El acuerdo anunciado entre la canadiense Lundin Mining y la japonesa JX Nippon Mining & Metals Corporation, que significará la adquisición del 51% del yacimiento de cobre Caserones, ubicado en la Región de Atacama, por parte de la primera de ellas, implica un aumento relevante en su nivel de producción del metal rojo en Chile. El acuerdo, que involucra el desembolso de US$800 millones en efectivo al cierre de la operación -establecido entre el tercer y cuarto trimestre-, además de otros US$150 millones a pagarse en cuotas por los próximos seis años, duplicará su producción de cobre en Chile, alcanzando las 270 mil toneladas, lo que posiciona a su filial entre los seis grupos más relevantes que operan en Chile.
Sin embargo, el acuerdo no solo consolida la posición de la canadiense, sino que podría traer consigo un aumento en las inversiones, enfocadas en la captura de sinergias con su operación en el Distrito Candelaria, además del proyecto minero Josemaría, ubicado en Argentina, a pocos kilómetros de distancias de Caserones.
Así lo reconoció la plana directiva de la minera canadiense, al comentar la operación en una conferencia con analistas.
Juan Andrés Morel, vicepresidente senior y director de operaciones de Lundin Mining, fue uno de los encargados de dar a conocer las potenciales modificaciones que llevarán a cabo, una vez concretado el acuerdo con JX Nippon.
“Teniendo en cuenta la oportunidad del Distrito, las sinergias y el potencial de crecimiento de ambos activos, volveremos a evaluar la posibilidad de construir un nuevo acueducto o de aumentar la capacidad de la planta desalinizadora de Caldera. Es una opción que estudiaremos en cuanto cerremos la operación”, dijo el ejecutivo.
Morel, quien asumió el cargo en agosto de 2022, es un reconocido ejecutivo en la industria minera nacional. Llegó a Lundin tras dejar su puesto como gerente de Operaciones Mineras en Escondida -la mina de cobre más grande del mundo, que opera BHP en Chile- y ocupó altos cargos en Antofagasta Minerals, donde ejerció como director de operaciones de Los Pelambres, entre otros.
En la conferencia, tanto él como el CEO de Lundin Mining, Peter Rockendell, fueron consultados en reiteradas ocasiones sobre los impactos que la adquisición del activo minero tendrá en sus proyecciones de producción y costos. Sin embargo, los ejecutivos evitaron entregar cifras, a la espera de que el acuerdo se materialice y que sus equipos se instalen en el yacimiento.
Con todo, Rockendell supo también transmitir que las necesidades hídricas, tanto de Caserones como de Candelaria, no suponen una amenaza para la operación.
“Estamos cómodos con la cantidad de agua que tienen (en Caserones). Si por alguna razón hubiera un cambio en el futuro con cualquier tipo de asuntos legislativos, hemos hecho los deberes para determinar si podríamos complementar el agua de algunas de nuestras operaciones existentes. Hemos estudiado el acueducto, nuestra capacidad de desalinización, etcétera. Así que no creemos que esto sea ningún tipo de desafío en el futuro”, sostuvo el CEO de la minera canadiense.
En sus respuestas, Rockendell remarcó cómo la adquisición del yacimiento fortalece la posición en la región de Atacama.
“Ahora tenemos un camino desde Caldera hasta Caserones, donde controlamos el puerto, la desalinización, el acueducto. Así que estamos en una posición muy, muy fuerte. Creo que el hecho de que entre Josemaría, a un lado de la frontera, y Caserones, al otro, nos sitúa en una posición estratégica extremadamente fuerte”, comentó.
El momento perfecto
Rockendell también detalló las razones detrás del anuncio de acuerdo para adquirir Caserones, un yacimiento que se ya había puesto en el mercado en 2019.
“Cuando salió al mercado por primera vez, en realidad era una participación minoritaria, lo que no me pareció atractivo para nosotros”, explicó, y agregó que observar la consolidación de su operación, que comenzó su construcción en 2013 y enfrentó importantes dificultades como retrasos y costos de producción crecientes, “nos pareció más interesante”.
“Cuando se mira la posible cartera de oportunidades en este momento, (...) para obtener una mina de esta escala, la estructura de costes, la vida de la mina, que está realmente justo en nuestro propio patio trasero, y es una de esas pocas veces donde realmente se puede comprar algo que tiene la lógica industrial y sinergias potenciales”, enfatizó.
Rockendell incluso afirmó que, aunque había “varias de las otras empresas” interesadas en comprar Caserones, “sabían que éramos el comprador lógico debido a nuestra presencia en la zona.
“¿Por qué ahora? Es difícil predecir los titulares. Obviamente, están pasando muchas cosas en el sector bancario, pero a pesar de esta volatilidad a corto plazo, no hemos cambiado en absoluto nuestra visión a largo plazo sobre el cobre. Y creo que si sólo va a ser más fuerte en el futuro, el precio de compra de un activo de esta calidad sólo va a subir. Así que creo que es una gran oportunidad para nosotros y el momento es perfecto”, remarcó.