Tregua en la guerra comercial, ¿suficiente para el cobre?

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La reunión entre los presidentes de EEUU y China en el marco del G20 generó cierta distensión inicial entre ambas superpotencias, pero de efímero efecto pues la detención de la hija del fundador de Huawei y alta ejecutiva de esta empresa, confirma una vez más que este no es solo un conflicto comercial sino una disputa por el liderazgo global.

Cabe en este momento, auscultar las perspectivas para el precio del cobre. Si bien el metal rojo es una de las materias primas con mejores perspectivas a medio y largo plazo, enfrenta un panorama poco favorable en los próximos meses.

La economía global ha completado un período excepcionalmente prolongado de expansión, pero es probable que se inicie un ajuste cíclico. Y la crucial economía china, que se espera siga explicando cerca de la mitad de la demanda mundial de cobre, enfrenta un momento de gran complejidad, agravada por las presiones que EEUU.

El milagro económico chino, uno de los mayores en la historia de la humanidad, necesita ajustes. El gobierno chino así lo reconoce, por lo que ha venido trabajando en ello desde la gran crisis financiera internacional, buscando que progresivamente sea el consumo interno, y no la inversión y el comercio exterior, lo que impulse su crecimiento económico.

Y han logrado avances muy importantes, ya que el consumo aporta casi el 70% del crecimiento del PIB actualmente. No obstante lo anterior, el proceso aún no está completo.

La buena noticia es que China probablemente aplicará un nuevo estímulo a su economía en 2019, tal como ha ocurrido en tres ocasiones en los últimos 10 años. La pregunta es cómo llevar a cabo un estímulo sin descompensar su economía.

Una política fiscal expansiva, como la vista en post-crisis subprime podría tener un menor impacto en la economía, y quizás llevar al país a una situación similar a la de Japón a fines de la década de los 80 con la firma del Plaza Accord en medio de un conflicto comercial con EEUU.

El alto nivel de deuda en China, en particular de las empresas estatales, restringe las posibilidades pues se enfrenta un contexto complejo, por problemas de mala asignación de recursos y corrupción.

Además, seguir estimulando su economía a través de bajas tasas de interés aumentaría el riesgo de profundizar los males que el gobierno tan duramente ha combatido, especialmente el riesgo de incentivar burbujas financieras e inmobiliarias.

Las perspectivas para el mercado del cobre hoy son dominadas por un pesimismo macro que los sólidos fundamentos de oferta/demanda no son capaces aún de contrarrestar. No hay duda que el crecimiento chino se situará por sobre el del resto del mundo, y en un contexto en el que las energías renovables y la electromovilidad seguirán empujando la demanda de cobre.

Pero los principales bancos chinos han corregido a la baja el crecimiento para el 2019. La posible aplicación de un estímulo en China en el próximo año nuevamente sorprenderá y ayudará a que las expectativas del precio del cobre se vayan alineando con sus fundamentos de mediano plazo aunque la intervención de la autoridad económica china deberá ser esta vez mucho más selectiva y sofisticada.

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