberá ser primero autorizada por una junta de accionistas, mediante la emisión de acciones que respaldarán esa emisión.

Los nuevos fondos fueron justificados así por el presidente de la entidad, Juan Tagle: “Estos fondos nos permitirán habilitar una serie de mejoras, originalmente planificadas para más adelante, relativas a espacios comerciales y el confort de estos recintos, terminar obras exteriores del nuevo estadio y hacer frente a costos adicionales del proyecto, habituales en este tipo de iniciativas. Y, además, nos permitirá tener un margen de seguridad por nuevos imprevistos que pudiesen aparecer”, dijo en un comunicado subido a la página web. La junta de accionistas se hará el 6 de octubre.

La línea de bonos convertibles considera un plazo de cinco años en formato bullet, con pago de intereses trimestrales, con UF más 6%, los que comenzarán a pagarse después de un año.

Una importante novedad venía en el último párrafo del hecho esencial enviado a la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), el viernes de la semana pasada. Igual que en cualquier proceso de aumento de capital, los accionistas de la sociedad tienen derecho a suscribir de manera preferente los bonos, durante un período de 30 días, a prorrata de su participación accionaria. Pero la novedad estuvo en el compromiso de un grupo de accionistas: si no todos suscriben su porción a la que tienen derecho, socios que representan un 40% de la propiedad de Cruzados han manifestado su intención de solventar esos recursos y así asegurar a Cruzados el financiamiento completo del proyecto. Lo decía así el hecho esencial: “El directorio aprobó, con la abstención de los directores involucrados, iniciar negociaciones para la suscripción de un contrato con accionistas que representan aproximadamente un 40% de la serie A, en el cual se establezca el compromiso de dichos accionistas de suscribir el remanente de los bonos convertibles no colocados en el período de opción preferente, así como suscribir las acciones remanentes del aumento de capital acordado por la junta extraordinaria de accionistas celebrada con fecha 8 de abril de 2021″.

Si aquello ocurre, esos accionistas podrían aumentar su actual participación en Cruzados.

Y aunque el hecho esencial no lo especifica, en Cruzados ya saben quienes son esos accionistas que mostraron disposición a financiar el remanente. Son, esencialmente, los accionistas más jóvenes, quienes aumentaron su posición en la sociedad anónima el año pasado, cuando se realizó un aumento de capital cercano a US$ 10 millones (unos 330 mil UF, el doble que la nueva emisión de bonos convertibles) para financiar la ampliación de San Carlos.

En ese grupo, dijeron dos fuentes a Pulso, están Matías Claro, accionista de Grupo Prisma; Fernando Tisné, uno de los socios de Moneda, ahora Patria Investment; Francisco Lavín, hijo de uno de los socios de Empresas Penta; y los hermanos Izquierdo Etchebarne. Cada uno de esos grupos se acerca al 10% de la propiedad, sumando cerca del 40% que reportó el hecho esencial, y casi todos tienen presencia en el directorio.

A través de inversiones Financieras Prisma Chile SpA, la familia de Jorge Claro, fundador del CDF, tiene el 10,7% de las acciones, según la memoria 2022 de la empresa, y entró con fuerza el año pasado a Cruzados. En el directorio está su hijo, Matías Claro Figueroa, ex consejero de Sofofa y CEO de Grupo Prisma.

Otro exinversor del CDF, pero minoritario, ya tenía presencia en Cruzados, pero el año pasado multiplicó su presencia: A través de sus sociedades Orobanca SpA, Futrono Investment SpA y Futrono Corp SpA, Fernando Tisné Maritano, alcanzó tras la subasta de acciones el 10,02%. En el directorio, Tisné puso a su hermano, Felipe Tisné.

Francisco Lavín Chadwick también elevó su presencia en Cruzados el año pasado: Periodista de la Universidad de Los Andes y MBA de Babson, dirige Inversiones Convento Viejo y fue director de Cruzados desde 2018 hasta 2021. Volvió en 2022, tras subir desde el 6,9% hasta cerca del 10%.

Mientras, los cinco hijos de Fernando Izquierdo Menéndez, accionista de Sociedad Punta de Cobre, Entel y Colores del Pacífico, que produce y distribuye pinturas Ceresita, participan en Cruzados y en 2022 también aumentaron su porcentaje. Ahora tendrían cerca del 7%.

Cruzados tiene otros dos grupos de accionistas relevantes que no han manifestado su intención de comprometer anticipadamente su participación en la compra del remanente de los bonos que no se suscriban. Al cierre de 2022, según la memoria de Cruzados, dos ramas de la familia Del Rio elegían dos directores: Juan Pablo Del Río Goudie, quien reportaba el 5,49% a través de Cerro Mayo SpA., y Martín del Río Arteaga, con el 5,98% mediante DT Huillinco SpA.

El otro socio relevante de Cruzados es Cecilia Karlezi Solari, accionista de Falabella y controladora de CLC, que a través de Auguri Dos reporta el 10,51% de Cruzados al cierre de 2022.