La reforma de pensiones es uno de los proyectos clave que el gobierno busca sacar adelante. Entre los principales ideólogos de la iniciativa estaba el exsubsecretario de Previsión Social, Christian Larraín, quien dejó dicho cargo el viernes pasado.
Si bien no se informó la razón de la salida, este lunes La Tercera PM publicó que se debió a una denuncia de acoso sexual en su contra. Posteriormente Larraín acusó que el gobierno no lo dejó defenderse y aseguró que “jamás hice un comentario inapropiado, de ninguna naturaleza, dirigido ni a un hombre, ni a una mujer de la Subsecretaría”.
En lo que respecta a la reforma, Larraín fue uno de los impulsores de la división de la industria de AFP. Fue clave en la redacción del proyecto, así como durante la tramitación del mismo. En el último tiempo, estuvo modelando una propuesta alternativa para ver si se llegaba a un acuerdo en el Congreso, la que socializó con distintos actores del mundo técnico, político y empresarial.
De hecho, así lo sostuvo Larraín este lunes, cuando salió a defenderse de la acusación en su contra. “Yo desde febrero tenía claro que como estaba la reforma no tenía ninguna posibilidad de avanzar. Modelé una nueva alternativa de reforma que subiera las pensiones, pero que se hiciera a cargo del cambio cultural que hay en Chile, que es que la gente pueda mantener la propiedad de los fondos, la heredabilidad, la libertad de elección. Me dediqué a trabajar en eso, y no solo eso, sino que me dediqué a conversarlo con parlamentarios de todo el espectro político”, dijo a La Tercera.
Y respecto a la razón de su salida, comentó: “Yo no sé cuál es la razón. Solo el gobierno y la ministra saben por qué me echaron. Lo que sí sé, y es evidente y vox populi a esta altura, es que teníamos diferencias políticas y diferencias de estilo, y que yo estaba empujando con mucha fuerza una alternativa que le diera viabilidad a la reforma”.
También recordó que el 3 de mayo participó en un seminario de PwC, donde señaló que “las cuentas nocionales no tienen ninguna mayoría parlamentaria, y digo que como gobierno, si queremos aprobar la reforma, estamos obligados a buscar alternativas que no renuncien a la esencia de la reforma, y que incluso había un estudio que había hecho el Centro de Estudios Públicos (CEP). De ahí la ministra deja de hablarme”.
¿En qué consistía la propuesta alternativa que afinaba Larraín? Según venía socializando con varios actores de la industria desde hace al menos tres semanas, la idea que tenía en mente el exsubsecretario era algo similar a lo que propuso el CEP a inicios de abril, donde los investigadores Gabriel Ugarte y Rodrigo Vergara plantearon una nueva distribución para el 6% de cotización adicional, pero con las mismas alzas en pensiones que buscaba el gobierno.
Según señalan fuentes conocedoras, la propuesta de Larraín consideraba que no haya cuentas nocionales. En cambio, apuntaba a que un 3% se destinara a financiar los seguros sociales que propone el gobierno actualmente en su reforma, y que el otro 3% se destinara a cuentas individuales. Eso sí, en este último 3% la idea era que primero se aplique un mecanismo redistributivo de ingresos altos, a medios y bajos, es decir, que se incorpore el mecanismo de solidaridad intrageneracional que propone la reforma del gobierno, el cual consiste en que cada mes se suma la totalidad de los recursos aportados por todos los cotizantes y se divide por el número total de afiliados que cotizaron. Y una vez sacado ese cálculo, la novedad ahora era que ello se depositara en la cuenta de capitalización individual de cada cotizante.
¿Cuál es la diferencia con la propuesta que tiene hoy el gobierno en la reforma que ingresó al Congreso? El proyecto actual no contempla que ningún porcentaje vaya a cuentas individuales, sino que el 6% de cotización adicional se destina a un fondo común, donde a las personas se les anota lo que cotizan en una cuenta nocional. Al momento de anotar eso, se considera el mecanismo redistributivo para una parte de esa cotización extra, es decir, a todos se les registra de forma directa el 70% de lo que cada uno aporta con los recursos del 6%, y con los fondos restantes, que representan el 30% de lo que aportó cada persona con esos 6 puntos porcentuales extra, se aplica solidaridad intrageneracional.
“Chile necesita una reforma previsional. Los adultos mayores necesitan una reforma previsional. Y el diseño original en el que yo me esforcé mucho en trabajar y después buscar una alternativa... yo demostré que es posible tener una reforma con números que suba las pensiones lo mismo que lo sube la reforma original, pero con propiedad, con heredabilidad y con libertad de elección”, dijo Larraín este lunes a La Tercera, aunque no reveló su propuesta.
Esta alternativa que estaba socializando Larraín es bastante similar a la distribución de cotización que propuso el gobierno del expresidente Sebastián Piñera cerca de tres meses después del estallido social. Allí se planteaba que un 3% de la cotización adicional se destinara a un fondo de ahorro colectivo solidario para entregar un aporte adicional a jubilados actuales y futuros; y que el otro 3% se fuera a una cuenta personal, que en realidad era lo mismo que una cuenta individual. La idea era que todo este 6% fuese administrado por un ente público, llamado Consejo Administrador de los Seguros Sociales (CASS).
La propuesta de pensiones
A su vez, la propuesta que estaba socializando Larraín se diferenciaba en algunos puntos a la del CEP, donde se planteaba más cotización a cuentas individuales, pero según los cálculos que sacó el ahora exsubsecretario, se necesitaba al menos un 3% para alcanzar a hacer el pago de los seguros sociales que se proyectan en la reforma. El CEP propone que 3,5 a 4 puntos vayan a cuentas individuales, manteniendo el factor de solidaridad intrageneracional que establece el gobierno, con un 30% de ellos repartiéndose en partes iguales entre todos los cotizantes. Y en cuanto al resto de la cotización, esto es, entre 2 y 2,5 puntos, que se usen para pagar los mismos beneficios intra e intergeneracionales que considera el Ejecutivo, esto es, la garantía con solidaridad intergeneracional, el complemento por lagunas previsionales, el complemento por maternidad, el complemento por cuidados a terceros y la compensación por diferencias de expectativas de vida.
En lo que Larraín aún no llegaba a una propuesta final, era respecto a qué hacer con la industria de AFP, donde actualmente la reforma propone centralizar la administración de cuentas en una entidad estatal, y que haya más competencia en inversiones. Ahí, desde el gobierno hay apertura para escuchar propuestas, pero no habría, por ahora, una única alternativa definida que consiga acercar posiciones con el mundo político. Una alternativa que se baraja es continuar separando las inversiones versus la administración de cuentas, pero que esto último se licite a una entidad privada, como funciona hoy la Administradora de Fondos de Cesantía.