Los millones que sacó EEUU de sus arcas públicas para rescatar a la economía
La crisis financiera habría sido de una magnitud mucho mayor si la Fed y el Tesoro no hubieran otorgado fondos para el salvataje de firmas de importancia sistémica para el país y, en algunos casos, para el mundo. A regañadientes, demócratas y republicanos respaldaron rescates de miles de millones, dirigidos tanto al sistema financiero como a la industria automotriz.
El 15 y 16 de marzo de 2008 la Reserva Federal sostenía su primera reunión de emergencia de fin de semana en más 30 años. Al banco Bear Stearns le quedaban apenas US$3.500 millones en efectivo, sus acciones se derrumbaban y aunque JPMorgan quería comprarlo no contaba con los recursos necesarios para hacer la operación, antes de evitar la quiebra en la apertura de los mercados el lunes. La decisión de la Fed fue unánime: un préstamo de US$30.000 millones para completar la adquisición y evitar una crisis financiera.
A una década de estos hechos, queda claro que la compra apoyada con fondos públicos no evitó la Gran Recesión, pero sí fue la primera de muchas acciones con las que el Estado de EEUU intervino para evitar una debacle aún mayor. Abordar el problema de esta manera no era fácil, en el país emblema del libre mercado, pero uno tras uno otro saldrían las autoridades para dar la cara a los contribuyentes y asegurarles que no había otra alternativa.
"Como un firme defensor de la libre empresa, creo que la intervención del gobierno debería ocurrir solo cuando sea necesario. En esta situación, la acción es claramente necesaria", señalaba el 3 de octubre Geoge W. Bush, donde el mecanismo de salvataje estatal se convirtió en Ley de Estabilización Económica de Emergencia, iniciativa que contó con un respaldo transversal del Capitolio.
La danza de millones
Demócratas y republicanos a esa altura ya habían apoyado varios rescates. Uno de ellos el de las firmas de financiamiento hipotecario Fannie Mae y Freddie Mac. El 7 de noviembre el gobierno tomaba el control de ambas, en una operación que a la larga costó US$187.000 millones. "Atribuyo la necesidad de la acción de hoy principalmente al conflicto inherente y al modelo de negocio defectuoso incrustado en la estructura de las firmas y a la corrección de la vivienda en curso", indicó el entonces secretario del Tesoro, Henry Paulson, el 7 de septiembre, tras anunciar la estatización de las firmas, que al día de hoy siguen siendo públicas.
Aunque una semana más tarde, cuando dejaron caer al Lehman Brothers, Paulson aseguraba que no habría más rescates a Wall Streetm, al día siguiente, el 16 de septiembre, de nuevo aparecía la Reserva Federal para impedir una quiebra. En esa oportunidad otorgó un préstamo de US$85.000 millones a dos años a AIG, dándole al gobierno el control del 80% de una de las aseguradoras más grandes del mundo.
A tono con los demás, el ex presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, indicaría más tarde que no tuvieron "más remedio que tratar de estabilizar el sistema
debido a las implicaciones que el fracaso habría tenido para el amplio sistema económico".
Aunque ese septiembre fue el punto cúlmine de la crisis, las acciones de salvataje continuaron. En la Ley de Estabilización Económica de Emergencia venía integrado el Programa de alivio de activos problemáticos (Tarp, en inglés), que facilita US$700.000 millones para salvar a la banca. El 14 de noviembre salió la primera partida: US$105.000 millones para el Programa de Recompra de Capital, con el que el Tesoro obtiene acciones preferentes de: Bank of New York Mellon, Citigroup, Goldman Sachs, JPMorgan, Morgan Stanley, State Street, Wells Fargo y Bank of America. Este último recibirá US$20.000 millones extra en enero de 2009, para asumir las pérdidas el Merrill Lynch, banco que adquirió para evitar su bancarrota.
No sólo Wall Street
Pese a los esfuerzos la crisis resultó brutal, no sólo a nivel financiero sino que también en la economía real. El consumo caía y las automotrices, corazón de la industria estadounidense, sintieron el golpe rápidamente.
"Si permitiéramos que el mercado libre siguiera su curso ahora, casi con certeza conduciría a una quiebra y liquidación desordenada para las automotrices. Bajo circunstancias económicas ordinarias, yo diría que este es el precio que las compañías fallidas deben pagar y no estaría a favor de intervenir para evitar que quiebren. Pero estas no son circunstancias ordinarias", indicó Bush cuando anunció el plan de ayuda al sector.
Este último contempló una inversión estatal que a la larga totalizó US$80.700 millones, que provino del Tarp. De esos US$51.000 millones fueron para General Motors, US$ en US$17.200 millones para General Motors Acceptance Corporation (ahora Ally Financial) y US$12.500 millones en Chrysler. Ford no necesitaba ayuda, pero para no quedar en desventaja frente a sus competidores, recibió recursos de otro programa para otorgar préstamos de consumo.
Línea de tiempo
13/3/2008
A Bear Stearns solo le quedan US$3.500 millones en efectivo, insuficiente para abrir al día siguiente.
15-16/ 3/2008
La Resera Federal celebra su primera reunión de emergencia de fin de semana en 30 años y resuelve prestar US$30.000 millones para que JPMorgan compre Bear Stearns.
7/9/2008
El gobierno de EEUU toma el control de las firmas de financiamiento hipotecario Fannie Mae y Freddie Mac, en una operación que costó a la larga US$187.000 millones. "Atribuyo la necesidad de la acción de hoy principalmente al conflicto inherente y al modelo de negocio defectuoso incrustado en la estructura de las firmas y a la corrección de la vivienda en curso", Henry Paulson, ex secretario del Tesoro.
16/9/2008
La Fed otorgó un préstamo de US$85.000 millones a dos años a AIG para evitar su quiebra. Más tarde recibiría financiamiento adicional, hasta un costo total del rescate de US$ 182.000 millones. "No tuvimos más remedio que tratar de estabilizar el sistema", dijo más tarde Ben Bernanke, ex presidente de la Reserva Federal.
3/10/2008
Se promulga la Ley de Estabilización Económica de Emergencia, de donde se obtendrá gran parte de los recursos para los rescates. "Como un firme defensor de la libre empresa, creo que la intervención del gobierno debería ocurrir solo cuando sea necesario. En esta situación, la acción es claramente necesaria", Goerge W. Bush, ex presidente de EEUU.
3/10/2008
Con la ley anterior también se establece el Programa de alivio de activos problemáticos (Tarp, en inglés), que facilita US$700.000 millones para salvar a la banca (aunque sólo se utilizaron US$350.000 millones).
14/10/2008
El departamento del Tesoro retira del Tarp US$105.000 millones para lanzar el Programa de Recompra de Capital, con el que obtiene acciones preferentes de: Bank of America / Merrill Lynch, Bank of New York Mellon, Citigroup, Goldman Sachs, JPMorgan, Morgan Stanley, State Street y Wells Fargo.
9/12/2008
La administración de Bush anuncia planes para rescatar a la industria automotriz, especialmente a General Motors y Chrysler. A la larga invertiría US$80.700 millones para evitar su quiebra.
1/1/2009
Bank of América completa la adquisición de Merrill Lynch para evitar su bancarrota. Para asumir las pérdidas del banco que compró, el 16 de enero el BofA recibió US$20.000 millones extra por parte del departamento del Tesoro.
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