A exactos 40 años, un 21 de marzo de 1981, se produjo uno de los hechos más dramáticos de los que tenga registro la ciudad de Santiago. La Torre Santa María, en ese entonces, el edificio más alto del país (110 metros), sufrió un incendio que dejó un total de 11 fallecidos.

Inspirada en las Torres Gemelas de Nueva York (las mismas del atentado terrorista de 2001), la Torre Santa María, ubicada en Providencia, era un edificio con arquitectura de vanguardia, un ícono para la época. 33 pisos y cinco ascensores en total.

Sin embargo, un año después de ser inaugurada, sufrió este incidente, el que marcaría a toda una generación, por su impacto mediático, los decesos que registró y porque fue transmitido en vivo por la televisión, lo que aumentó más aún su difusión.

Incendio en Torre Santa María, 1981.

Eran las 10 de la mañana, cuando en el lado sur del duodécimo piso comenzó el siniestro, originado por la inflamación del pegamento que habían utilizado para instalar las alfombras, sumado a una chispa de un cigarro de uno de los maestros.

Entre las personas fallecidas, además de trabajadores que se estaban en la torre, se registró al voluntario de la 13.ª Compañía de Bomberos Bomba Providencia, Eduardo Rivas Melo.

El suceso fue un verdadero llamado de atención, y obligó a modernizar ciertos estándares y ordenanzas, ya que no existía una normativa que regulara la construcción en altura en Chile, así como tampoco regulación contra incendios. Por ejemplo, si bien ahora parece obvio, recién en ese entonces se prohibió el uso de ascensores durante el desarrollo de un siniestro.

Luis Carrasco, académico de la Universidad Tecnológica Metropolitana y especialista en gestión de riesgo y emergencias, señala que este incendio es icónico, “en la década del 70 se habían quemado dos edificios en altura en Brasil, que fueron temas muy bullados, con respecto a la situación de qué significaba construir en altura. Eso estaba presente en la mente de todos nosotros”.

En Chile, “luego de la construcción de la Torre Santa María, aún se le hacían modificaciones para ser utilizado. Era catalogado como el edificio más moderno de América y que nunca se iba a quemar. Contaba con elementos de protección, superior a lo que la ordenanza pedía a esa fecha, ya se trabajaba sobre ese tema. Lo que tomó mucho más fuerza después del incendio”, recuerda Carrasco.

Máximo Quitral, historiador de la misma casa de estudio, señala que la torre era bien emblemática en los 80, “dado su altura, su diseño, incluso apareció en algunas teleseries. Se transformó en una estructura bien simbólica. Cuando se incendió los medios de comunicación le dieron cierto realce que quedó en la memoria colectiva, no solo de los santiaguinos, también gente de regiones. Captó mucho la atención y hasta el día de hoy se recuerda. Fue muy impactante en nuestro país”.

Carrasco explica que el edificio contaba con una protección activa, implementado elementos como “la red seca, que es una tubería que ayuda a suministrar agua en diferentes pisos, la red húmeda, que son llaves para poder apagar el fuego en un inicio. Además, la zona presurizada, las escaleras que van por dentro, que no permiten que ingrese gas y fuego en su interior. Eran elementos vitales”.

Sin embargo, cuando se produce el incendio, “si bien estaban todos estos elementos, no estaban siendo utilizados a cabalidad, el edificio se ocupaba de lunes a viernes, y esto fue un sábado. Muchas de las personas que estaban en el interior, no sabían como funcionaba, y algunos elementos aún se estaban poniendo a punto. El pegamento, combinado con el hecho de que uno de los maestros se puso a fumar, provocó que toda la planta se incendiara”, añade Carrasco.

Quitral señala que la espectacularidad del incendio, “también le entrega ese registro y memoria, y lo que pasó en su momento con la torre. Eso causa un interés y recuerdo importante de lo que pasó”.

Carrasco establece que el que hecho de fuera transmitido en directo, también marcó un hito. “Hoy estamos acostumbrados, pero en ese momento se produce la primera transmisión en directo de algo que no estuviese programado, entonces los canales comenzaron a transmitir desde el primer momento, fue inédito (los canales estaban cerca)”.

“También, las escalas mecánicas de los bomberos eran bastante más cortas, ya que respondía a la necesidad de los edificios de la ciudad, no este que era más alto y moderno. Y su protección personal tampoco era como la que vemos hoy en día”, recuerda Carrasco.

Con motivo de los 40 años de la tragedia, y el fallecimiento de uno sus funcionarios, el cuerpo de Bombero de Santiago durante la jornada de hoy lo conmemorará con la presentación de un documental y un acto en su memoria.

Si bien el proyecto original era de dos torres, en un comienzo solo fue construida una. Recién en 2016 se logró cumplir con el diseño establecido en un principio, y se levantó el segundo edificio.