Este martes se dio inicio a las conversaciones entre el Ejecutivo y los empresarios de cara a enfrentar una nueva tramitación de una reforma tributaria.

Hasta las oficinas del Ministerio de Hacienda llegó la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), representada por su presidente Ricardo Mewes. Pero adicionalmente, el mismo dirigente fue recibido el miércoles por el Presidente Gabriel Boric en La Moneda, a lo que se sumó este jueves la cita del mandatario con la nueva timonel de la Sofofa, Rosario Navarro.

Esta estrategia del gobierno está generando controversia entre los parlamentarios de la oposición, quienes recalcan que independiente de que se converse con el empresariado, es en el Congreso donde se debe negociar y adoptar acuerdos respecto de la reforma tributaria.

El senador José García Ruminot (RN) señala que “no entiendo la estrategia del gobierno”, y agrega que no hay incomodidad al respecto, “simplemente no logro entender el rumbo” de las tratativas.

Por su parte, el diputado Guillermo Ramírez (UDI) sostiene que “nos parece bien que el gobierno converse con todo el mundo, pero eso no reemplaza la discusión política”, Y de hecho recalca que “si gobierno y empresarios proponen algo similar a lo ya rechazado, será inviable en el Congreso”.

“Invitamos al gobierno y a los empresarios a dar un giro en su mirada. Esta conversación debe incluir mejoras en el gasto, modernización del Estado, priorizando crecimiento e inversión. Temo que de esa mesa salga algo con mirada de corto plazo”, agrega Ramírez.

En una línea similar, el senador Luciano Cruz Coke (Evopoli) apunta “no dramatizaría el hecho de que se reúnan, porque nosotros tenemos la suficiente independencia, como parlamentarios, tanto de los empresarios como de los grupos económicos y distintos grupos de interés, como para tomar la decisiones que consideramos que son mas convenientes para el país”.

Aunque sí plantea que el Ejecutivo “puede hablar con quien estime conveniente, pero finalmente tendrá que llegar a negociar al Senado. Me parece natural que hable con otros actores, pero eso no tiene ninguna incidencia en las decisiones que nosotros vamos a tomar posteriormente”, e insiste en que “si bien (los grandes empresarios) son interlocutores, acá también están las pymes, los contribuyentes que son importantes, un mundo de personas vulnerables y de clase media que (...) no están necesariamente representados en los distintos grupos de interés con los que el gobierno quiera relacionarse”.

También reitera que si el gobierno no presenta un proyecto completamente distinto, “que no traiga aquellos elementos que eran nefastos, como el impuesto al patrimonio y otros asuntos, si no trae mecanismos de incentivo a la inversión, de incentivo al ahorro, un plan de largo plazo para el crecimiento, y posibilidades de generar modernización al aparato del Estado, no vemos por dónde esto tenga alguna posibilidad”.

En tanto, el diputado diputado Frank Sauerbaum (RN) apunta que “al parecer el gobierno se siente más cómodo reuniéndose con los grandes empresarios que con los parlamentarios, y somos nosotros quienes finalmente vamos a votar las reformas que el gobierno presentará”

Además, indica que mientras “los empresarios son parte interesada y no están en condiciones de cuestionar a la autoridad, los parlamentarios sí. Creo que hay que tener una actitud distinta”.