¡Abre las ventanas y ventila!
La información que emanan desde las publicaciones científicas, nos permite obtener conocimiento actualizado y basado en evidencia científica para hacer frente a la pandemia del virus Sars-Cov-2 responsable de la enfermedad Covid-19. La humanidad ha dado pasos agigantados, nunca antes visto en nuestra historia para intentar frenar el avance mundial de esta enfermedad.
La evidencia sistemática nos permite obtener información comprobada, evitar caer en la improvisación, el miedo, en antiguas creencias para pasar los “resfriados” y las noticias falsas.
A fines del año 2021, en Europa se están viviendo los peores momentos de la pandemia. Alemania, Francia y Austria están evaluando disminuir las libertades individuales y poniendo en la palestra la “obligación de la vacunación” mientras en Chile las personas han volcado su atención a los procesos políticos propios de las elecciones, desatendiendo una pandemia que en el país ha cobrado miles de vidas.
Muchos estudios nos orientan sobre los mecanismos de contagio y uno de los más temidos y estudiado son los aerosoles respiratorios.
Existen estudios que demuestran que el ARN del Sars-CoV-2 se encuentran en aerosoles respirados de <5 µm de diámetro; que existen aerosoles que contienen ARN del Sars-CoV-2 en modos de partículas y se ha demostrado que se producen durante la respiración, al hablar y la tos; y que alguna fracción de los aerosoles que contienen ARN se encuentran viriones intactos capaces de replicación.
Los estudios respaldan el papel de los aerosoles de modo fino en la transmisión del Sars-CoV-2 y enfatiza la importancia de una protección respiratoria eficiente y las precauciones de aislamiento en el aire para protegerse de la exposición al aerosol fino del SARS-CoV-2 al interactuar con personas infectadas, independientemente de síntomas o procedimientos médicos que se está realizando en un centro asistencial.
Pero, ¿qué significa esto? Básicamente que el contagio puede ser por el aire, si bien la evidencia es incipiente, los datos existen. Sin embargo, como la evidencia se construye con el tiempo, dentro de las medidas oficiales no se está promoviendo con la fuerza necesaria el “ventilar” los espacios comunes.
Sin ir más lejos, la gran mayoría de los chilenos acuden a sus trabajos por medio del transporte público, en Santiago se puede evidenciar los colectivos llenos, buses del transantiago a tope y una red de metro colapsada en horarios puntas. ¿Qué sentido tiene marcar en el piso al aire libre señaléticas para respetar el distanciamiento social en un paradero, si al subir al bus del transantiago este se encuentra en máxima capacidad y todos están apretados por el pasajero que se encuentra al lado sin el mínimo respeto a la medida de distanciamiento recomendada por el Minsal? Esta situación ocurre en todas partes del país. Bueno, el país debe funcionar pero se deben minimizar los riesgos, a nuestro favor está la alta cobertura de vacunación, la alta aceptabilidad del uso de mascarillas, pero en contra tenemos el escaso conocimiento de la poderosa herramienta de la ventilación.
Si Ud. se encuentra en el transporte público, ¡abra las ventanas!, en los colectivos, buses del transantiago, metro, autos particulares si está acompañado de personas con la que no convive o comparten espacio en su trabajo con otras personas ¡abra las ventanas!
Dada la circulación en curso de Covid-19 y los trabajos recientes que destacan la importancia relativa de la transmisión aérea, es importante que se promuevan e implementen prácticas basadas en evidencia para limitar la transmisión del Sars-CoV-2 en entornos públicos con menor ventilación.
Otros estudios concluyen que los aerosoles finos producidos al hablar y cantar contienen más copias del Sars-CoV-2 que los aerosoles gruesos y pueden desempeñar un papel importante en la transmisión del Sars-CoV-2.
Se debe mitigar la exposición a aerosoles finos, especialmente en ambientes interiores con escasa ventilación donde es probable que ocurra la transmisión aérea del Sars-CoV-2.
La evidencia en el contagio por aerosol aún es incipiente -debemos recordar que esta es una enfermedad nueva y que existen más dudas que certezas-, pero la colaboración científica mundial nos permite adelantarnos a ciertos hechos y actuar de manera preventiva.
Está cada vez más claro que la transmisión del Sars-CoV-2 a través de aerosol es posible y podría representar una ruta de transmisión importante. Sin embargo, la evidencia emergente indica que es poco probable que muchos procedimientos médicos definidos actualmente desempeñen un papel significativo en la generación de aerosoles infecciosos que representan un riesgo para el personal y que la emisión de aerosoles infectados ocurre cotidianamente en entornos no hospitalarios.
Debemos centrarnos en el riesgo a simple vista: exposición física cercana a personas que se sospecha o se sabe que tienen Covid-19 durante un tiempo prolongado o donde la ventilación sigue siendo inadecuada, la ventilación es un arma poderosa para disminuir los contagios, por lo tanto, donde quiera que te encuentres y hay más personas, lava tus manos, mantén la distancia social, ¡Abre las ventanas! y usa tu mascarilla.
*Kinesiólogo Respiratorio, Master en educación superior, Investigador y Académico
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