”Teorías del Todo”. Así se titula la que será la primera primera Conferencia Anual Exponencial de la Universidad del Desarrollo (UDD) y en que el académico y execonomista jefe de la OCDE, Klaus Schmidt-Hebbel, será un actor principal. “En Chile no sabemos casi nada de estos paradigmas. Es un tema fascinante y se puede presentar para un público no especializado como yo, que no soy ni físico, ni biólogo, ni químico”, afirma con entusiasmo el economista, quien moderará uno de los paneles del encuentro que se realizará este jueves en el Aula Magna de la UDD.
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Schmidt-Hebbel relata que las “teorías del todo” arman un “puzzle” gigante que reúne todas las piezas del conocimiento humano y que ayudan a entender cómo se desarrolló el universo y la vida desde el “Big Bang, a cómo llegamos a ser quienes somos y cuál será nuestro destino”.
Sin embargo, el economista no deja atrás lo que también hoy es es una de sus grandes preocupaciones. “Soy mucho más pesimista que el mercado y que las proyecciones de Hacienda, que apuntan a una expansión de 2,5% para el próximo año. Es de una muy baja probabilidad que crezcamos a ese nivel. Mi escenario base de crecimiento máximo para Chile es de 1% para el próximo año. Podríamos tener tercer año de estancamiento para la economía chilena en 2024″, advierte el académico de la UDD.
¿Cuál es su análisis sobre el empeoramiento del contexto externo para la economía chilena durante los últimos meses?
-El panorama externo no es malo. El escenario actual es de un crecimiento en torno al 3% de la economía mundial para este año y estoy citando las cifras más recientes del FMI, aunque no está incluido el efecto de la guerra entre Israel y Hamas, el que introduce una incertidumbre importante también. Pero en el balance, no estamos peor de lo que se estimaba hace dos años.
Habiendo dicho eso, estamos llenos de shocks mundiales, geopolíticos, y con guerras regionales. Estamos también con shocks financieros moderados. La incertidumbre económica, política y financiera es alta y eso se refleja en mercados muy volátiles de renta variable y también de renta fija. A eso se agrega una inflación americana que es más insistentemente alta y que le cuesta más a la Reserva Federal (Banco Central de Estados Unidos) reducirla, y con una economía de Estados Unidos muy resiliente, incluso a las alzas de tasas. Tenemos una situación de tasas largas muy elevadas y el costo del crédito está alto en Estados Unidos. Eso tiene implicancias para Chile.
Chile enfrenta un panorama en el cual el crecimiento mundial es entre moderado y bueno, con problemas regionales de menor crecimiento en China, con recesión en Alemania y la Unión Europea con una economía que está cerca de una recesión.
Las debilidades que muestra la economía chilena se deben en un tercio a incertidumbres y crecimientos débiles en China y en Europa, y los otros dos tercios son “made en Chile”. Lo que tenemos en estos ocho trimestres del gobierno de Boric, que se cumplen en marzo del próximo año, es básicamente un PIB estancado; hay cero crecimiento en promedio.
Su conclusión es que los problemas de crecimiento de Chile son mayoritariamente internos..
-Sin ninguna duda. Los problemas internos son muchos y diría que algunos se vienen arrastrando por muchos años, incluso décadas. Entre ellos la “permisología” y las trabas a la inversión por un Servicio de Evaluación de Impacto Ambiental tremendamente ineficiente para conseguir permisos para construir desde una ferretería en un pueblo chico, hasta construir un gran proyecto minero; desde construir una planta de hidrógeno verde en Magallanes, hasta una planta de producción de energía solar en el norte.
Es algo que este gobierno tiene plena conciencia y, por tanto, yo aplaudo al Ejecutivo, a los ministros (de Hacienda) Mario Marcel y (de Economía) Nicolás Grau, que han anunciado un programa importante de reformas estructurales de la “permisología”, del rol que juega el Consejo de Monumentos Nacionales, y de todo el sistema de evaluación de impacto ambiental para hacerlo mucho más eficiente y breve, sin bajar los estándares de exigencia.
¿La mayor amenaza o mayor riesgo para la economía chilena en mediano y largo plazo son las tasas largas en Estados Unidos?
