El enfriamiento de la economía llegó al sector de la comida rápida. Así lo reflejó el indicador de la Asociación Chilena de Gastronomía (Achiga), elaborado por el Departamento de Estudios de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de Chile (CNC), que registró una baja de 2,5% real anual en el tercer trimestre del 2022.

Según informó este martes el gremio nacional, la caída interanual registrada entre julio y septiembre estuvo influida en parte por una mayor base de comparación, dada la fuerte aceleración del sector durante el segundo semestre del año pasado.

En tanto, y frente al segundo cuarto de este año, las ventas reales de la industria cayeron un 5%. Pese al mal desempeño, si se comparan con el tercer trimestre de 2019, las cifras del sector marcan un alza de 3,7%.

Con respecto a los meses del tercer trimestre del año, se registraron dispares resultados, donde julio marca un alza anual de 2,7%, luego agosto cae 5,9% real anual y septiembre baja 4,2% anual.

Al respecto, Máximo Picallo, presidente de Achiga indicó que, “observamos que la desaceleración de la economía también llegó al sector de la comida rápida”.

Para el representante del sector gastronómico nacional, el resultado se explica “también por el efecto de la desaceleración que viene acompañado por un fenómeno inflacionario que ha significado que las familias tengan un menor ingreso disponible”.

Agregó que “estos números confirman lo que señalamos a fines del primer semestre, en términos que la política monetaria más restrictiva sumada a la alta inflación iba a significar un retroceso en el consumo de los chilenos”.

De acuerdo con el análisis realizado por el Departamento de Estudios de la CNC, la desaceleración anotada por el índice de servicio de comida rápida en el tercer trimestre de este año, se debe también en parte a una mayor base de comparación. Sin embargo, también responde a un menor consumo de los hogares dado el adverso escenario económico y a una mayor competencia.

“Al comparar con el 2019 el indicador marca un alza en las ventas totales, pero cae el número de boletas, lo que se puede deber en parte a la fuerte entrada de competidores no tradicionales al sector, junto con un boom de venta de comida preparada en los canales digitales, muchos de estos informales”, señaló la entidad gremial.

En tanto, por el lado de los costos, el análisis indica que el sector “también se ha visto más impactado que otros al ser precisamente la categoría de alimentos y bebidas no alcohólicas la que ha registrado las mayores alzas anuales en sus precios llegando, por sobre el 20% en los últimos meses”.

En cuanto al número de establecimientos, el reporte señala un 2% más de locales abiertos al comparar con el tercer trimestre de 2021, pero aún se está un 7,2% por debajo de lo registrado en el tercer trimestre de 2019.

El consumo promedio por boleta (expresado en pesos de septiembre 2022), alcanzó un valor de $8.043 en el tercer trimestre de 2022, lo que significa una baja anual de 12,7% real respecto a igual período de 2021, marcando un segundo período de caída, y una baja de 3,1% respecto al trimestre anterior.

Respecto a igual período de 2019 se registra un alza de 38,8% en el consumo promedio, que se debe en parte a la baja de 30,4% en el número de boletas, de la mano de una inflación que ha impactado aún más fuertemente las categorías de alimentos, influyendo en los costos del sector y en sus precios finales.

En la Región Metropolitana, el consumo promedio por boleta durante el tercer cuarto del año fue de $8.033 experimentando una caída de 14,6% real anual y una caída trimestral de 6,3%.

Por su parte, en regiones el consumo promedio durante el mismo período alcanzó los $8.053 cayendo un 10,7% real respecto a igual trimestre de 2021 y marcando un nulo cambio (0,3%) respecto al segundo cuarto del año. Tanto en RM como regiones aumenta el número de boletas en 9,6% y 7,3% respectivamente, al comparar con igual trimestre de 2021, pero caen fuertemente frente al 2019 (-28% y -33,6%).