Suman y siguen las ideas o propuestas para enfrentar los coletazos del coronavirus en la economía chilena.

Ahora es el turno de Horizontal, centro de estudios que se focalizó en medidas de apoyo a la clase media y cuya idea ancla probablemente no le agradará demasiado a la banca: postergar el pago de los créditos hipotecarios.

Horizontal dijo que estos préstamos equivalen, en promedio, al 25% del ingreso mensual de los hogares de la clase media, el que calculó entre los $590.250 y $1.574.000 al mes.

“Una postergación de 6-12 meses, exclusivo para la vivienda propia, no válido para segundas viviendas, significaría un gran alivio financiero, además de reducir para las familias la presión que supone la posibilidad de perder el hogar en el que se vive”.

El think tank que tuvo entre sus filas al ministro de Hacienda, Ignacio Briones, explicó que el aplazamiento de una hipoteca es un acuerdo temporal, mediante el cual, la institución financiera que administra el crédito permite que el deudor realice pagos menores o suspenda el pago de dividendos de manera temporal.

¿Qué préstamos se postergarán? La propuesta de Horizontal propone que el beneficio será otorgado a quienes tengan créditos vigentes con montos de financiamiento iniciales de entre UF 1.000 UF y UF 10.000, y debe incluir a aquellos morosos que incurrieron en no pago pasado el inicio de la pandemia.

Horizontal detalló que el aplazamiento de este préstamo consistiría en un crédito blando –y homogéneo para cada institución bancaria- emitido por el propio banco, a la tasa contingente del Banco Central del 0,5%, que reemplace el pago de dividendos y cuya adquisición sea voluntaria por el deudor.

“Así, teniendo el nuevo crédito emitido un periodo de gracia de entre 6 a 12 meses, este equivaldría en la práctica a un aplazamiento efectivo del pago del crédito. Las instituciones financieras pertinentes tendrían la obligación de ofrecer esta facilidad”, precisó la entidad.

¿Quiénes pueden?

Hasta marzo del 2020 el número de deudores en la cartera hipotecaria de los registros bancarios ascendían a 1.155.904. De este total, 613.556 tienen deudas de créditos hipotecarias entre las 1.000 UF y los 10.000 UF, que es en donde se concentra el grupo sobre el que trata este documento.

Una de los puntos que más llama la atención es que para optar a la ayuda no necesariamente hay que estar desempleado. Según el documento, se priorizará la entrega de este beneficio a aquellos individuos que hayan perdido su fuente laboral durante este periodo (con documentación demostrable) y a aquellos que estén dentro de la categoría de informales.

“Así, entre dos sujetos con las mismas condiciones de crédito que desean postergar, se dará prioridad al que esté desempleado o que pertenezca al sector informal (utilizando el indicador de emergencia del Ministerio de Desarrollo Social), pero que figure como titular del crédito”