Luis Enrique Yarur Rey, presidente desde hace más de tres décadas del banco BCI, cumple este lunes 18 de diciembre 73 años. No hay otro Yarur en el directorio del único gran banco privado mayoritariamente chileno. Hasta el 1 de enero próximo, cuando el primogénito del actual presidente, Ignacio Yarur Arrasate, asuma como uno de los nueve directores del BCI.
Ignacio Yarur es el mayor de los nueve hijos del controlador del banco, la cuarta generación familiar. Ya había aterrizado en el directorio hace poco más de una década, pero aquella fue una pequeña interrupción de 14 meses entre dos épocas con cargos ejecutivos, para tomar vuelo y regresar nuevamente como director, con 12 años de experiencia en el cuerpo y con la expectativa de asumir ahora el liderazgo en el futuro relevo de la familia.
El mayor de los nueve Yarur Arrasate, quien en mayo de 2024 cumple 50 años, fue el primero de la cuarta generación en entrar al banco, hace 19 años, donde ha ocupado diversas posiciones. En marzo de 2010 entró al directorio, pero lo dejó en mayo de 2011. Abogado de la Universidad Católica, su primera experiencia laboral la vivió en Barros Errázuriz y luego saltó al estudio Carey, donde trabajó por tres años y siete meses en el equipo de fusiones y adquisiciones que dirigía uno de los socios, Pablo Iacobelli.
Si Ignacio Yarur cruzó por primera vez las puertas del BCI en 2004, su hermano Diego, el segundo de los nueve hermanos, entró en 2006 y también ha construido una carrera en la entidad. Pero a diferencia de su hermano mayor y de su padre -que son abogados; el patriarca de la Universidad de Navarra, España-, Diego Yarur es ingeniero comercial de la UC, con un MBA en Columbia. Ambos son los Yarur Arrasate en el BCI.
No está escrito en piedra, pero Ignacio despunta hoy como el sucesor natural de su padre, cuando este se retire de la entidad, algo que no tiene fecha. Por lo general, en el BCI los ejecutivos trabajan hasta los 65 años y las ejecutivas, hasta los 60, lo que no es perentorio: de hecho, el gerente general, Eugenio Von Chrismar, tiene 70 años. “Los directores de Bci son elegidos por los accionistas y no hay ninguna norma que establezca un límite de edad”, dicen desde el BCI, descartando con ello un pronto retiro del actual paterfamilias, quien está muy activo: además de presidir el BCI, encabeza las dos matrices familiares y otras empresas.
Su sucesión, cuando ocurra, será todo un hito para el banco. Es que la historia de Yarur Rey en el BCI representa hoy exactamente la mitad de los 86 años de historia del BCI.
Las tres etapas del banco
“Desde una Belén azotada por los últimos estertores del Imperio Turco y las amenazas de la Primera Guerra Mundial, partió en 1914 hacia América Juan Yarur Lolas, para encontrarse con su hermana Juana en Chile”, escribió Jon Martínez, académico de la Universidad de los Andes, en su libro Familias empresarias y desarrollo económico en la historia de Chile, de 2019. En el texto, Martínez destacaba que, en los últimos 70 años, solo tres familias seguían estando entre las 20 primeras en importancia: los Matte, los Said y los Yarur. Los primeros llegaron desde Cantabria, en el norte de España, y las dos últimas son de origen palestino. Nacidas en lo textil, “supieron salirse a tiempo y diversificarse tempranamente”, escribió. Los Yarur, hacia la banca y los servicios financieros. Los Said, a los centros comerciales, la banca y las bebidas.
El primer Yarur se transformó primero en empresario textil en Bolivia y solo en 1929 llegó a Chile, donde creó Yarur Manufacturas Chilenas de Algodón. En 1937, junto a inversionistas españoles e italianos, creó el Banco de Crédito e Inversiones, el que apuntaba a financiar pequeñas y medianas empresas. Diez años después, se transformó en el controlador de la entidad en un aumento de capital.
Juan Yarur Lolas falleció en un accidente en 1954 y en la presidencia del BCI lo sucedió su hijo, Jorge Yarur Banna, entonces gerente general del banco. Estuvo casi cuarenta años. Los tres hermanos Yarur Banna, Jorge, Carlos y Amador, crearon en homenaje a su padre Empresas Juan Yarur, en 1957.
