Para el presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), Juan Sutil, los resultados de este domingo no fueron una sorpresa, asegura. Considera que el país está por los cambios y la renovación de la política, pero no bajo la óptica del extremo que a su juicio representaba el precandidato del PC. “Ese discurso con tanta sal y pimienta le significó al señor Jadue quedarse fuera de campaña”, señala.
¿Cómo evalúa el resultado de estas primarias?
-Dentro de la izquierda, lo que me parece notable, es que se inclinó en la votación por la vía institucional. Gabriel Boric el 15 de noviembre de 2019 votó por el camino institucional para resolver los problemas que Chile tiene, y eso es muy positivo. Este resultado descarta un discurso más polarizado, más rupturista, más extremo que expresa el Partido Comunista. Desde ese punto de vista, creo que lo que pasó hoy es bueno para Chile y para los chilenos.
Usted me decía que no lo tomaron por sorpresa los ganadores, ¿por qué?
-Porque cuando uno recorre la calle y el país como me pasa a mí, podría haber presagiado que la gente no está por los extremos o por lo que expresa algo diferente a las legítimas aspiraciones de los ciudadanos. En ese sentido, lo más relevante para mí es el trabajo que hicieron la universidades Católica y de Chile, denominado “Tenemos que hablar de Chile”, donde participaron 100 mil personas. Cuando se analizan los resultados de ese estudio, uno se da cuenta de que la gente quiere vivir en paz, quiere gradualidad, quiere institucionalidad y quiere tener participación en la educación de sus hijos. Es el trabajo más serio que se ha hecho en materia de análisis sociopolítico de lo que la gente realmente aspira y desea. Y el reflejo de esta elección es, en parte, lo que está diciendo este estudio.
¿Y tampoco lo sorprendió en la derecha el triunfo de Sichel?
-En ninguno de los dos. En definitiva, lo que la gente quiere es cambio y que la política se renueve. En ese sentido el cambio más relevante, y aquí toco a la centroizquierda, es que Boric representa un cambio dentro de ese sector. Y en el caso de la derecha, Sichel también representa un cambio dentro de ese sector. Entonces, lo que acaba de ocurrir este domingo, es que vemos reflejada una cosa más racional, menos extrema y más de épica. Como dijo Sichel, ‘se puede’, y Boric también está en esa parada.
-¿Es un alivio para el sector empresarial que Jadue haya quedado en el camino de la contienda presidencial?
-Mire, yo creo que más que para el empresariado, es una buena noticia para Chile. El comunismo fracasó desde la Unión Soviética, la República Democrática alemana, y todo proyecto de ultraizquierda, además de sanguinario a juicio mío, fracasa. Desde ese punto de vista, más que el empresariado, es qué es lo que le conviene al país. Y cuando uno ve que el futuro del mundo no está en las décadas de los 60 y 70, sino que está en el mundo del 4.0, de la transformación digital, en la robótica y cuando tenemos que adecuar nuestras capacidades, competencias, educación y otros, es importante que haya una mirada de largo plazo, de futuro, de esperanza y no una mirada de confrontación.
Pero de todos modos, si en la elección presidencial finalmente ganara Boric, el PC va a seguir estando en ese pacto.
-Puede ser, pero ahí el Partido Comunista iría de vagón de cola. Además, todo eso está por verse. La política es muy líquida.
¿Cuánta diferencia ve usted entre Jadue y Boric? Este último en su discurso, tras ganar, habló de la tumba del neoliberalismo... Ese fue uno de sus primeros mensajes.
-Bueno, eso habrá que verlo. Otra cosa es con guitarra. Siempre ha habido discursos muy duros y al final, cuando se debe gobernar, si la persona tiene voluntad democrática, se da cuenta que no es tan fácil cambiar las estructuras.
¿Y esa es la diferencia esencial que usted ve entre Jadue y Boric, la voluntad democrática de este último?
-Por supuesto. Boric firmó el acuerdo del 15 de noviembre y optó por la vía institucional, y lo hizo legítimamente. Y eso le da un valor distinto al de una persona que representa un partido político que cree que a través de la lucha, de las armas o de la calle puede lograr objetivos que se logran en las urnas.
¿Este resultado ayuda al proceso de recuperación en que se encuentra la economía?
-Yo creo que en este minuto ayuda. Lo que estamos presenciando es una suerte de renovación dentro de la política y hay mucha gente del FA que es democrática y eso es muy importante. Ahora, el futuro de Chile y de la economía se juega en la estabilidad. Para que haya un buen futuro se requiere de mucha inversión y de crecimiento, aunque sea una palabra que nadie la quiera escuchar. Los países que no tienen crecimiento, que no tienen libertad y que no tienen capacidad de emprender, no logran los objetivos de llegar al desarrollo y eso es lo que está en la discusión de cómo se tiene que hacer. Y no se puede hacer en un extremo. Entonces, cuando se habla de enterrar el sistema neoliberal, también tiene mucho de cliché, porque ese sistema ha hecho grande a Portugal, España, Noruega, Finlandia, Francia, Alemania, a EE.UU., a los países anglosajones, etc.
Yo miro a Chile y veo que está con los mismos dolores de desarrollo de Portugal, España y otros países europeos, que finalmente salieron adelante. ¿Y acá los errores cuáles fueron? Precisamente no haber evolucionado en el momento adecuado en salud, en pensiones, en mejor educación. Eso es el gran error de esto. No así el modelo en términos de generación de riqueza, de desarrollo. Aquí hay mucho de ponerle más sal y pimienta a un discurso que extrema. Y ese discurso con tanta sal y pimienta le significó al señor Jadue quedarse fuera de campaña.
Pero también hay una demanda de redistribución del poder, por ejemplo dentro de las propias empresas. De ahí la propuesta del FA de que los trabajadores tengan una presencia importante en los directorios de las grandes compañías.
-Ahí también hay mucho discurso. En Alemania existe la misma estructura que en Chile, con la diferencia de que en vez que se llamen comités paritarios, son los directorios laborales. Pero las decisiones de inversión, las decisiones que son propias de capital, representan a los accionistas. Aquí volvemos al discurso extremo. Tiene que haber un discurso razonable y no de lucha de clases, que le hace mal al país.
Nicolás Grau, economista del FA, dijo que ojalá no todo el empresariado les tuviera miedo…
-Me pareció bien leer a Nicolás Grau y para que uno no les tenga miedo, y aquí estoy hablando como sector empresarial, lo que tiene que haber es racionalidad en la toma de decisiones.