Con un cartel de 25 metros de largo, colgado sobre el río Mapocho, activistas de Greenpeace se colgaron sobre el puente Nueva Tobalaba y desplegaron el mensaje: “Más minería en glaciares, menos agua para Santiago”, en rechazo ala expansión de la mina Los Bronces, operada por la brtiánica Anglo American en la comuna de Lo Barnechea.
Bajo la consigna “Subamos la voz, bajemos Los Bronces”, desde la ONG se oponen a que este proyecto se ejecute. “En su aprobación pesaron más los intereses políticos y económicos que los aspectos técnicos. Y se pasó por alto los impactos ambientales que un proyecto de esta envergadura podría tener sobre nuestras reservas de agua, la salud de las personas y la preservación de nuestros ecosistemas”, dijo Silvana Espinosa, vocera de la organización, sobre el proyecto que cuenta con Resolusión de Calificación Ambiental (RCA) aprobada, con modificaciones, tras la votación unánime del Comité de Ministros del 17 de abril de 2023.
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En esa línea, Espinosa retrucó que dicha instancia “hace justo un año le dió luz verde al proyecto en una decisión política, ignorando todas las alertas realizadas por las comunidades científicas y locales, y el propio Servicio de Evaluación Ambiental, en primera instancia”.
Ante esto, organizaciones ambientales como Modatima y movimientos sociales como No Más Anglo, y consejeros regionales y comunidades locales de Lo Barnechea y Colina, han presentado diferentes recursos judiciales y administrativos buscando revertir este permiso. Greenpeace, en tanto, dispuso el sitio web bajemoslosbronces.cl donde invigtan a firmar a los opositores del proyecto, para mostrar su rechazo .
Según sostienen, la iniciativa significa una amenaza a los glaciares cordilleranos. Para detectar los potenciales daños sobre éstos , la organización se valió de diferentes estudios científicos, cuyos resultados publicaron en el informe “Glaciares de la Cordillera de Los Andes, Impactos de la industria minera”.
Uno de los impactos que destaca el estudio está relacionado con las emisiones de polvo y carbono negro que se liberan, sobre todo, en las minas de rajo abierto, y que cubren con un manto oscuro la superficie de los glaciares. “El hielo y la nieve tienen una gran capacidad para reflejar la luz solar. Esto les permite mantener la temperatura baja y conservar el agua congelada en su interior”, explica la vocera de Greenpeace. Sin embargo, cuando se oscurecen, generan el efecto inverso, “absorben calor y por ende, aceleran su deshielo”, añade.
Un ejemplo de aquello lo evidencia el glaciar Olivares Alpha, ubicado cerca de Los Bronces. “La depositación de material particulado generado por la industria minera, en un plazo de 10 años, explica el 82% del derretimiento de su hielo”, afirma el ingeniero y experto en glaciares, Raúl Cisternas, autor del informe de Greenpeace.
“Esta cadena de impactos, finalmente, repercute sobre las reservas de agua de todos los capitalinos, cuya protección es muy valiosa. Sobre todo en el actual contexto de crisis hídrica”, reflexiona Espinosa.
Anglo: Actividad minera y glaciares pueden coexistir
Desde Anglo American, emitieron una declaración en respuesta a la campaña de la ONG, remarcando que “Los Bronces Integrado es un proyecto que cuenta con aprobación ambiental, la cual se obtuvo tras una extensa y rigurosa evaluación por parte de las autoridades, fundamentada en aspectos técnicos”.
La empresa subrayó los “criterios de sustentabilidad” incorporados al proyecto “para no afectar el entorno y que son el resultado de más diez años de diálogo activo con las comunidades y de estudios científicos”.
“Estamos convencidos de que las actividades mineras y la preservación del medio ambiente, incluidos los glaciares, pueden coexistir. La compañía se comprometió a seguir aportando con investigaciones científicas del más alto nivel sobre cómo se comportan los glaciares, los servicios ecosistémicos que prestan, y cómo se ven afectados estos servicios por las distintas actividades”, enfatizaron.
En su declaración, sostienen que “desde su concepción, Los Bronces Integrado contempla evitar cualquier tipo de impacto sobre los glaciares, la no afectación a la biodiversidad en áreas protegidas y no incorporar más agua fresca en los procesos mineros”, señalaron.
En esa línea, explicaron que para la fase subterránea se definió “un método de explotación que resguarda la estabilidad del terreno y que evita impactos en superficie y en los glaciares cercanos; y se estableció un acuerdo con un tercero para suministrar agua desalinizada a Los Bronces que nos permita dejar de usar agua fresca en el proceso minero a 2030″.
Agregaron que el trabajo con las comunidades comenzó tres años antes de la presentación del Estudio de Impacto Ambiental, lo que “nos permitió incorporar mejoras al proyecto, entre ellas, medidas para asegurar la no afectación de glaciares, como un Plan de Seguimiento Voluntario de Glaciares Blancos, monitoreo de variaciones geométricas y de eventuales variaciones interanuales de albedo o reflectancia, más un monitoreo de la evolución de los valores de vibración; además, de un Plan de Alerta Temprana”, entre otras.