El proyecto de transición energética que impulsa el gobierno cumple ya más de un mes desde el inicio de su tramitación, y aunque en un comienzo tuvo una recepción positiva desde distintos gremios del sector eléctrico, durante la discusión en la comisión de Minería y Energía del Senado han ido surgiendo algunas alertas, principalmente en torno al impacto en el precio de las cuentas de la luz que podría ocasionar la iniciativa legal.
Sin embargo, uno de los focos principales del proyecto pasa por impulsar a la transmisión eléctrica como parte de la infraestructura habilitante para el proceso de descarbonización de la matriz eléctrica. Algo que desde Transmisoras de Chile comparten, pero piden más celeridad.
Javier Tapia, el director ejecutivo del gremio que agrupa a las compañías dedicadas al negocio de la transmisión eléctrica, comentó a Pulso sus impresiones sobre el avance de la iniciativa.
“Este proyecto nació como un proyecto de transmisión en un principio, en que se supone que tenía como directriz que los temas fueran consensuados, que los temas generaran impacto, y eso se fue diluyendo por los problemas del día a día. Y ahí es donde empezó el problema”, comenta, aludiendo a las modificaciones propuestas en torno a la asignación de ingresos tarifarios extraordinarios. Un tema que ha concentrado las críticas de distintas generadoras, por generar potencialmente un subsidio hacia un tipo de generación específico.
En su visión, dicho punto está demorando la posibilidad de avanzar en aspectos que sí cuentan con consenso.
- ¿Creen que se requeriría separar el proyecto en sus distintos ítems?
Para nosotros lo importante sería que se discutieran las cuestiones de transmisión primero. Si uno tiene consensos en ciertas partes, por qué no partir por ese consenso, por qué no colgarnos la medalla país de que, efectivamente, estamos trabajando en pro de la estructura que requerimos para la energía de mañana.
- ¿Cuál sería la razón de poner la urgencia en ese punto y no necesariamente en la discusión sobre los ingresos tarifarios que está complicando a un grupo de empresas y busca abordar distorsiones del mercado?
Simplemente porque son soluciones que sirven. Son soluciones consensuadas y son soluciones que podemos sacar rápido y que pueden servir específicamente para traer mayor energía. Al proyecto se le agregaron demasiadas cosas a última hora que probablemente no terminaron de ser lo suficientemente consensuadas, y cuando lo llevamos a la discusión parlamentaria eso sólo implica retrasos. Entonces, volvamos al origen. Ese es nuestro llamado, volvamos al origen de este proyecto, un proyecto que fuera consensuado, que tuviera impacto.
- Estos temas no consensuados, ¿se transformaron de alguna manera en pelos en la sopa?
Claro. Sí, lo que suele pasar en la discusión energética, es que nos tendemos a quedar en la coyuntura, por más importante que sea. Si yo entiendo los problemas internacionales, los problemas de algunas empresas, y nosotros somos súper conscientes de eso, efectivamente. Pero que lo urgente no nos quite lo importante, es el gran tema. Y partamos discutiendo sobre infraestructura, la infraestructura habilitante.
- ¿Entonces ustedes en concreto esperarían que esto se discuta por separado?
A nosotros nos gustaría que se discutiera lo más rápido posible. No sabemos cuál es la vía adecuada. Si es separado, que se separe. Pero que se discuta esto primero.
Planificación y seguridad
La premura de Tapia pasa por los diagnósticos que apuntan a que la próxima megalínea que entrará al Sistema Eléctrico Nacional, Kimal-Lo Aguirre, no alcanzará para cubrir las necesidades para llevar los electrones generados con energías renovables hacia los centros de consumo.
Lo único indiscutible es que necesitamos reforzarlo con algo igual a Kimal-Lo Aguirre. Entonces, si nos estamos demorando siete años en hacer una línea, hoy día es la discusión. Si esta línea va a estar sujeta a estudios franja, que hoy en día se está demorando cuatro años, vamos a estar en el 2027, para empezar a discutir recién una licitación de línea. Entonces hay discusiones que, si no queremos tener los problemas de hoy día, deberíamos darlas públicamente entre todos.
- Tal como está planteado el proyecto hoy día, ¿los satisface o se requieren hacer revisiones?
Hay que revisar algunas cosas, son detalles menores. Por ejemplo, para que se gatille la solución de los sobrecostos, solo se gatilla cuando el transmisor termina el contrato con el contratista que construye. Lo que hace la industria muchas veces es cuidar a los contratistas. Tú tienes coyunturas que no necesariamente hacen que el contrato tenga que terminar. Entonces, debería abrirse eso a posibilidades mayores. Si existe alguna suerte de problema, que haya alguien que diga que estos sobrecostos te los revisamos sin que te exijan que termines el contrato.
- En materia de planificación de la transmisión se aumentan los tiempos y se asume que el proceso está demorando dos años, ¿les preocupa eso?
“El proceso de planificación debería seguir durando al menos un año, pero deberíamos planificar siempre mirando el largo plazo. Pero claro, debiera durar un año y probablemente tener alguna salida para que en algunas obras que son mayores (Kimal-Lo Aguirre no se decide en un año) se extiende un poco el plazo y tengan la posibilidad de abrirlo. Pero hoy en día lo vemos como un proceso que está creado muy cerrado. Dos años y por lo tanto eso va a ralentizar todo. Cuando tú no alcanzas a meter una obra al plan, vas a tener que esperar dos años después para poder presentarla de nuevo.
- En materia de competencia, ¿creen que habría algo para revisar?
El tema de que las licitaciones vuelvan al transmisor es un tema importante. Eso agiliza, porque que un tercero haga la licitación, que luego venga, que te ponga en bases es un medio complejo. Y en ese caso hay alguien que tiene que velar por los temas de competencia, efectivamente. Eso está bien diseñado. Esos son temas que son relevantes para la industria. Yo creo que la mayor revisión que se tiene que hacer es la planificación.
- Se propone agregar un tercer criterio a la operación del sistema, que es el de cambio climático, ¿eso podría impactar también en costos?
A ver, para nosotros la sostenibilidad, el criterio de cambio climático, llamémoslo así, debería ser un criterio de planificación. El sistema debería estar planificado para que, efectivamente, si no tenemos una central eólica o una central solar, no nos pasemos al diésel. Es muchísimo más caro que invertir en líneas. Entonces, el tema va por ahí. Esto está supeditado en operación a la seguridad. O sea, no queremos que se nos corte la luz, al final es eso. Eso es lo más relevante si uno le pregunta a un consumidor, más allá de que uno pague, es que no se nos corte la luz.
- ¿No comparten finalmente la propuesta de agregar el criterio de sustentabilidad en la operación?
No es que no lo compartamos, el tema es que debiera estar supeditado a la operación segura y a mínimo costo. Vamos paso a paso, y por eso lo tomamos como un criterio de planificación. Cuando planifiquemos con cambio climático, vamos a planificar efectivamente con líneas más robustas, y esas líneas más robustas van a permitir efectivamente descarbonizar, sacar centrales más cochinas, y eso va a permitir una buena operación.