-Difiero totalmente de esa apreciación. Para el mediano y largo plazo, desde los próximos dos años en adelante, las tasas americanas van a estar bajas. Esto es un tema temporario porque hay incertidumbre respecto de si la Reserva Federal va a subir aún más la tasa de política monetaria por encima del nivel actual, o si la van a mantener por un tiempo más largo desde hoy y hasta, eventualmente, el fin del 2024. Esa es la incertidumbre. El momento en que bajen las tasas o haya una certeza muy grande que van a empezar a bajar las tasas cortas, la tasa de referencia para la interbancaria americana de día a día, también las tasas largas van a acompañar este proceso.
De todas formas, hay una pequeña incertidumbre residual que no es cero, y es la situación fiscal americana, que es muy mala. La relación entre deuda pública americana y el producto, que hoy está en un nivel de entorno cercano al 120% del PIB americano, podría seguir aumentando en los siguientes años, dada la irresponsabilidad fiscal de gobiernos demócratas y republicanos. El resultado es un déficit excesivamente alto. Eso tiene a la larga un efecto sobre la prima de riesgo de las tasas largas americanas. Todavía hoy ese efecto es bajo, pero puede ir aumentando en el futuro. Eso me asusta y es un tema de mediano a largo plazo.
La inflación de octubre en Chile fue más baja de lo esperado. ¿Cree que eso da espacio para retomar bajas de tasas de interés más agresivas por parte del Banco Central?
-Creo que sí. Estoy de acuerdo con la mayoría de los analistas sobre esos mayores espacios. Chile está en una senda claramente de control de la inflación y eso tiene distintas causas. Una de ellas es que se acabaron los IFE y esas enormes transferencias. El gasto privado hoy no solamente no es expansivo, sino que está estancado, y eso reduce la presión sobre los precios por el lado del gasto interno, que está muy deprimido. La segunda razón es la alta tasa de interés. Esas dos fuerzas que son restrictivas hacen que la inflación esté convergiendo más rápido de lo que nosotros anticipamos, y eso da espacio para que el Banco Central ajuste más rápido las tasas de interés a la baja.
En el mercado hay quienes creen que el Banco Central le está dando demasiada importancia a la trayectoria del dólar y que su guía única debiese ser la inflación subyacente…
-No, difiero de ese análisis. El Banco Central en forma bastante coherente, desde que adoptó el nuevo esquema de política monetaria y cambiaria en el año 2001, es una institución que prioriza en su política monetaria el objetivo de alcanzar su meta de inflación. Por supuesto, para alcanzar la meta de inflación toma en consideración lo que sucede con el tipo de cambio.
Bajo este contexto interno y externo, ¿cómo proyecta el crecimiento de Chile en 2024?
-Soy mucho más pesimista que el mercado y que las proyecciones de Hacienda, que apuntan a una expansión de 2,5% para el próximo año. Es de una muy baja probabilidad que crezcamos a ese nivel. Mi escenario base de crecimiento máximo para Chile es de 1% para el próximo año. Podríamos tener un tercer año de estancamiento para la economía chilena en 2024.
Para el próximo año también está el temor de que la alerta que dio Standard & Poor’s recientemente se concrete en una baja de la clasificación para Chile...
-Es altamente probable que haya un downgrade (rebaja de la nota crediticia). La variable principal que miran las clasificadoras es deuda bruta dividida por el PIB. El mismo ministro de Hacienda estima que la relación deuda y PIB va a estar en 41% el próximo año y estimo que va a ser más alto que eso porque están sobreestimando el crecimiento del próximo año.
¿Cree que un rechazo de la nueva Constitución en diciembre pueda traer más incertidumbre a la economía?
-Creo exactamente eso. De todas formas, como podría haber mucha gente frustrada que vota rechazo, eso no asegura que la incertidumbre constitucional se acaba del todo y va a seguir existiendo una discusión de si hay que hacer reformas a través del Congreso o concretar un tercer intento con una asamblea o una comisión. Habrá toda una discusión gane el ‘Rechazo’ o gane el ‘Apruebo’. Pero creo que si gana el ‘Apruebo’ va a haber mucho menos incertidumbre que si gana el ‘Rechazo’.