Su mayor nivel en 12 años. Ese es el récord que registró en julio la morosidad de 90 días o más que reporta el sistema bancario a la Comisión para el Mercado Financiero (CMF). Allí es posible observar que la morosidad total, esto es, incluyendo colocaciones de empresas y de personas (consumo y vivienda), llegó a 2,32% en el séptimo mes del año. Pese a que representó un aumento de solo dos puntos base con respecto al mes anterior, es un nivel no visto desde julio de 2012, cuando la mora llegó a 2,38%.

Este peak ocurre luego de que entre fines de 2021 e inicios de 2022 se observó la tendencia totalmente opuesta. En ese momento, la morosidad de las personas y empresas que tienen créditos con la banca anotó su menor nivel desde que hay registro en las cifras que publica la CMF, es decir, desde enero de 2009.

Lo anterior, considerando que la morosidad mayor a 90 días en el sistema bancario se redujo a un 1,37% de las colocaciones comerciales de la banca en diciembre de 2021, mientras que fue de 1,07% para la cartera de consumo en octubre de 2021, y en vivienda anotó ese mismo porcentaje en marzo de 2022. Todos esos son los menores niveles de los que hay registro en cada cartera.

Sin embargo, desde entonces la morosidad ha venido subiendo de manera persistente, anotando récords en las carteras de préstamos de consumo y comerciales, no así en vivienda, que se ha mantenido por debajo de los registros prepandemia.

Morosidad de empresas y personas con bancos en máximos de 12 años.

Con todo, el incremento en el margen observado en julio para la cifra total, se explicó únicamente porque la cartera de vivienda anotó un alza de 13 puntos base en la morosidad, hasta llegar a 2,11%, su mayor nivel desde julio de 2020.

Ahora bien, en el análisis más amplio, el máximo de 12 años que marcó la morosidad responde principalmente a lo acontecido en las carteras de consumo y empresas, pues es en esos dos ítems donde la mora se encuentra por sobre el promedio de los últimos quince años.

Según los datos de la CMF, la morosidad mayor a 90 días que hay en la cartera comercial del sistema bancario alcanzó en mayo pasado su nivel máximo desde que el regulador lleva registro en su sitio web, pues llegó a un 2,44% del total de colocaciones comerciales. Desde entonces, ha cedido en el margen, y en julio se ubicó en 2,42%.

En tanto, la morosidad mayor a 90 días en la cartera de consumo también tuvo un récord en febrero, de 3,04%, su mayor nivel desde julio de 2009. Pero a partir de ahí ha mostrado una clara tendencia a la baja, pues ha disminuido en 35 puntos base, hasta llegar a 2,69% en julio.

Morosidad de empresas y personas con bancos en máximos de 12 años.

Desde la Asociación de Bancos (ABIF) comentaron que “la capacidad de pago -y por ende la morosidad- está directamente vinculada al dinamismo de la economía en general. En el caso de las carteras de consumo, estas están ligadas a la evolución del mercado del trabajo”.

En este contexto, explicaron que “el crecimiento de la economía ha sido acotado, expandiéndose el PIB solo 0,2% real en 2023 y proyectándose un crecimiento en torno a 2,5% para 2024. En tanto, en el mercado laboral se han observado niveles de desempleo mayores a los de años previos, alcanzando 8,7% en el trimestre de mayo a julio, al tiempo que la informalidad laboral se ha mantenido elevada, en torno a 28% de los ocupados”.

El gremio agregó que “el aumento en la morosidad refleja un escenario más difícil para la economía en su conjunto, y una situación financiera más precaria para las personas y empresas, que es preciso seguir monitoreando con atención. Sin embargo, las provisiones constituidas por la banca cubren adecuadamente este escenario, reflejando así la coherencia entre la gestión de riesgo y los índices de morosidad efectivos”.

Por su parte, Daniel Mora, equity research associate de Credicorp Capital, aseguró que “lo que estamos observando en este momento es una normalización de los indicadores de calidad de cartera, teniendo en cuenta los efectos algo rezagados de altas tasas y alta inflación. Se está viendo en estos momentos porque la liquidez de los hogares se ha secado, luego de ver los efectos positivos en morosidad de los retiros de fondos de pensiones y transferencias por parte del Banco Central”.

Morosidad de empresas y personas con bancos en máximos de 12 años.

Bajo este escenario, Mora señaló que “antes de llegar al punto más alto desde 2012, observamos a finales de 2021 y comienzos de 2022 el indicador de cartera de 90 días más bajo de la última década. De esta manera, sin liquidez, con un mercado laboral presionado y tasas e inflación altas en gran parte de 2023, se observa la normalización del indicador de cartera”.

Sin embargo, el ejecutivo sostuvo que “los bancos se han anticipado a un escenario de morosidad importante desde el inicio de la pandemia y han acumulado provisiones adicionales que les ha permitido mantener indicadores de cobertura (stock de provisiones /cartera vencida) saludables”.

Y lo ejemplificó así: “Banco de Chile tiene $700 mil millones en provisiones adicionales y un ratio de cobertura de 257%, alineado al histórico. Lo mismo se ve con Santander, Bci e Itaú Chile, los cuales tienen provisiones adicionales de $293 mil millones, $369 mil millones y $167 mil millones, respectivamente, y ratios de cobertura alineados con las cifras históricas. En este sentido, es un factor a monitorear en adelante y para algunos bancos este escenario puede exigirles que reporten mayores cifras de provisiones, pero los datos de cobertura sugieren que los bancos están en una posición adecuada para enfrentar este escenario”.

Adicionalmente, indicó que “con tasas más bajas e inflación controlada, se espera que esto ayude a que la cartera vencida encuentre un punto de inflexión y comience a disminuir”.