La salud digital y la información de los pacientes que se recopila por medio de dispositivos que monitorean nuestro comportamiento, la consulta médica de forma remota y los resultados de diversos exámenes que se almacena en los servidores de los centros de salud, son temas que recién se están viendo con mayor profundidad en este último tiempo a raíz de la crisis que generó el Covid-19.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) a finales del año pasado realizó el primer encuentro, entre expertos, para abordar un uso óptimo de dispositivos digitales y del manejo ético de los datos que se almacena por medio de estos equipos.
Además, en uno de sus boletines de este año, la OMS advirtió que vulnerar la seguridad digital de algunos hospitales es muy fácil, tanto hacerlo ingresando físicamente a los computadores de los centros de salud por medio de dispositivos externos y la misma facilidad para hacerlo de forma remota.
Además, el organismo comenta que algunos de los datos que se presenta como anónimos son fácil de rastrear al paciente y que la información de las personas en esta área también es utilizada de forma indebida por empresas para uso comercial o evaluación de riesgo en ciertos seguros asociados a la salud.
En el caso de Chile el panorama no sería mejor, el gerente general de Pallavicini Consultores y presidente comunidad de profesionales de riesgo operacional, César Pallavicini, comenta que tanto el sector privado como el público están expuesto a ciberataques.
Además, Pallavicini advierte un mal uso de los datos de empresas del mundo de la salud. “Sin que intervengan los ciberdelincuentes, actualmente las empresas relacionadas o grupos económicos que son parte de empresas tales como clínicas, Isapres, centros médicos, laboratorios y compañías de seguros, intercambian bases de datos de clientes sin ningún pudor y pueden utilizar información de tal forma que perjudica al paciente, como, por ejemplo, enfermedades que suban las primas en seguros de salud”.
Por su parte, el abogado y socio de Cariola Díez Pérez-Cotapos, Rodrigo Lavados, plantea que en el país “existen una serie de normativas que la protegen. Sin embargo, esas normas son abstractas, lo que hace que su implementación práctica difiera entre prestadores de servicios de salud. Se echan de menos guías obligatorias y más concretas sobre seguridad de la información y lo anónimo de datos.
En esa línea, Lavados comenta en la necesidad de avanzar tanto en el área legislativa de este tema y en la donación de datos de salud para que el avance científico no se limite y cumpla con los protocolos adecuado.