Hasta que sucedió. Luego de varios días en el ojo del huracán, la matriz del Silicon Valley Bank, especializado en préstamos a emprendedores y pequeñas empresas tecnológicas, se ha declarado en quiebra bajo el capítulo 11 de la ley de quiebras de EE. UU.
Esta decisión representa la mayor caída de un banco estadounidense desde la quiebra de Washington Mutual en 2008.
El 13 de marzo, Silicon Valley Bank había anunciado que estaba buscando alternativas estratégicas para su futuro, incluida la venta. La entidad fue intervenida por los reguladores bancarios de EE. UU. el 10 de marzo para frenar la fuga de depósitos y ahora ha solicitado acogerse a la ley de quiebras para preservar el valor de sus activos y buscar compradores para algunos de ellos. Con esta decisión, los administradores del banco esperan ganar tiempo mientras buscan compradores para sus activos.
Silicon Valley Bank reconoció contar con unos US$ 2.200 millones de liquidez. La entidad registró fuertes pérdidas con la venta de una cartera de bonos del Tesoro y de valores respaldados por hipotecas de Goldman Sachs, lo que le provocó una pérdida de US$ 1.800 millones tras la fuerte escalada de las rentabilidades de la deuda.
La entidad intentó solventar estas pérdidas con una ampliación de capital de US$ 2.250 millones en acciones y bonos convertibles, pero no logró detener las fuertes salidas de depósitos, que alcanzaron los US$ 42.000 millones en un solo día.
El anuncio de la quiebra de Silicon Valley Bank ha afectado al sector bancario en la preapertura de la Bolsa estadounidense, con las entidades regionales como PacWest Bancorp y First Republic Bank cediendo entre un 10% y un 20%. La situación del sector financiero estadounidense sigue siendo incierta, y los expertos están observando de cerca los desarrollos en los próximos días.