Según la historia que escribió Jon Martínez, el BCI resistió los embates de estatización de la banca de la UP y la crisis de comienzos de los 80, que legó una deuda con el Banco Central que el BCI terminó de saldar el 17 de octubre de 1991. Ese mismo día, Jorge Yarur Banna falleció y a los días fue reemplazado por su sobrino, Luis Enrique Yarur Rey, quien llevaba una década como gerente general. “Esta elección dio inicio a la tercera etapa del banco, caracterizada por una agresiva estrategia de crecimiento, manteniendo una estrategia de riesgo conservadora, una fuerte inversión en tecnología e innovación y una excelente política de recursos humanos”, según Martínez.
La cronología sigue en 1994, cuando los hermanos Juan Carlos, Jorge Alberto y Luis Enrique Yarur Rey, hijos de Carlos Yarur Banna, tomaron el control del BCI, al adquirir el 34% a la sucesión de Jorge Yarur Banna. Ahora, el banco es controlado por un pacto de accionistas integrado por varias ramas de la familia Yarur, que suman el 63,43% de las acciones. Pero el accionista principal es Empresas Juan Yarur, dueña del 55% del BCI.
A su vez, el holding Empresas Yarur es controlado por la familia Yarur Arrasate, cuyos integrantes poseen el 72,63% de la serie A (que tiene derecho a voto) y el 44,94% de todas las acciones. Luis Enrique Yarur es casi plenipotenciario. Por sí solo tiene el 45,27% de las acciones A y un pacto de accionistas de 2015 le entrega en Empresas Juan Yarur “el poder para representar y emitir el voto en cualquier junta de accionistas”. En el BCI sólo Luis Enrique Yarur ha sido director: sus hermanos Jorge Alberto y Juan Carlos, fallecido en 2022, nunca estuvieron en el directorio del banco. Tampoco las otras Yarur Rey que son accionistas del banco, Victoria Inés y María Eugenia, quien registra sociedades domiciliadas en Perú.
Luis Enrique Yarur gobierna el mayor banco local, medido en colocaciones totales, incluyendo sus operaciones en el exterior, que aportan el 35% del total. Según la memoria de 2022, BCI tenía el 19,2% de participación del mercado total -la que bajaba a 14,24% considerando solo las colocaciones en Chile- y más de 11 mil trabajadores. Su capitalización bursátil asciende a más de US$ 5 mil millones.
La cuarta generación
En 2022, el padre de los hermanos Yarur Arrasate inició en tribunales un proceso para donar parte de su patrimonio a sus nueve hijos. Cada uno recibió 115.439 acciones del BCI, valoradas en $3.183 millones, además de $ 830 millones en efectivo, según la sentencia de un tribunal civil de enero de 2023. De los nueve hijos, los ocho mayores estaban entonces casados bajo el régimen de separación total de bienes.
Ignacio y Diego son los más conocidos, ambos con carreras en el BCI. Son, al decir de todos quienes los conocen, los futuros Yarur en el banco. Más reservado el primero, más extrovertido el segundo, no están sólo en el BCI, sino que también cultivan posiciones en las matrices de los negocios de la familia. Ignacio Yarur, casado con Francisca Jünemann, presidenta ejecutiva de Fundación ChileMujeres, es director de Empresas JY SpA, la sociedad que nació en 2015 de la división de los negocios financieros de todas las empresas productivas en las que se diversificó el patrimonio familiar, como SalcoBrand, Ñuble Alimentos y Empresas Lourdes, en el rubro vitivinícola.
Diego, en cambio, está en el directorio de la otra matriz, Empresas Juan Yarur SpA. De ella cuelgan el BCI y los negocios de seguros: la firma se reorganizó en 2013 para separar los negocios productivos y financieros, y facilitar con ello la expansión del BCI en Estados Unidos. De esa separación nació Empresas JV, el holding en el que está Ignacio, el mayor.
En Salcobrand, que preside su padre, no hay hasta ahora ningún Yarur Arrasate.
Los dos mayores, además, son hinchas del club de fútbol Palestino, que tributa al origen de sus ancestros. El Banco BCI apoya también a la fundación Belén 2000 y la familia nombró a una de sus sociedades de inversión con el nombre de esa ciudad de Cisjordania.
La tercera de los hermanos Yarur Arrasate es Alejandra, una arquitecta de 44 años, egresada de la UC. Titulada en 2005, su nombre figura como colaboradora en la construcción de la Galería Patricia Ready, su tía, casada con el fallecido Juan Carlos Yarur Rey, entre 2006 y 2008. Hoy María Yarur vive en España, con su marido, Pablo Armas, country head en ese país de la gestora Americas Capital.
