Ya va un año desde la integración de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) con la ex SBIF (Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras), y su presidente, Joaquín Cortez, hace un balance positivo de estos doce meses, aunque recuerda que no estuvieron exentos de complicaciones. El líder de la CMF también entrega su opinión sobre el tema que marcó la semana: las indicaciones que ingresó el gobierno al proyecto que establece mayores exigencias de transparencia y responsabilidad a los agentes de mercado, estableciendo más regulación para los asesores previsionales y los cambios de fondos en las AFP.
El Banco Central ha advertido de las distorsiones que se generan en el mercado por estos cambios de multifondos. ¿Mira eso con preocupación?
-Nosotros no regulamos los fondos de pensiones, pero a mi juicio, lo más importante es que al mirar el largo plazo, estos cambios frecuentes desde un fondo a otro no necesariamente van a mejorar la pensión, y probablemente al revés. En segundo lugar, impone costos. Por ejemplo, si un administrador de un fondo tiene entradas y salidas (de dinero), el volumen del fondo va a ser volátil. Eso obliga a tener más liquidez de la necesaria, porque siempre tiene que estar preparado por si se producen retiros, y eso es subóptimo. La posibilidad de que alguien se retire, obliga a tener más depósitos a plazo en el corto plazo, que no rentan nada, en vez de estar invertidos. Eso a lo más podría beneficiar, y si es que, a los que se cambian de fondo, pero perjudica mucho a los que se quedan. De alguna forma se ha intentado mitigar esto a través de la educación financiera, pero todavía falta, es un tema importante de avanzar.
¿Algo más que crea que hay que mejorar?
-La experiencia que tengo es que en general los asesores de inversión están registrados, y algo importante de estar registrado es que revelan sus conflictos de interés. Cuando los bancos de inversión hacen una recomendación de invertir en una empresa, abajo tienen un disclaimer que dice “banco X de tiempo en tiempo puede hacer negocios de asesorías, de préstamos, con este cliente”. Es muy importante que el público conozca los conflictos de interés que puedan tener los asesores financieros, sobre todo en la medida que están cobrando por su servicio. Esta ley avanza mucho en eso.
Como regulador del mercado de capitales, ¿cree que este tipo de asesores puedan estar manipulando el mercado? ¿El proyecto que ingresó el gobierno abarca bien todo lo necesario?
-El proyecto pide que los asesores previsionales se registren, y que de alguna forma den a conocer su metodología, y revelen sus conflictos de interés. No me atrevo a decir que es todo lo que necesitamos, pero es un gran paso adelante (...) Como opinión personal, creo que las personas que realmente pueden mover el mercado, que tienen esa capacidad, tienen una responsabilidad superior, tienen que ser más responsables de ese poder que tienen.
¿Cree que la ley podría ir más allá y darle mayores atribuciones a la CMF?
-En el fondo, la ley tendría que definir qué es lo que considera una infracción.
El Banco Central y la OCDE han advertido que los cambios masivos son un problema para la estabilidad financiera. Hay una indicación en el proyecto que ha causado polémica: limitar los cambios de fondo. ¿Ese es el mejor mecanismo para poder mantener la estabilidad financiera?
-Lo primero que uno pensó es: vamos a educar a la gente. Eso toma tiempo. Ahora, lo que uno tiene que ver, es que la gente que se cambia, lo haga realmente habiendo reflexionado sobre el tema. Si no pudiste evitar estos cambios vía educación financiera, vas a tener que hacerlo de otra forma. (Desde el punto de vista del mercado), Chile es un país un poco distinto, porque cuando tienes mercados que están bien diversificados, donde hay muchos actores, los movimientos que tienen unos se contrapesan con las que tienen otros. Acá hay una alta concentración de las inversiones en los fondos de pensiones. En Chile, si uno saca a los bancos que básicamente tienen activos más ilíquidos, y va al resto del mercado, los fondos de pensiones son los actores más importantes. Por lo tanto, el que tiene la capacidad de mover eso, tiene un poder muy importante sobre el mercado. Eso genera la necesidad de discutir una regulación.
