Chile había estado acostumbrado a cifras de inflación bajas. Desde el año 2000 y hasta hace pocos meses rondaba el 3% anualizado, y la población en el país se había olvidado de lo que es un abrupto encarecimiento del costo de la vida. Sin embargo, ese escenario ha venido cambiando en el último tiempo, ya que razones internas y externas tienen hoy al IPC en 12 meses en 7,8% y, de hecho, en 2021 la economía chilena registró la octava inflación más alta de la Ocde (7,2%).

De todos modos esta presión de los precios está afectando a la mayor parte de los países del mundo, los que han visto despegar sus economías después del golpe asestado por la pandemia, pero también han experimentado una escalada en la inflación que ha obligado a los bancos centrales a adoptar medidas para mitigarla. El ente rector en Chile ha subido la tasa de interés en 500 puntos base -de 0,5% a 5,5%- desde julio de 2021, y se espera que lo haga en, al menos, otros 150 puntos base en la Reunión de Política Monetaria (RPM) que tiene a fin de mes.

Si bien el IPC de febrero -de 0,3%- fue menor a lo previsto, las presiones inflacionarias se mantienen, advirtieron los analistas, y la guerra en Ucrania ha venido a sembrar nuevos temores sobre una creciente alza de precios, al empujar al petróleo y a algunos alimentos, como el trigo, a cotizaciones récord. Sin ir más lejos, el promedio del mercado ya ve que la inflación en el país, pese a las medidas del Banco Central, podría cerrar este año cercana a 6%.

Junto con lo anterior, otro tema sobre la mesa es la desaceleración del crecimiento económico. Chile anotó una expansión del Producto Interno Bruto (PIB) histórica en 2021, de 12% -tras la caída de 5,8% de 2020, a raíz de la crisis provocada por el Covid-19-, siendo el segundo país que más creció el año pasado en América Latina, sólo superado por Perú. El sector del comercio empujó la máquina, animado por una mayor liquidez de los hogares, debido en parte a los retiros de fondos de AFP y a las ayudas fiscales, como el IFE universal, que se entregó a las familias hasta diciembre último.

Pero ese escenario ya ha empezado a cambiar y la economía poco a poco muestra señales de enfriamiento. Por de pronto, en enero creció por debajo de las estimaciones de los analistas. La actividad se expandió un 9% en el primer mes del año y las apuestas para el PIB 2022 se mueven hacia 2%, en línea con lo previsto por el Banco Central en diciembre -1,5% a 2,5%- y lejos del 3,5% estimado por Hacienda. Sin duda, el conflicto bélico en Ucrania también está empujando a la cautela en este sentido.

“Hoy día se hace más probable un escenario de un crecimiento de PIB del 2,5% y algo menos probable un escenario con un crecimiento del 3,5%. Pero hay que seguir monitoreando para ver efectivamente las magnitudes de esta situación”, dijo a fines de febrero en entrevista con Pulso el ministro de Hacienda del gobierno pasado, Rodrigo Cerda.

¿El peor de los escenarios?

Esta combinación de una economía más desacelerada de lo previsto y que de hecho experimentaría caídas durante el segundo semestre, con una inflación que se mantendría alta, prácticamente duplicando la meta oficial, ha puesto sobre la mesa la posibilidad de que Chile enfrente lo que se conoce como una estanflación. Eso es, precisamente, un escenario donde la actividad económica se estanca o decrece, junto con una elevada presión de alza de precios.

El exministro de Hacienda de Patricio Aylwin, Alejandro Foxley, fue uno de los primeros en advertir al respecto. Lo hizo en enero, en una ceremonia para homenajear al entonces presidente del Banco Central, Mario Marcel, y quien asumió este viernes como jefe de la billetera fiscal del gobierno de Gabriel Boric.

“Es unánime la credibilidad suya y la del Banco Central, en momentos claves en que la confiabilidad en las instituciones como el Banco Central juega y jugará un rol esencial en la difícil etapa que viene. Mario, como tú sabes, corresponderá adelantarse para compensar el alto riesgo de estanflación, y de una difusión muy confusa de los temas que debieran quedar reflejados adecuadamente en la nueva Constitución. Te deseamos la misma sobriedad, persistencia e inteligencia que has mostrado hasta ahora”, dijo Foxley.

