Marzo quedará en la historia económica como el mes en que se desató la crisis del coronavirus. Aún está por verse si esta recesión, en que la actividad mundial entró -según declaró el FMI- y que ha llevado a innéditas medidas por parte de bancos centrales y gobiernos, será similar a la de 2008 -aunque hasta ahora parece que será peor- o más bien se parecerá a la Segunda Guerra Mundial o incluso a la Gran Depresión de 1929. Es muy pronto para estimarlo de manera exacta, pero lo concreto es que, en algún grado, las autoridades han logrado contener parte de la hemorragia de los mercados.
El temor de los inversionistas a la paralización sincronizada de las principales potencias del mundo llevó a que el dólar y los bonos del Tesoro de EEUU fueran los activos preferidos. Las acciones cayeron de manera generalizada.
El índice MSCI World -acciones globales- cayó 21,4% en el trimestre, el peor registro histórico. El Dow Jones se contrajo 13,7% en el mes, el peor dato desde octubre de 2008, y 23,2% en el año (el peor desde 1987). El Euro Stoxx en el trimestre tuvo una caída de 25,6% (el más malo desde 2002).
La bolsa chilena logró cerrar sobre los 3.000 puntos (3.487) luego de haber perdido ese piso por algunas sesiones. Pese a subir 5,16% en el último día del mes, marzo terminó con una baja de 15,41%, el peor desempeño de 1998, y en el trimestre cede 25,3%, el peor trimestre de la historia.
Por acciones, Latam Airlines fue el emblema de las caídas (-69% en tres primeros meses del año).
Este “volar a la calidad” por parte de los inversionistras llevó a que el dólar se apreciara frente a todas las monedas. Y en Chile no fue la excepción.
La divisa estadounidense se ubicó en una punta vendedora de $854,27, lo que representa un aumento de $1,73 en relación al cierre del martes. Con este resultado, el tipo de cambio acumuló un alza de $ 32,97 en el mes. y de $98,1 en el primer trimestre, la mayor subida trimestral de la historia.
El cobre, principal producto de exportación del país y soporte del peso chileno, acumula una caída de 22,08% en el año, su peor resultado trimestral desde 2011.
Sin embargo, la materia prima protagonista fue el petróleo, que tras el fracaso de las conversaciones entre Arabia Saudita y Rusia, se desplomó 66,5% hasta US$20,48 el barril. Una caída también histórica.