Hubo un cambio clave esta semana en la Comisión de Constitución del Senado al proyecto que busca que las personas puedan retirar fondos de pensiones, y que generaría que las AFP tengan que acelerar toda la liquidación de activos que se había planteado en un inicio.
La propuesta inicial que salió de la Cámara de Diputados, establecía que las transferencias eran en montos iguales (50% del retiro en los primeros diez días hábiles, y la otra mitad en los 30 días siguientes), pero los senadores definieron que en la primera etapa serán hasta UF75, y en la segunda etapa hasta el mismo monto.
Con este cambio, según cálculos de Ciedess, el nivel de activos que tendrán que vender las AFP en los primeros diez días aumentó de forma significativa, ascendiendo a unos US$15.287 millones (6% del PIB), equivalente al 9,5% de los fondos acumulados en las cuentas individuales a marzo de 2020; versus los hasta US$9.103 millones (3,5% del PIB) que se habrían liquidado según planteaba inicialmente el proyecto.
En los siguientes 30 días hábiles, las AFP ahora tendrían que vender unos US$2.919 millones (1,1% del PIB), correspondiente al 1,8% de los fondos acumulados en las cuentas individuales a marzo de 2020; en comparación a los US$9.103 millones que habrían tenido que vender en la segunda etapa, según señalaba el proyecto inicial.
Eso sí, todos estos cálculos son el máximo que se podría retirar en caso de que todas las personas saquen el tope que les permitiría la eventual legislación en los primeros días.
Esta indicación que se aprobó, “en la práctica lo que hace es acelerar el retiro de fondos, concentrando el 84% del total del retiro en la primera cuota. Esto implicará una mayor exigencia de liquidez sobre los instrumentos, generando una mayor presión a la baja en la valoración de los fondos”, explica el gerente general de Ciedess, Rodrigo Gutiérrez.