Piñera y Guillier pasan al balotaje, pero elecciones dejan demasiadas sorpresas

Si hace una semana alguien decía que Sebastián Piñera iba a ganar las elecciones de este 19 de noviembre; que Alejandro Guillier ocuparía el segundo lugar; y que ambos se enfrentarían en el balotaje; probablemente nadie se impresionaba. No obstante, lo que pasó ayer está lejos de ser una representación de lo que se podría denominar la "lógica", al menos, aquella que indicaban las encuestas de opinión pública, los análisis de los llamados expertos y de los propios políticos.

Fueron casi 6,7 millones de chilenos los que se manifestaron en las urnas y que con su voto desataron un escenario político que sin lugar a dudas, es novedoso, con muchas sorpresas, y que deja márgenes de incertidumbre.

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El candidato de Chile Vamos ganó. Es el que queda con la mejor chance de triunfar en la segunda vuelta que se desarrollará en menos de un mes. Su coalición derrotó a la actual Nueva Mayoría. ¿Sólo felicidad? No del todo.

Si bien el ex Presidente estuvo cerca de lograr los 15 puntos de diferencia con el segundo lugar -señalado en la oposición como irremontable- su votación estuvo por debajo de lo proyectado. No había sondeo previo que no le diera más de 40%, y finalmente terminó empinándose en torno al 37% de respaldo. Además, desde el optimismo de la vereda del frente señalan que las "fuerzas progresistas" sumadas, se impusieron en los comicios de ayer y eso se puede replicar en el balotaje.

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Entonces, Piñera deberá conseguir parte de los votos de la derecha más conservadora que representa José Antonio Kast. Quizá incluso el ex mandatario necesite algo del centro que representa Carolina Goic (DC), aunque ésta le quito mucho piso ayer tras su discurso, luego de la derrota. Lo cierto, es que para Piñera, la segunda vuelta está aún lejos de ser una carrera ganada.

El senador independiente, logró su primer objetivo: llegar a la segunda vuelta. No obstante, en este mes que queda tiene una tarea demasiada compleja, como lo es, tratar de agrupar a todas las fuerzas progresistas en torno a su candidatura.

En el mismo comando del legislador reconocían antes de las elecciones que una distancia de más de 10 puntos era casi irremontable, y eso pasó.

Si bien el legislador recibió ayer el respaldo de Marco Enríquez-Ominami, y guiños de Carolina Goic e incluso algunas señales de Beatriz Sánchez -además del respaldo explícito del ex Presidente Ricardo Lagos y algo menos directa de la Presidenta de la República, Michelle Bachelet- es muy complejo que toda esa fuerza "progresista" pueda concurrir a las urnas en torno a su nombre o en contra del nombre de Piñera. Un desafío enorme y en el que tendrá que ceder mucho a su paso.

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Si alguien considera que se puede ganar perdiendo, lo de Beatriz Sánchez y el Frente Amplio es la representación más gráfica de eso.

Si bien la periodista no logró pasar a segunda vuelta como tantas veces lo aseguró, su tercer lugar con un 20% de los sufragios resultó una gran sorpresa, que ningún sondeo previo avizoró. Hoy su figura es clave para lo que pueda ocurrir en el balotaje.

Lo del Frente Amplio es aún más sorprendente. El bloque político con menos de un año de existencia logró una veintena de diputados e incluso, logró instalar a uno de sus representantes en el Senado. Desde ayer, este nuevo conglomerado se transformó en un elemento clave para el próximo Congreso, una tercera fuerza en cuyas manos pasarán muchas definiciones, y vetos, para el devenir legislativo.

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El diputado José Antonio Kast repitió durante toda su campaña que había una posibilidad de que dos candidatos de derecha pasarán a la segunda vuelta. Su pronóstico no se cumplió, no obstante, su votación dejó a muchos asombrados.

El candidato independiente que dijo que iba a echar pié atrás con la ley de aborto en tres causales, que defendía la compra de armas, logró casi un 8% de la votación y desplazó a Goic y ME-O de los puestos de avanzada.

Desde ayer Kast asume un nuevo estatus en la oposición e incluso puede empujar a Piñera -a quien visitó ayer para entregarle su respaldo- a "derechizarse".

El propio parlamentario ha anunciado la creación de un nuevo referente en el sector. Aunque es una incógnita el futuro, lo cierto es que el parlamentario hoy tiene un importante capital político.

Los resultados de ayer resultaron un balde de agua fría para la Democracia Cristiana y para su líder, Carolina Goic. Quizá, los grandes derrotados de la jornada.

La decisión de no participar de las primarias presidenciales de la Nueva Mayoría siempre fueron consideradas una apuesta arriesgada, pero las consecuencias terminaron siendo más adversas de lo que muchos sospechaban.

Hoy la DC realizará un Consejo Nacional para definir su apoyo o no a Guillier -ayer la propia candidato manifestó gestos al legislador-, pero el futuro de la colectividad no se vislumbra positivo. La permanente caída de la DC, desde el retorno a la democracia, en la representación parlamentaria es evidente y su peso específico después de ayer quedó muy mermado.

De hecho, en la interna de la colectividad incluso ya se ha hablado de una separación pactada entre las "dos almas" del partido. La fractura es evidente y el replantearse parece ser la única alternativa para sobrevivir.

Uno de los acuerdos transversales que se produjeron ayer fue que las encuestas se convirtieron en una de las grandes derrotadas de las elecciones.

Ninguno de los sondeos que se realizaron previamente a los comicios lograron acercarse de los resultados que finalmente se produjeron ayer. Varios han puesto sobre la mesa la necesidad de evitar que en futuros procesos estos estudios sigan manteniendo el protagonismo que tuvieron en este proceso.

Más allá de las causas de los errores -el voto voluntario, no saber interpretar a los indecisos, no depurar el voto efectivo- lo cierto es que las propias encuestas en parte fueron las responsables de que los resultados de ayer causaran tanta sorpresa.