El Ministerio de Obras Públicas sigue realizando esfuerzos para dinamizar la actividad del sector de la construcción. Pese al complejo momento que viven algunas empresas, desde la cartera que lidera Juan Carlos García, han adoptado ciertas medidas para permitir que uno de los aspectos claves para la realización de obras públicas pueda tomar impulso.
Se trata de las licitaciones para la construcción de infraestructura pública, las que desde la década de los noventa ha visto ingresar a actores internacionales con fuerza, llegando a transformar la conectividad vial y aeroportuaria, por mencionar solo algunos ejemplos.
Sin embargo, un análisis que realizó a nivel interno, el MOP identificó una serie de problemas que estaban incrementando el nivel de licitaciones declaradas desiertas, donde no se presentan empresas con ofertas para desarrollar los proyectos, o incluso eran desestimadas. De hecho, en marzo de 2022 fue el mes donde más licitaciones quedaron dentro de estas dos categorías.
“Producto de la importante alza en los costos de la construcción, la pandemia y la baja cantidad de oferentes que teníamos en nuestras licitaciones, veníamos desde el 2021 con un promedio del 27% de nuestras licitaciones declaradas desiertas o desestimadas. Esto generaba un importante retraso, en cada una de esas obras, pues había que relicitar e iniciar un nuevo proceso”, explica García sobre las complejidades que han enfrentado las licitaciones durante el último tiempo.
Para despejar dichos problemas, el MOP trabajó en conjunto con el Ministerio de Desarrollo Social y Familia (MDSF) y la Dirección de Presupuestos, para implementar una iniciativa que permite adjudicar proyectos hasta un 20% por sobre el valor recomendado por el MDSF.
Esto, luego que en julio pasado entrara en vigencia una resolución exenta que faculta a las carteras a que las ofertas recibidas puedan tener un sobreprecio por dicho porcentaje. García detalla que esta excepción aplica para “obras civiles y/o equipamiento, sin necesidad de un proceso de reevaluación”.
Esta modificación ya empieza a dar sus frutos. Según la Dirección General de Obras Públicas (DGOP), el promedio de licitaciones desestimadas o desiertas cayó a un 12% entre julio y octubre pasados, es decir, desde la entrada en vigencia del cambio. Al comparar con el mismo período del año pasado, se observa que el promedio de licitaciones desestimadas o desiertas era del 32%.
“Esto no solo nos ha permitido reducir al 12% la cantidad de licitaciones declaradas desiertas o desestimadas, sino también aumentar el número de empresas que están licitando, generando un mayor dinamismo”, destaca García.
De hecho, hoy se presentan en promedio 3,4 empresas por cada proceso de licitación. A lo anterior, se suma la entrada en vigencia del reajuste polinómico para las nuevas licitaciones, que permite ajustar los contratos cuando los costos de construcción se disparan.