El expresidente del Banco Central y actual investigador senior del Centro de Estudios Públicos (CEP), Rodrigo Vergara, no sólo ha seguido de cerca el comportamiento de los mercados y su fuerte volatilidad, sino también el intenso debate en torno a la nueva propuesta constitucional.

El también director del Banco Santander Chile y asesor de empresas evidencia su apoyo a la nueva Carta Magna que se someterá a plebiscito en diciembre, aunque confiesa algunos reparos el texto.

“Voy a votar ‘A favor’, entre otras cosas, porque el nuevo texto se hace cargo del sistema político, lo que debiera reducir la fragmentación y ayudar a los acuerdos. En este proyecto de Constitución también se refuerza la autonomía del Banco Central y no conozco otra Constitución que hable tantas veces de responsabilidad fiscal. Todo el tema de la propiedad privada también se mantiene bien”, sostiene Vergara.

En entrevista con Pulso, el economista también cree que los últimos datos a nivel externo y en Chile abren un mayor espacio para bajas más agresivas en las tasas de interés.

El último dato de inflación en Estados Unidos fue menor a lo pensado. ¿Cree que es un respiro para los mercados y un indicador de que la Fed no seguirá subiendo las tasas de interés en el actual ciclo?

Definitivamente fue un respiro para los mercados porque fue mejor a lo esperado, pero también hay que decir que fue sólo marginalmente mejor. El mercado inmediatamente pasó a decir que la Fed (Banco Central de Estados Unidos) no iba a seguir subiendo la tasa de interés y que la iba a empezar a bajar a mediados del próximo año. Hasta ahora, la Fed había dado el mensaje de que aún podía seguir subiendo tasas y que iba a mantener tasas altas por un periodo largo de tiempo. Hay que decir que Estados Unidos ha sido muy resiliente a todo esto. Este año crecería sobre el 2% y el tercer trimestre, que fue particularmente bueno, creció cerca del 5%. Además, ha ido en una dirección de ir bajando gradual, pero persistentemente, la inflación. El dato de esta semana tuvo inmediatamente un efecto en las tasas de interés de largo plazo, las que bajaron de forma significativa…

Ese es un efecto importante dado el riesgo que significan las tasas largas altas en Estados Unidos…

En el mundo, y no sólo en Estados Unidos, han subido las tasas de interés de largo plazo. Hay que recordar que desde la crisis financiera global, o sea en los últimos 15 años, hemos tenido tasas de interés de largo plazo muy bajas. Eso cambió en el último año y medio. Ha habido toda una discusión respecto a si esta nueva situación va a ser algo permanente o puntual. Si bien eso es algo que no sabemos, esta semana hubo un respiro a esa visión de que estas tasas podían mantenerse altas o muy altas por mucho tiempo. Con todo, las tasas largas altas en un escenario donde la deuda ha aumentado en forma considerable, implica un riesgo para gobiernos y empresas.

Comenzando a despejarse este riesgo en Estados Unidos, ¿existe otro riesgo que le preocupe en el panorama externo relevante para Chile?

Hay otros riesgos en el escenario externo relevantes. El mundo ha sido bastante resiliente a este escenario de mayores tasas de interés, pero no podemos decir que la última palabra está dicha. Por ejemplo, Estados Unidos está bien, pero Europa está débil. Japón hasta ahora ha estado muy bien, pero el tercer trimestre de este país fue malo. Hay mucha heterogeneidad y fragilidades que pueden arrastrar al resto. China también ha sido relativamente resiliente, pero tiene sus problemas en el sector inmobiliario. El conflicto del Medio Oriente, a su vez, siempre prende una cierta ‘luz amarilla’, aunque no creo que vaya a tener efectos agregados o globales. Hay riesgos en la economía mundial, pero estamos pasando por un momento relativamente tranquilo y eso es positivo.

El efecto más inmediato en Chile del dato en Estados Unidos fue el desplome de precio de dólar. ¿Qué nos está diciendo el mercado chileno en ese sentido?

El tipo de cambio ha estado supervolátil, está muy sensible a las noticias que hay sobre la situación doméstica y externa, y creo que probablemente se mantendrá esa sensibilidad. Claramente había llegado a un nivel muy depreciado, muy alto, y se ajustó. Hoy está en niveles que diría que son más compatibles con sus fundamentos de largo plazo.

Con todo, podemos seguir viendo volatilidad. En Chile vienen nuevas e importantes bajas en la tasa de interés y eso puede afectar; cualquier noticia, en cualquier dirección, en el ámbito externo también tiene efectos importantes en el tipo de cambio.

¿Los últimos datos en Estados Unidos y Chile abren espacio para una rebaja más agresiva de la tasa de interés en nuestro país?

Definitivamente hoy hay más espacio para una rebaja más agresiva de la tasa de interés. La tasa de interés de política monetaria en Chile está particularmente alta. Entiendo la cautela que ha tenido el Banco Central, porque venimos de una situación donde la inflación llegó a estar en el 14% y cerró el año pasado en un 12,8%. Venimos de una situación absolutamente inaceptable de inflación, la más alta desde principios de los 90. Estamos hablando de 30 años y por eso entiendo la tendencia del BC a ser muy cauteloso.

Pero el avance que habido en materia inflacionaria ha sido muy fuerte. Si se dan las expectativas de mercado, este año vamos a terminar en una inflación algo por arriba del 4%, y lo más importante es que las expectativas de inflación están ancladas. No me parece que con estos niveles se deba ser demasiado cauteloso, en medio de una economía que sigue estancada y un mercado laboral débil. Una tasa del 9%, del 6% en términos reales, es muy alta.

09/09/2022 FOTOGRAFIAS A RODRIGO VERGARA FOTO: MARIO TELLEZ / LA TERCERA

¿En las siguientes bajas de tasas se debiesen retomar los recortes de 100 puntos base?

Creo que sí. No veo ninguna razón para no ser bastante agresivo en la baja de tasas. Puede ser 100 puntos base y quizá pueda ser más que eso. No veo razones para mantener una cautela que a esta altura la encuentro un poco excesiva.

¿Esta cautela del BC puede generar un mayor deterioro en el crecimiento 2024?

Por supuesto. Cuando uno hace una política monetaria contractiva evidentemente va a producir un deterioro en el crecimiento económico de corto plazo, y eso a su vez produce una brecha de producto negativa, que se traduce en menor inflación. La dificultad de la política monetaria es ir en los tiempos adecuados para subir o bajar cuando sea necesario. Creo que hoy el momento está claro para ir más agresivamente con la baja de tasa.

¿Pero hay un riesgo de sobreajuste?

Espero que no. Obviamente, si la baja de tasas se sigue demorando o si se sigue haciendo muy gradual, eso podría existir.

¿De todas formas, el 2024 se ve como un nuevo año de estancamiento económico?

Sí, no veo los motores de crecimiento para el próximo año. La economía puede crecer un 1,5% o un 2%, pero no lo veo mucho más allá y eso es un problema. El gran problema que tiene Chile hoy es el crecimiento de largo plazo y estamos estancados hace una década. Es una buena noticia que, luego de ignorarlo, el gobierno esté hablando de estos temas. El gran riesgo es que este pobre crecimiento económico que hemos tenido por varios años se extienda.

Para mí, el gran problema de Chile hoy es político. Tenemos una política fragmentada, polarizada y con dificultades de llegar a acuerdos, y eso es por un deterioro de las instituciones.

El apoyo constitucional

De hecho, el gran argumento de los votantes que están a favor de la nueva Constitución es el grueso cambio en el sistema político. ¿Cuál es su opinión sobre el nuevo texto?

Voy a votar ‘A favor’, entre otras cosas, porque el nuevo texto se hace cargo del sistema político, lo que debiera reducir la fragmentación y ayudar a los acuerdos. En este proyecto de Constitución también se refuerza la autonomía del Banco Central y no conozco otra Constitución que hable tantas veces de responsabilidad fiscal. Todo el tema de la propiedad privada también se mantiene bien.

Está plasmado también el Estado social y democrático de derechos, que es algo que la centroizquierda siempre ha querido. En medioambiente hay mejoras importantes, se introducen los conceptos de conservación, biodiversidad… y conversa bien con el desarrollo económico.

Es bien explícita en los temas de corrupción, de transparencia, en la delincuencia y el crimen organizado. Todo eso me hace ver más favorable la nueva propuesta.

¿Tiene reparos sobre el nuevo texto?

Nadie puede esperar que la Constitución sea a tu medida. Pero hay cosas que hubiera hecho distinto. Una de ellas es el tema de los derechos sociales. Creo que el pecado ahí es haber sido demasiado específico; habría que haberlo dejado más amplio. Los detalles deberían haber quedado a la deliberación del Legislativo en temas como pensiones y salud. El texto debería haber sido más minimalista.

¿Cuál es su opinión sobre haber dejado la exención a las contribuciones en la propuesta constitucional?

El texto acotó ese problema y lo hizo de forma razonable, pero no habría para qué haber puesto este tema en la Constitución. Lo mismo pasa con los “gastos objetivamente necesarios para la vida”: tampoco era necesario incorporarlo en el texto.

Sumando y restando, las cosas positivas del texto, como es el tema político y el razonamiento económico, me hacen ver favorablemente esta Constitución. Además, esto tiene el valor de cerrar democráticamente este tema en una elección. Si se rechaza el nuevo texto, en todo caso, rige la Constitución actual, que creo que es una buena Constitución. Además, la gente está un poco saturada de este tema.

Pero hay gente que dice que aprobando o rechazando la propuesta igualmente no se cierra el tema…

Podría ser, pero al menos hay una elección democrática en que eventualmente pueda aprobarse. Insisto en que hay un valor en tener una Constitución aprobada y empezar a cerrar este tema. La incertidumbre que significaría aprobarla es menor que la incertidumbre que generaría un eventual rechazo.

Pero en la centroizquierda hay muchos que piensan que esta nueva Constitución deja un espacio de acción muy limitado a eventuales gobiernos socialdemócratas…

Pienso que no es así, es un argumento que está sobredimensionado. Como dije antes, no hubiera entrado en detalles sobre la forma de proveer los derechos sociales y ahí puede haber un punto. Pero creo que es perfectamente compatible y si hay cosas que arreglar, tendrá su curso natural en el Congreso. En el caso de que se rechace o se apruebe la nueva Constitución, siempre se pueden hacer modificaciones en el Congreso.