Otro que también ve posible este escenario es el execonomista jefe de la Ocde y actual académico de la Universidad del Desarrollo, Klaus Schmidt-Hebbel. Si bien estimaba que antes de la guerra en Ucrania ya había una pequeña posibilidad al respecto, con el conflicto en curso cree que esa opción creció.

“Ya había riesgos de una breve estanflación sin esta guerra. Estimo en más de un 50% la probabilidad de que tengamos una breve recesión este año, es decir, dos trimestres consecutivos de caída del Imacec trimestral desestacionalizado respecto del trimestre previo. Esto era por razones domésticas: una contracción del consumo privado -sin IFE significativos este año-, una muy baja inversión privada y un fuerte ajuste a la baja del gasto público, después del carnaval de gastos de 2021. Y la inflación sigue muy elevada. Ahora bien, la probabilidad y la intensidad de este escenario de estanflación -recesión con inflación-, aunque breve y transitoria, es obviamente mayor después de la invasión rusa en Ucrania”, indicó Schmidt-Hebbel a Pulso el domingo de la semana pasada.

JP Morgan también hizo su advertencia en un seminario en días recientes. Diego Pereira, economista jefe para el Cono Sur y Perú del banco de inversiones, estimó una posible recesión técnica para este año en Chile, y una inflación al alza.

“La inflación muy alta es la contracara de esa expansión del consumo. Una inflación que cerró el año pasado sobre el 7%. La inflación va a ser persistente, el Banco Central va a tener que seguir subiendo tasas y el shock negativo de oferta que estamos viendo sobre los precios, devenido de precios de la invasión rusa a Ucrania, no va a sino que reforzar estas presiones inflacionarias, así que es muy probable que veamos la tan temida estanflación en Chile este año”, sostuvo Pereira.

Sin embargo, no todos concuerdan con ese panorama. El vicepresidente del Banco Central, Pablo García, desestima que se pueda hablar de estanflación en el caso de Chile.

“La economía chilena sigue estando por encima del nivel potencial estimado. Este año vamos a crecer poco y el próximo menos, pero vamos a estar convergiendo desde arriba, desde niveles de actividad, gasto y consumo muy por encima de niveles sostenibles y tenemos que acercarnos a lo sostenible... El escenario de estanflación tiene más bien que ver cuando la economía está por debajo de su nivel potencial y la inflación por encima de la meta. Y ahora tenemos que las dos variables están por encima de la meta”, sostuvo García en una entrevista en El Mercurio.

Tampoco lo comparte, de momento, el exministro de Hacienda y exvicepresidente del Banco Central, Manuel Marfán.

“No lo veo, porque el gobierno tiene que construir su reputación, y el nombramiento de Mario Marcel es un gran acierto para mantener el corto plazo bajo control. Por otro lado, el Banco Central tiene autoridades nuevas que (también) deben construir su reputación, y no veo por qué van a ser condescendientes con la inflación. Creo que más allá del problema de inflación que existe en la gran mayoría de los países, en Chile hay elementos de sobrecalentamiento adicionales que son los temas de coyuntura que van a abordar las nuevas autoridades, y tengo confianza de que lo van a hacer bien en eso”, señaló a Pulso.

Otros economistas, si bien estiman una recesión técnica para el segundo semestre, junto a una elevada inflación, ven que el fenómeno será transitorio.

“No lo veo como un fenómeno prolongado, lo veo como un fenómeno puntual. En el segundo semestre de este año estoy esperando una recesión técnica, en un escenario de una inflación todavía muy por sobre el rango meta, y desde esa perspectiva vamos a tener el fenómeno de forma transitorio. Si esto se sostiene en el tiempo, no lo veo, porque están dadas las condiciones para que la inflación ceda”, dijo el gerente general de Gemines Consultores, Tomás Izquierdo.

Por su parte, Sergio Lehmann, economista jefe de BCI, planteó que “no hay duda que vamos a ver inflaciones altas y más persistentes de lo que estábamos anticipando. Estamos previendo que hacia fin de año veamos una inflación en torno al 7,5%. Sí estamos viendo que hacia 2023 la inflación va a ir cediendo, y eso tiene que ver con la acción del Banco Central. Al mismo tiempo, la economía chilena tiene que estar ajustándose. Ese ajuste hay que hacerlo y es necesario. Uno va a ver una desaceleración importante de la actividad económica, y hacia fin de año estamos viendo una posibilidad relevante de recesión económica”.