En el marco del mes de la mujer el Instituto Chileno de Administración Racional de Empresas (Icare) llevo a cabo el encuentro “Mujer y Crecimiento Económico: Potenciando la Inclusión Laboral de la Mujer”, en el que se discutió sobre los desafíos que impactan en la incorporación de las mujeres al mercado laboral y el cómo aumentar su participación.
La instancia contó con la participación de representantes del mundo económico, político y empresarial. Por parte de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), estuvo la vicepresidenta, Susana Jiménez, quien se refirió a las brechas que existen, señalando un número de practicas que el mundo empresaria y la CPC ha incorporado, al igual que el proyecto de sala cuna universal.
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En esa línea, Jiménez señaló que “en la actualidad existen brechas y existen brechas importantes, tenemos brechas de participación laboral que alcanzan el 20% y brechas salariales del orden de 15, 16% que es importante. Y no es precisamente porque las mujeres sepan menos o estudien menos, todo lo contrario, los estudios indican que tienen más años de escolaridad y académicos, más años de formación, y que dedica más tiempo al trabajo cuando se combina las labores remuneradas y las no remuneradas”.
Sin embargo, la vicepresidenta aseguró que “la maternidad, que es un privilegio para nosotras las mujeres, tiene costos importantes, porque hay una desigual acceso al empleo y a remuneraciones mejores, y además los deberes de cuidado que no son solo los niños, también son los adultos mayores, recaen y se concentran principalmente en las mujeres y eso también es causal, no solo de menor participación laboral formal, sino que también de más alta informalidad en las mujeres. Y consecuencia de lo anterior, la pobreza de ingresos tiene finalmente rostro de mujer y esa se prolonga incluso hasta la jubilación.
En cuanto a posibles mecanismos que contrarresten la desigualdad laboral, Jiménez sostuvo que en política pública hay mucho que hacer, pero que existen medidas que van en la dirección correcta como la mejora en el acceso a sala cuna, la eliminación de “sesgos en textos académicos, igualar regulaciones de hombres y mujeres que competen la crianza y el cuidado, pensando en todo lo que es posnatal y fuero, que no es igualarlo es dar mayor flexibilidad, otorgar flexibilidades laborales, ampliar la oferta de cuidado, eliminar diferencia en la edad de jubilación, yo creo que eso es algo que políticamente es muy difícil, pero que es indudable”.
No obstante, la representante del gremio empresarial señaló que desde las empresas hay practicas que merecen ser replicadas.
“Partir de la base de eliminar todo tipo de discriminación tácita o explícita en la contratación y promoción de hombres y mujeres. Pero también hay medidas para promover la corresponsabilidad, por ejemplo, fomentar el uso de posnatal de los padres, que lo ocupan en un porcentaje muy bajo. Evaluar por desempeño más que por horas trabajadas, eso en la línea de dar más flexibilidad a las mujeres. Establecer programas de capacitación y reconversión con foco en las mujeres trabajadoras. Exigir siempre ternas mixtas para todos los ascensos y contrataciones. Elevar el número de mujeres en la alta dirección y en los directorios. Adaptabilidad pactada, mentorías, etc.”, sostuvo la vicepresidenta.
Respecto al como debiera ser y que se busca con el proyecto de sala cuna universal, Jiménez señaló que “yo creo que este proyecto no es de una política educacional, valorando lo importante que es el derecho de los niños, la calidad del servicio que se les presta, pero no es de la esencia de este proyecto que se está tramitando. Por lo tanto, tampoco es un proyecto de generar infraestructura nueva en salas cunas públicas, sino que se hace cargo de una realidad, es una cosa pragmática, y en eso yo iría a los puntos que tiene de objetivo este proyecto. Primero, fomentar la participación laboral femenina, y cuando queremos fomentar la participación laboral de la mujer, estamos hablando de que el universo de cobertura debiera ser la mujer que trabaja, hijos de mujeres que trabajan o de padres que tienen la tutela de sus hijos. La universalidad es cara y se aleja de este objetivo. Segundo quiere equiparar el acceso a la sala cuna. Hoy día no puede ser que el acceso dependa del tipo de empresa en que yo trabajo (…) estas distinciones entre empresas grande y chica no es buena, porque al final igual es un desincentivo a contratar mujeres en empresa más grandes. Entonces también soy partidaria de eliminar esa distinción”.
Sin embargo, detalló también los puntos en los que esta de acuerdo, como la búsqueda de ampliar el universo beneficiario, al igual que la incorporación de trabajadores/as independientes y mujeres que trabajan en casas particulares.