Buenas noticias para quienes quieren concretar el sueño del acceso a la casa propia, ya que las tasas hipotecarias siguen perdiendo terreno y llegan a su menor nivel en un año, según datos entregados este miércoles por el Banco Central.
En concreto, las tasas hipotecarias llegaron en promedio a 4,56% en la segunda semana de octubre según datos semanales del ente rector, lo que corresponde a su menor nivel desde mediados de octubre del año pasado, cuando estaban en 4,52%.
“Una muy buena noticia dado que la tasa de interés hipotecario está alrededor del 4,5%, 4,6% dependiendo por supuesto de las situaciones comerciales de cada banco. Lo importante es siempre cotizar entre instituciones financieras distintas, bancos también y mutuarios más de dos alternativas diferentes y aprovechar por supuesto esta baja”, dijo Cristián Lecaros, CEO de Inversión Fácil.
Jaqueline Oportu, Gerenta de Bancos de Activo Más Inversiones, planteó que “una de las bajas de tasas hipotecarias más atractivas se alcanzó este mes, donde incluso, algunos bancos lograron que se sitúe por debajo del tan esperado 4%. Esto es importante, porque vemos que poco a poco las condiciones para acceder a un inmueble, ya sea de inversión o para residir, están mostrando síntomas de mejora”.
Pese al descenso que han experimentado las tasas en las últimas semanas, estas aún se ubican muy lejos del mínimo histórico de 1,99% en que estuvieron en octubre y noviembre de 2019.
Eso sí, la UF ha seguido ganando terreno tras el último dato del IPC que dio a conocer el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) hace algunas semanas. Entre el 9 de octubre y el 9 de noviembre, la UF subirá en $37,94, cifra que, sin embargo, es mucho menor al incremento de $113,43 anotado el mes anterior.
En forma diaria, la UF subirá $1,22. Así en un mes más llegará hasta $37.982,42, dejando atrás los $37.944,50 del periodo anterior. La UF llegó en los años 60 para revalorizar los ahorros de la gente, según las variaciones del IPC, protegiendo el dinero guardado en los bancos de la inflación, en una época donde los registros alcanzaban los dos dígitos, y con un Banco Central que no era autónomo.