La cuarta es Gabriela Yarur, 41 años, enfermera de la Universidad de los Andes. La quinta es María Yarur (40), abogada de la UC. Casada con el exdiputado UDI Felipe De Mussy, María Yarur preside la fundación Ya. “Somos una fundación familiar, creada por la familia Yarur Arrasate, que por ambas ramas es de origen inmigrante y lleva en su ADN el espíritu y los valores del emprendedor”, describen en su página web. En el directorio están también su padre, su madre, Ane Miren Arrasate González, cuya familia es de inmigrantes españoles, y su hermano mayor, Ignacio.
Luego vienen otras tres mujeres: Sofía (38), diseñadora UC, Ana (35), periodista UC y con un máster en gestión y patrimonio cultural de la Universidad de los Andes, y Lucía, filósofa UC y pedagoga de la UDD (30).
La cuarta generación de los Yarur Arrasate la cierra Luis Enrique junior, hoy de 24 años. Igual que su padre y el mayor de sus hermanos, que lo dobla en edad, será abogado. Egresado de la UC, realizó ya dos breves pasantías de un mes cada una en el mismo lugar donde el nuevo director del BCI trabajó por casi cuatro años: el estudio Carey. En 2021 estuvo un mes en el equipo de fusiones de Pablo Iacobelli y en 2022, en el de Ricardo Reveco, a cargo de los grupos judicial y de insolvencia, quiebras y reestructuraciones. Ahí, dicen quienes conocieron esa experiencia, Luis Enrique Yarur junior trabajó de igual a igual con los otros pasantes.
Camino a la cúpula
El directorio del BCI se reunió en 2022 en 16 ocasiones. Pero su comité ejecutivo reportó 81 sesiones, es decir, cada cuatro días y medio. Presidido por Yarur Rey, ese comité lo componen también otros directores: Juan Edgardo Goldenberg, José Pablo Arellano, Manuela Sánchez y Mario Gómez, el director que renunció para ceder su lugar a Ignacio Yarur. Ese comité es el que más interactúa con el grupo de 12 ejecutivos principales del banco, además de los gerentes de las filiales. Entre los 12 primeros están Ignacio y Diego Yarur Arrasate. Y deben asistir, igual que los otros gerentes, a exponer de vez en cuando a ese comité, según se traten temas de su área de responsabilidad. Ahí se encuentran con su padre y jefe.
Diego es gerente de la división desarrollo corporativo e internacional desde 2016 y por ello viaja bastante a Estados Unidos, donde el BCI ingresó en 2015, con la compra del City National Bank, y Perú, donde el banco chileno inició operaciones en julio de 2022. Es director de ocho empresas, entre ellas BCI Corredora de Seguros, BCI Factoring y los bancos internacionales en Estados Unidos y Perú. Un director de alguna de esas filiales recuerda que el segundo de los Yarur Arrasate lideró la compra del negocio de la tarjeta Líder a fines de 2017.
Ignacio, en tanto, ha encabezado un área clave del banco: es gerente de la división ecosistema digital, una materia que, dice un director de filiales de la entidad, domina con perfección matemática. El primogénito está en 11 directorios, entre ellos tres filiales del banco: la corredora, la filial que maneja la tarjeta Líder y BCI Pagos. También está en las fundaciones ChileMujeres y Lago Colico. Ha ocupado posiciones en banca retail, wholesale banking, banca privada, la cuenta digital Mach y en data & analytics. “Es serio, recatado, escucha bastante”, describe alguien que ha trabajado con Ignacio Yarur. “Es un ingeniero comercial que se recibió de abogado”, grafica otra persona que ha compartido directorio con él.
Ignacio ahora asumirá la mayor posición de un Yarur Arrasate en el corazón del patrimonio familiar, una posición que lo pone en la primera línea de sucesión de su padre para la presidencia del banco. La incorporación de los Yarur fue resuelta así: que los hijos mayores asumieran por años cargos ejecutivos, que conocieran el detalle de sus operaciones y que tuvieran una larga experiencia gerencial antes de llegar al directorio. Como su padre, que fue gerente general del BCI desde 1980, once años antes de reemplazar a su tío Jorge Yarur Banna, quien, a su turno, también fue gerente general antes de reemplazar al primer Yarur, Juan Yarur Lolas, en la presidencia. Un profesional que conoce bien a la familia imagina a alguno de ellos siguiendo ese camino: ubicarse a futuro como CEO o gerente general del banco. Diego podría ser el candidato para ello, dada la nueva posición de su hermano mayor en el directorio. Pero, con o sin esa escala, también llegará al directorio. “Eso es seguro. Los dos seguirán a futuro en el BCI”, opina un exdirector de un banco que lleva la marca Yarur.P