Alertan cuáles son las palabras más machistas: "guerrera, comadre, esposas, cazafortunas"

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Ilustración: Alfredo Cáceres

Cómo el machismo contaminó el lenguaje: Historias de palabras que perdieron su inocencia, es el nuevo libro de Héctor Velis-Meza que resume 104 inofensivas palabras que la sociedad convirtió en ofensivas y machistas, pero que en su origen no lo son.


El periodista Héctor Velis-Meza tiene una amplia trayectoria en la difusión del correcto uso del lenguaje. Desde 1993 conduce el programa Palabras con Historia en Radio Cooperativa, es constante panelista en televisión y ha sido profesor universitario de diferentes instituciones. Además, es autor de 50 libros sobre lenguaje, con variadas temáticas. Por ejemplo, Chilenismos con historia, Calles de Santiago con historia; El lenguaje del campo, El libro de los porqués de la vida diaria, Historia desconocida del nombre y el apellido, Historias desconocidas de palabras claves del siglo XXI, Voces de origen mapudungun o El lenguaje de la medicina, entre otros.

Justamente su publicación número 50, será presentada este miércoles 7 de noviembre a las 19.00 horas en la 38° Feria Internacional del Libro de Santiago, FILSA 2018, en el escenario poniente de la Estación Mapocho. Se trata del título Cómo el machismo contaminó el lenguaje: Historias de palabras que perdieron su inocencia, libro donde el autor, a través de 104 palabras con un significado inocente, ejemplifica cómo la sociedad las transformó en machistas.

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Velis-Meza señala a Qué Pasa que en el libro explica que el lenguaje no es machista, en realidad son las personas que lo utilizan. "Nunca el lenguaje se había enriquecido tanto como ahora, con todas las palabras norteamericanas por ejemplo que han ingresado, pero la gente nunca había hablado tan mal tampoco. Hay un contrasentido, mientras más se enriquece el vocabulario, es peor".

El periodista señala que muchas palabras perdieron su inocencia, que sufrieron esta transformación, "como niña, que se convirtió en prostituta. Yo explico que en el pasado las casas de prostitutas, se les decía casa de niñas. No es que la palabra sea machista, es el uso que la sociedad le dio. También la palabra débil, que si uno habla de sexo débil, es peyorativo. Es decir, el sexo frágil, se supone que la mujer es más débil que el hombre, y ha quedado demostrado que no es así, la mujer hace exactamente lo mismo que el hombre. La palabra público por ejemplo, un hombre público es una persona importante, pero la mujer pública es una prostituta. Es la sociedad la que le fue agregando un alcance".

La RAE ha notado que algunas palabras tienen un alcance perverso, y ha echado pie atrás, enmendando el error, demostrando la intención de cambiar. "Por ejemplo la palabra mujer la está transformando en persona, significa que engloba a hombres y mujeres. Originalmente, la palabra hombre significa humus, que es tierra, en el fondo ser humano, humilde. No fue inventada para referirse al sexo masculino, fue inventada para hombres y mujeres. Después el hombre se apropia de la palabra para identificarse. Una vez a Gabriela Mistral le preguntaron por los hombres más importantes de la historia y ella respondió con mujeres, incluida Juana de Arcos. La persona que la entrevistaba le dijo que ellas eran mujeres, y Gabriela Mistral le dice que no, que vea la definición en el diccionario. En el fondo, ella dio el nombre de tres hombres, pero en el sentido primitivo de la palabra", señala Velis-Meza.

Velis-Meza no cree en el lenguaje inclusivo. "Nosotros hablamos tan mal, tenemos un dominio precario del lenguaje, de la ortografía y la dicción, que no puedes pedirle a una sociedad así que además modifique su lenguaje. El lenguaje no se impone, penetra lentamente. Por ejemplo la palabra 'condoro', entró en el diccionario porque la gente la usa, por mérito propio, no por decreto".

Entre las palabras de uso machista que Velis-Meza describe en su libro, están "cazafortunas" para describir a las aventureras;  "chancletas", para las niñas recién nacidas; "comadre", usada como sinónimo de alcahueta; "esposas", referida a las manillas para sujetar a los detenidos y "guerreras" para referirse a mujeres lujuriosas.

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