En una inusual trilogía astronómica, Chile será testigo privilegiado de tres eclipses totales de Sol en solo tres años. No es común. El primero fue el 2 de julio de 2019 en la Región de Coquimbo y parte de la Región de Atacama. Luego, el 14 de diciembre, pero de 2020, la Región de la Araucanía pudo observar otro eclipse solar total.

Y el próximo 4 de diciembre (47 días), será el tercero, cuando a partir de las 7.34 de la mañana en la Antártica, el océano Antártico y el océano Atlántico sur, además de una porción de Tierra del Fuego, incluyendo la ciudad de Puerto Williams, logren una oscuridad total por un minuto y 54 segundos, mientras en la Antártica este durará una hora y seis minutos. La región no volverá a presenciar uno hasta el año 2048.

Los puntos específicos en la Antártica donde el eclipse tendrá un 100% de oscuridad (y visibilidad), son la Estación Polar Científica Conjunta Glaciar Unión (Chile) y la Base Davis de Australia. En la Base General Bernardo O’Higgins, también perteneciente a nuestro país, será de un 96,4%, en la Isla Rey Jorge y Bahía Fildes, la cobertura será cercana a 96%, mientras que en la Base Amundsen-Scott (Estados Unidos), de 91,6%.

Pero no solo la Antártica podrá disfrutar del eclipse, ya que en otros lugares también se podrá ver, aunque de manera parcial. En Sudamérica, será posible observarlo desde Puerto Williams, Tierra del Fuego, además de Ushuaia (Argentina) y Malvinas, perteneciente a Reino Unido.

También en África, en países como Lesoto, Namibia, Sudáfrica, Botsuana y Oceanía, en Australia y Nueva Zelanda. Todos de manera parcial.

La gráfica muestra la zona de oscuridad del eclipse. Wikipedia.

Este eclipse, es el 14° solar total del siglo XXI y tendrá 418,6 km de ancho de banda. Se moverá de este a oeste, a través de la Antártica Occidental. La mayoría de este tipo de eventos, se desarrollan de oeste a este. Este fenómeno solamente es posible en regiones polares.

¿Cómo se prepara el continente blanco y la zona sur del país para esta nueva cita astronómica?

Elise Servajean, directora de la Fundación Chilena de Astronomía, señala que este eclipse representa un desafío mayor desde lo científico. “La primera dificultad es que los sectores desde donde se podrá ver la totalidad del eclipse son de difícil acceso, ya sea porque en algunas no hay bases o porque corresponde a zonas en el océano. Esto hace que la dificultad para observarlo sea mayor, pero a la vez, representa un desafío lograr esas observaciones, lo que lo hace aún más emocionante”.

Marcelo Leppe, director Nacional del Instituto Antártico Chileno (Inach), señala que los eclipses en la Antártica tienen una regularidad bastante baja, cerca de 20 años. “En este caso, la sombra se va a proyectar en una especie de medialuna en la península antártica, abarcando su área principal en los Montes Ellsworth y en nuestra Estación Polar Conjunta Glaciar Unión, que operan las Fuerzas Armadas y el Inach”.

La Armada de Chile junto al Inach están a cargo de la logística para los viajes científicos a la Antártica. “Considerando el programa de ciencia antártica, Procien, se planifican las comisiones de las diferentes unidades que realizan la campaña antártica, buscando satisfacer los requerimientos logísticos de acuerdo a las rutas de navegación”, explican desde la institución.

Barcos turísticos

Considerando el gran interés internacional que generan ests fenómenos astrónomicos, se prevé una alta confluencia de buques de turismo a la zona. “La Armada ha dispuesto la presencia de dos unidades operando en territorio antártico chileno, con el propósito de cumplir con uno de los roles principales asignados, que es el de salvaguardar la vida humana en el mar”, señalan desde el organismo.

En la Base General Bernardo O’Higgins, el eclipse será visible en un 96,4%.

Un eclipse solar ocurre cuando la Luna pasa entre la Tierra y el Sol, oscureciendo así total o parcialmente la imagen del Sol, para una persona que lo observa desde la Tierra. El fenómeno sucede cuando el diámetro aparente de la Luna, es mayor que el del Sol, bloqueando así toda la luz solar directa.

Juan Carlos Beamin, astrónomo y coordinador científico del Centro de Comunicación de las Ciencias de la Universidad Autónoma de Chile, señala que durante los eclipses solares se pueden realizar algunos experimentos para estudiar la corona solar, la capa más externa y tenue del sol que está a una temperatura de entre 1 y 2 millones de grados Celsius, “esta capa solo es visible desde la Tierra durante un eclipse y es mucho más caliente que la atmósfera solar. El mecanismo físico de por qué sucede, aún se desconoce. Aunque de todas maneras la mejor forma de estudiar la corona solar sigue siendo a través de misiones espaciales como la Solar Parker Probe de la Nasa, más que durante un eclipse solar”.

Para el eclipse de 2019 se realizaron observaciones desde telescopios situados en el norte de Chile y en un día despejado. En 2020, a pesar del mal tiempo, se lograron observaciones en sectores estratégicos de las regiones de La Araucanía y Los Ríos. “Esta vez, la observación será totalmente una aventura, desde la llegada a la Antártica, llevar equipamiento a un lugar remoto, donde aún no sabemos si se contará con conexión a internet, y donde existen patrones de viento diferentes, además de un día continuo. Sin duda, esto será un desafío, pero estamos todos expectantes de ver cómo resulta, y aunando esfuerzos para trabajar en conjunto”, considera Servajean.

