En el marco de la discusión de la reforma previsional, el ministro de Hacienda, Mario Marcel, este martes en la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados, criticó el cálculo que hizo el economista David Bravo hace un tiempo sobre tasas de reemplazo.
Y este miércoles el director del Centro de Encuestas y Estudios Longitudinales UC, le respondió al ministro Marcel en la misma instancia, y aprovechó también de criticar el modo en que se calcularon las tasas de reemplazo en el informe que entregó el gobierno y que fue hecho por la Superintendencia de Pensiones y la Dirección de Presupuestos, coordinado por el economista y asesor del gobierno para la reforma previsional, Cristóbal Huneeus, y que contó con colaboración de los economistas Rodrigo Vergara, Gabriel Ugarte y Paula Benavides.
El tema de fondo que llevó a este enfrentamiento entre los economistas que han encabezado las principales comisiones sobre pensiones, es que según el documento que dio a conocer el gobierno, las tasas de reemplazo fueron calculadas de acuerdo al promedio de las últimas 12 cotizaciones que tuvo cada persona, sin considerar los meses en que los afiliados no cotizaron, es decir, sin considerar los “ceros”. En cambio, Bravo usó para el cálculo el ingreso promedio de toda la vida laboral, y cuando la persona no cotizó, asumió que tiene un ingreso igual a cero.
En ese sentido, el martes Marcel dijo que “lo que se hace normalmente para calcular tasas de reemplazo es hacer esa comparación respecto de los últimos años de vida laboral activa. El ejercicio que hizo el economista David Bravo, de comprarlo con el promedio de toda la vida, es algo que yo, sinceramente, en términos de análisis de seguridad social, nunca lo he visto, porque es cosa de preguntarnos a nosotros mismos, los que ya tenemos canas, si me van a calcular algo en función de lo que yo ganaba cuando tenía 19 años y empecé a cotizar en el sistema, es absurdo, porque no es eso lo que va a definir mi continuidad de ingresos, van a ser los ingresos que tuve inmediatamente antes de retirarme”.
Este miércoles David Bravo respondió: “Coincido con él, en que usar el indicador incorrecto es absurdo. Y yo considero que es absurdo pensar que la última remuneración en realidad es un reflejo de la historia laboral de las personas (...) El sistema de pensiones no trata de que la calidad de vida que tienen las personas dos meses antes de pensionarse, sea la que se va a mantener hacia adelante”.
Y agregó que en el informe del gobierno “no se incluyen los ceros” lo que significa que “si una persona tiene tres meses (de cotización), no se le computan los meses que no cotizó, por lo tanto, hacemos equivalente la calidad de vida previa a la pensión, es como que extrapoláramos que el mes que trabajó, o los tres meses que trabajó, representan su vida. Y luego entonces, comillas, exigimos que la pensión tenga que ver con ese ingreso que en realidad no tuvo esa persona, porque estamos tomando un mal indicador (...) Se puede llegar al absurdo mismo que el ministro Marcel criticaba acá ayer, respecto de que a la persona se le están computando, como parte de sus doce meses, remuneraciones que pueden ser de 2010”.
Economistas opinan
¿De qué manera se deben calcular realmente las tasas de reemplazo y, se deben o no incorporar los “ceros”? Lo cierto es que a juicio de los economistas no hay una única respuesta correcta, y dependiendo de quien opine, la fórmula más indicada puede variar.
“No hay una única definición que sea intrínsecamente mejor que otras. La pregunta es qué faceta del sistema de pensiones quiero evaluar. La más importante hoy es si una persona al jubilarse sufre o no una merma significativa en su capacidad de consumo (...) El corolario es que tomar un año de tiempo parece una opción razonable”, dijo este viernes el exsuperintendente de Pensiones y profesor asociado de la Universidad de Chile, Guillermo Larraín, en una carta a El Mercurio.
Para la economista y directora de la Escuela de Gobierno de la Universidad Católica (UC), Andrea Repetto, “el problema no son los ceros”, sino más bien “el largo de la historia laboral que consideras”. A su juicio, “lo que importa es el estándar de vida previo a la jubilación, si tu objetivo es evaluar la capacidad de mantenerlo post jubilación. Ese es el ingreso pre retiro. Y es lo que usa la OCDE, el último salario. Esa es la discusión que tenemos que tener, no los ceros”.
Así, Repetto estima que lo más adecuado sería ver el último año de salarios, porque “ese es el estándar de vida que quieres proteger, en particular en una economía como la nuestra que ha crecido enormemente en los últimos 30 y tantos años”.
El economista Marco Morales, profesor asociado del Departamento de Economía de la Universidad Diego Portales (UDP) y Ph.D. en Economía de la Universidad de Boston, cree que “sería un error calcular la remuneración promedio de un afiliado incluyendo los ceros, ya que eso implicaría que estamos seguros que en esos meses no hubo ingresos. Puede ser simplemente que en esos meses generó ingresos ´informales´ y no cotizó. De otra forma, tendríamos que asumir de que tampoco realizó ningún consumo en esos meses con ´ceros´”.
Morales agrega que “si el objetivo de medir la tasa de reemplazo es obtener una medida de qué proporción del ingreso en la etapa activa es reemplazado con los ingresos de la pensión, me parece más correcto tomar los datos observados (meses con cotización), en lugar de hacer supuestos sobre cuánto ingreso pudo tener el afiliado en los meses en que no cotizó. Esto es mejor en términos estadísticos, que asumir que no hubo ningún ingreso en los períodos de lagunas previsionales”.
Por último, Morales cree que “sería bueno saber qué proporción de ´ceros´ tienen los afiliados incluidos en el cálculo, para evaluar qué tan fuerte puede ser el efecto en el cálculo de la tasa de reemplazo”.
Soledad Hormazábal, investigadora Centro de Estudios Horizontal, cree que “no es necesariamente un error excluir los ceros, sin embargo, tiene el problema que dice David Bravo: sobreestimas el salario de las personas. Por ejemplo, hay personas que trabajan por temporadas y luego ahorran para los meses en los que no trabajan, al excluir los ceros vas a sobreestimar el ingreso de esas personas. Dicho eso, es una práctica común excluir al menos alguna cantidad de ceros del cálculo”.
Sobre el modo en que se deberían medir las tasas de reemplazo, Hormazábal estima que “los últimos 10 años es una medida razonable, que equilibra el no seleccionar una muestra muy pequeña que puede ser poco representativa, y sirve como indicador sobre la capacidad del sistema de pensiones de suavizar el consumo. Los sistemas de pensiones tienen dos roles fundamentales: prevenir la pobreza en la vejez y suavizar el consumo”.