Sonriente, tranquilo y seguro, así está Alberto Chang en Malta
La Justicia de la isla no extraditará a Chang, quien seguirá viviendo en Malta. En sus planes están reanudar los trámites para solicitar la ciudadanía de este país y, quizás, emprender algún negocio ayudado por sus amistades maltesas que han estado a su lado en las audiencias.
Lo temores de los cientos de clientes del Grupo Arcano esta mañana se hicieron realidad. En una breve audiencia que comenzó a las 9.15, hora local en Malta, el juez de la Corte de Apelaciones Antonio Mizzi rechazó la solicitud de apelación de la fiscalía maltesa en mérito a la extradición de Alberto Chang hacia nuestro país, quien se encuentra acusado por los delitos de estafa, lavado de activos e infracción a las leyes de Bancos y de Mercado de Valores. En pocas palabras, la Justicia de la isla europea no lo extraditará a Chile.
El fundador del grupo Arcano llegó a vivir a Malta en marzo del 2016. Los primeros días de su estadía en La Valletta los transcurrió en una de las suites de hotel The Palace, ya que su departamento ubicado en el exclusivo sector de Sliema estaba en remodelación. Cuando todo estuvo listo se mudó a su nuevo hogar que es donde ahora reside, específicamente en el penúltimo piso de un edificio frente al mar.
Fue a principios de diciembre del 2016 cuando la policía maltesa golpeó las puertas de ese mismo departamento para tomar detenido a Alberto Chang luego de que se conociera en Malta la orden de captura internacional.
Para librarse de ir a la cárcel el fundador del Grupo Arcano habría tenido que pagar una fianza de 100 mil euros. Situación que le fue imposible resolver, no porque no contara con el dinero en efectivo, sino porque en las mismas cajas del Tribunal una sola persona no puede realizar un pago por un monto superior a los 10 mil euros.
La posibilidad de irse a la cárcel no estaba absolutamente en sus planes, pero aquella tarde del 12 de diciembre del 2016 Chang terminó yéndose al penal Corradino, donde transcurrió dos semanas. Esa fue la única ocasión en que se le vio preocupado y asustado por su futuro.
La Corte de Justicia de La Valletta se encuentra en Republic Street, en pleno centro. Una vía peatonal llena de cafés, tiendas, turistas y oficinistas.
Para llegar a la Corte es necesario hacerlo a pie y transitando por todo el largo de la calle. En todas las audiencias de este proceso Chang ha llegado caminando lentamente entre la multitud, sin apuro, siempre con 15 minutos de antelación, confiado y sonriente. Esta vez no fue la excepción. Al entrar a la audiencia comentó estar "bien, tranquilo y confiado en la ley maltesa".
El proceso de apelación comenzó en abril del 2017 cuando en primera instancia, la Corte de Magistrados de Malta falló en favor de Chang. En dicha ocasión el magistrado Aaron M. Bugeja argumentó que los delitos que se le imputaban a Chang no eran suficientes para proceder con la extradición según lo establecido por la convención de Palermo, el documento que tanto Chile como Malta han firmado y que regula la lucha contra el crimen organizado internacional.
En la audiencia del 7 de abril el juez afirmó que en primer lugar, las declaraciones de los testigos no fueron realizadas bajo juramento y que tampoco las traducciones de los antecedentes enviados por Chile habrían sido juradas y, en último lugar, según la sentencia, la mayoría de los testimonios presentados eran de personas cómplices del mismo Chang.
El fallo de esta mañana no hizo más que confirmar las estimaciones del anterior. En la sentencia se puede observar que el nudo crucial del proceso fueron los documentos enviados desde Chile y presentados por la fiscalía de Malta.
En la sentencia se puede leer que los antecedentes presentados en este proceso de apelación "no ayudan a la posición del fiscal general por dos razones principales. En primer lugar, estos habrían sido admisibles si el fiscal general hubiera solicitado a este tribunal que evaluara ex novo (de nuevo) las pruebas presentadas ante el tribunal".
En segundo lugar, la sentencia plantea la duda en relación a las traducciones de los documentos enviados desde Chile. Desde Cancillería descartan esta versión, y aseguran que todos los antecedentes remitidos fueron debidamente legalizados o apostillados.
Alberto Chang seguirá viviendo en Malta. En sus planes están reanudar los trámites para solicitar la ciudadanía de este país y, quizás, emprender algún tipo de negocio ayudado por sus amistades maltesas quienes siempre han estado a su lado, acompañándolo en todas las audiencias.
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