Leppe establece que su importancia radica, “en que se pueden establecer varios estudios sobre la corona solar, y de su actividad. Pero también, en las regiones polares como existen las líneas de foco magnético, hay una interacción interesante entre la ionósfera, los rayos cósmicos y también otros fenómenos atmosféricos, que en otros lugares del planeta, se verían mucho más alterados”.

Cientos de personas observan el Eclipse Solar desde Sky Costanera en julio de 2019. Foto: Agencia Uno

Un viaje a la Antártica, revela la Armada, se planifica durante 10 días, “ya que solo cruzar el Paso de Drake, de ida y vuelta, requiere de seis días de navegación. Normalmente, no hay viajes que duren menos de 18 días. En una temporada, es decir, entre octubre y abril, generalmente se realizan en promedio 12 o más comisiones o viajes”.

José Utreras, astrónomo de la Fundación Chilena de Astronomía, añade que la primera vez que se registró un eclipse solar total en la Antártica fue en el año 2003 (no hay evidencia de uno anterior), y esta vez será la segunda. “Es un evento muy extraño y que pocas personas han visto. Hoy existen observatorios en el polo sur y tecnología que en el eclipse pasado no existían, y pueden medir con mayor detalle el efecto que tiene la Luna al pasar frente al Sol, lo que reduce momentáneamente la luz que calienta la superficie”.

Leppe considera que este eclipse, al desarrollarse en la Antártica, implica ciertos desafíos. “Logístico principalmente, debido al desplazamiento a una región de altas latitudes dentro del círculo polar a 2.100 kilómetros de la Base Julio Escudero en la isla Rey Jorge. Además, estar trabajando sobre una plataforma de hielo de 800 metros de espesor y temperaturas bajo cero todo el día, tiene implicancias importantes para los equipos, sumado a desafíos técnicos. Sin embargo, es una gran apuesta”.

En 2003 se observaron cambios en la ionosfera y en el campo magnético de nuestro planeta durante la totalidad. “Datos como estos son escasos así que aún hay muchas cosas que podemos aprender sobre cómo se comporta nuestra atmósfera. Para volver a tener una oportunidad como esta tendremos que esperar hasta diciembre de 2039 y luego hasta 2057″, señala Utreras.

Cruceros “modo eclipse”

La zona central del eclipse será mucho más al sur que la mayor parte de las bases científico-militares que Chile tiene desplegada en la Antártica, “por lo que, en general, la mejor forma de verlo es a bordo de un crucero, aunque los costos de aquellos viajes son realmente muy altos”, añade Beamin.

En Puerto Williams, perteneciente a la municipalidad de Cabo de Hornos, y Punta Arenas, aún hay disponibilidad hotelera. Hay precios y tipos de alojamiento para todos los gustos. Desde hostales por $50.000 la noche, hasta hoteles por $190.000 más impuestos cada jornada.

Cristina Altamirano, encargada de Turismo de Cabo de Hornos, señala que considerando que se encuentran en Fase 5 del Plan Paso a Paso, “estamos evaluando realizar alguna o varias actividades para el eclipse. Aunque por ahora, no puedo comentar algo específico”.

Con respecto a los vuelos comerciales a Punta Arenas para esa fecha (el aeropuerto más cercano al eclipse), Latam ofrece vuelos el viernes 3 de diciembre desde $41.008 a $63.008, dependiendo de la hora. La vuelta, el domingo, desde $30.998 con escala en Puerto Montt, hasta $96.498 (vuelo directo).

Una opción diferente para ver el eclipse, es a bordo de un crucero, tal como señalaba Beamin. A bordo del barco Hondius de la empresa Oceanwide, la ruta comienza en Ushuaia. Tiene una duración de 19 noches (incluyendo la jornada del eclipse), además del Paso Drake y conocer las Islas Malvinas. Tiene un valor de US$ 30.000 (más de $20 millones en moneda nacional), precio que considera los vuelos al destino.

Una posibilidad para ver el eclipse es hacerlo en un crucero. En la imagen, el barco Hondius.

Un servicio similar ofrece la compañía Astro Trails. Bajo el nombre “Proyecto Antártida Silver CLOUD Eclipse Cruise”, con un precio de US$ 16.575 por persona, incluye 13 días en un crucero, a partir del 29 de noviembre, barco que zarpa desde Puerto Williams.

El que sea en una zona tan remota limita mucho el acceso. Además, la zona de mayor duración es justamente sobre el océano y lejos de bases establecidas. “Los riesgos son elevados como para poder transportar mucho equipo y mantenerlos estables por ese minuto y 54 segundos que durará en la zona de mayor duración”, establece el astrónomo de la U. Autónoma.

Beamin señala que la diferencia de este eclipse con eclipses “tradicionales” es porque nuestro planeta esté inclinado con respecto al plano que orbita en torno al Sol, “la misma inclinación que es responsable que tengamos las estaciones del año”.

Este último agrega que esto hace que el punto más “bajo” de la Tierra visto desde la Luna, por ejemplo, no sea el polo sur terrestre, sino otro punto, y es justo por ese espacio por donde pasará la sombra, “produciendo el hecho de que la sombra avance de oeste a este. Fuera de esta “rareza” el fenómeno debería ser muy similar a lo que se experimentó en años anteriores”.

El astrónomo de la Fundación Chilena de Astronomía explica que la única razón por la que se puede ver este eclipse en la Antártica es porque el eje de rotación de la Tierra está inclinado y en esta época la Antártica recibe luz todo el día. Tanto el Sol como la Luna están siempre en el cielo.

Lea también en Qué Pasa: