Presidente de Servipag corre con ventaja para liderar la Asociación de Bancos

"Mi período inicial era dos años, se alargó a cuatro, creo que es bueno que las organizaciones se renueven", dijo la semana pasada Segismundo Schulin-Zeuthen, quien tras dos períodos dejará la presidencia de la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras (ABIF).

Por ello, el directorio del gremio inició la búsqueda, y de hecho fue tema de conversación hace dos semanas entre los altos directivos de la Asociación. Pero ahora hay un nombre que corre con ventaja: José Manuel Mena.

Actualmente Mena se desempeña como director de empresas y fundaciones. Entre las ligadas a la banca, preside a Servipag y el Centro de Compensación Automatizado (CCA).

De todas formas, la definición sobre quién seguirá al mando de la ABIF deberá ser votada por el directorio, por lo que el panorama puede cambiar en caso de que no haya total consenso. Algunos altos ejecutivos del sector consultados señalan que el perfil del nuevo presidente debiera estar marcado por su habilidad política, además de su conocimiento de la industria desde dentro.

Y justamente Mena cumple con esas características, pues tiene una trayectoria de más de 30 años en el sistema financiero. Estuvo en el Banco de Talca y Banco Nacional; en la gerencia de Planificación de Banco Osorno, y la gerencia general ejecutiva de BancoEstado.

Además, se desempeñó como Contralor en CorpBanca y luego en Itaú -en la que participa como accionista la familia Saieh, controladores de Copesa, empresa que edita PULSO-, entidades en las que estuvo cerca de diez años.

El desafío de Schulin-Zeuthen al mando de la ABIF era concretar la aprobación de la nueva Ley General de Bancos. Lo logró este año. Uno de los desafíos del próximo presidente del gremio será justamente la implementación de esta legislación, entre ellas, la integración entre la Superintendencia de Bancos y la Comisión para el Mercado Financiero será clave en cómo se supervisa al sector, a lo que se suma el cómo se definirán los ponderadores de riesgo de crédito que debe fijar el nuevo regulador.