¿Han investigado o están investigando a este tipo de actores?
-La Unidad de Investigación es autónoma, puede hacer cualquier investigación. Ahora, yo no sé lo que están investigando.
Este mismo proyecto de agentes de mercado pone bajo la supervisión de la CMF a nuevos actores. ¿Los family office no estarán bajo su perímetro?
-Entiendo que no.
Esta semana el gobierno ingresó un proyecto para agilizar la emisión de deuda de grandes empresas, y también pide que las aseguradoras no repartan dividendos si no tienen cierta fortaleza patrimonial. ¿Hoy están en buen pie las aseguradoras?
-Para nosotros es muy importante que los bancos y compañías de seguros, especialmente las aseguradoras de vida, tengan un buen respaldo patrimonial (porque) tienen compromisos importantes, con depositantes, con aseguradores. La Ley de Bancos permite al regulador limitar el reparto de dividendos a los bancos si no cumplen determinadas condiciones, lo cual entrará en vigor cuando se implemente Basilea a fines de este año. Es una locura que una institución reparta dividendos si no tiene la capacidad de asegurar que les puede responder a sus depositantes, y pensamos que eso que está en bancos, también se debiera llegar a las compañías de seguros.
Pero con la crisis sanitaria, ¿están viendo algún tema preocupante en las aseguradoras?
-Hasta aquí vamos bien, pero hasta aquí, no sé cómo seguimos (...) La verdad es que no sabemos cómo termina esto, entonces estamos en permanente evaluación de sus holguras de capital.
¿Cree que es necesario permitir que empresas, como fue el caso de Latam, que están con problemas para poder seguir operando, puedan dejar de repartir dividendos y no se las obligue a distribuir el mínimo de 30%?
-Este es un tema complicado. Las leyes no tienen excepciones, se pueden cambiar, pero no se hacen excepciones. Siempre hay que tener en la cabeza que los accionistas no son todos ricachones, también hay personas que son minoritarias y que tienen algunas acciones con las cuales viven. Lo que sí, y acá no quiero comprometer al consejo, porque de repente pensamos distinto, y esa es la gracia; hoy es imposible que una empresa pueda repartir dividendos por menos del 30% de las utilidades si no tiene la unanimidad de todos los accionistas. Puede pasar que la empresa verdaderamente tenga problemas de caja, y está obligada a pagar a sus accionistas, incluso poniendo por delante a los accionistas (antes) que a los acreedores. Entonces, a lo mejor lo que uno debiera hacer es que, en vez de pedir un quórum de 100% (para no distribuir dividendos), se podría evaluar exigir un quórum más bajo para tomar esa decisión.
Esta semana dijo que están evaluando volver a dar flexibilidades de provisiones a los bancos para que puedan refinanciar más créditos. ¿Lo están estudiando para todo tipo de préstamos?
-Para los créditos que ya dimos facilidades: consumo, hipotecarios y comerciales.
La crisis pareciera que va a ser más duradera de lo que se pensaba inicialmente. ¿Vienen más medidas?
-Aquí uno tiene que ir mirando en cada minuto del tiempo las medidas que son necesarias para pasar esta crisis, y para salir adelante. Las medidas importantes son las que tome el Ministerio de Hacienda y el Banco Central. Nosotros tenemos medidas complementarias, apoyamos esas medidas, no tenemos dinero ni liquidez, lo que tenemos son normativas, y las usamos para apoyar esas otras, siempre que no sea un problema para la solvencia de las instituciones. Si es necesario, más adelante vamos evaluar otras cosas, estamos full time dedicados a ese tipo de temas.
¿Está conforme con la velocidad con que la banca está dando créditos?
-Con este programa llevamos un mes aproximadamente, y hay que mirarlo de forma integral. En primer lugar, hubo un programa de reprogramación de créditos, y ya se han reprogramado más de 1 millón de créditos. Después estuvo el Fogape, y en un mes ya se han cursado US$ 5.000 millones. Entiendo que los bancos están procesando cuatro veces más créditos a las empresas, que lo que procesaban en tiempos normales. Ese es un gran esfuerzo (...) Hasta aquí, después de un mes, creo que los programas están operando bien.
Crear un nuevo modelo institucional, el principal desafío de la CMF a un año de su integración
La integración de la CMF con la SBIF cumplió un año esta semana. Los avances han sido importantes, pero no ha sido un año exento de complicaciones: “Una semana antes de la integración, teníamos a las dos instituciones en huelga. Eso era dramático, porque los creativos habían inventado hacer una gran integración el primer día, y ese día sábado, estábamos solos”, recuerda Cortez.
Cuatro meses después, empezó el estallido social. “Eso fue algo nuevo. Primero hubo que preocuparse de si estaban funcionando los bancos, cuántas sucursales estaban abiertas, cuántos cajeros automáticos estaban operativos, si había plata en los cajeros, que todo el sistema funcionara, hacer seguimiento de que nada fallara”, comenta.
Pero eso no fue todo, porque después empezó la crisis sanitaria. “Primero teníamos que preocuparnos de que nosotros pudiésemos estar operativos. Por otro lado, siempre les habíamos pedido a todos (nuestros fiscalizados) tener planes de contingencia, a las entidades de infraestructura, a los bancos, las bolsas; y el primer día de cuarentena, lo que hice fue empezar a llamar: ‘¿Van a poder operar mañana?’. Y la verdad es que quedé sorprendido gratamente, porque la respuesta fue ‘No hay problema, estamos preparados para operar’.
¿Cómo fue el inicio del proceso de integración?
-Nosotros sabíamos a principios de 2019 que nos correspondía trabajar en la integración a partir de julio. Sabíamos también que teníamos que desarrollar un proceso de planificación estratégica (...) La ley nos da a la posibilidad de elegir un modelo institucional; teníamos que hacer una planificación para tener claros los objetivos de los primeros años; trabajar en todo el tema de supervisión, donde hay bancos seguros y valores; e instalar una metodología común de supervisión. Teníamos regulaciones que sacar, sabíamos que a poco andar, a un año y medio, había que publicar todas las normas de Basilea III, que era un gran desafío, pero afortunadamente la ex SBIF tenía mucho adelantado, y es un buen equipo.
¿Qué partes de la integración ya fueron concretadas y cuáles faltan?
-Hemos ido superando las etapas, pero todavía nos queda para terminar la integración. Hemos integrado toda la parte de soporte, y falta integrar el core de la institución. La ley nos permite definir cuál va a ser el modelo institucional, porque ya estamos organizados con bancos, seguros, valores, y no necesariamente va a ser ese el modelo institucional. Hemos estado trabajando en ello y esperamos que antes de que cambie el consejo, antes de fin de año, poder tener una definición.
¿Hacia qué tipo de institucionalidad quieren avanzar?
-Como consejo, empezamos a trabajar esto mucho antes de la integración, y le pedimos una asesoría al FMI sobre cómo crear un regulador integrado y ver qué experiencias hay en otros países, porque otros países también tienen modelos integrados, pero no son todos iguales. Por ejemplo, muchos países tienen integrado el Banco Central con la supervisión de bancos. Entonces, le pedimos al FMI una propuesta, la cual hemos debatido. También le pedimos algunas recomendaciones al Banco de Irlanda, a los reguladores canadienses, para ver otras experiencias. El tiempo que nos hemos tomado ha servido para ir madurando el tema y para ir viendo en la práctica cuáles son las ventajas e inconvenientes de tener un modelo integrado.
¿Tienen otras metas para este año?
-Uno de los temas que enfatizamos en bancos para 2020, es perfeccionar los mecanismo de resolución bancaria. A fin de año vamos a tener que implementar Basilea III, estamos bien avanzados. Ese es un tema importante. En seguros, ojalá podamos retomar el proyecto de ley de supervisión basada en riesgo.