Alfa, Delta, Ómicron: ¿Qué tan lejos estamos de una supervacuna para el coronavirus?
Ha comenzado la discusión sobre el desarrollo de una vacuna universal que pueda cubrir la mayoría de coronavirus humanos y virus respiratorios de la misma familia, pero ¿es realmente posible? ¿existe la posibilidad de crearla? Diversos expertos plantean sus puntos de vista y la necesidad urgente de comenzar a trabajar en ella.
Durante las últimas dos décadas, el mundo ha visto cuatro brotes mortales de coronavirus, incluidos dos brotes de Sars a principios de la década de 2000, la aparición de Mers en 2012 y ahora Covid-19, que ha matado a más de 5 millones de personas en el mundo.
Por eso la última semana comenzó a surgir la discusión sobre la búsqueda científica de una vacuna universal contra el actual coronavirus, debido a que tres importantes médicos e investigadores estadounidenses escribieron un artículo sobre el camino para desarrollar nuevas vacunas que no sólo incluya el Covid-19, lo que podría abrir el camino a que sólo una inyección proteja contra todas las variantes del virus.
“Necesitamos un enfoque de investigación que pueda caracterizar el ‘universo coronaviral’ global en múltiples especies, caracterizar la historia natural y la patogénesis de los coronavirus en animales de laboratorio y en humanos, y aplicar esta información en el desarrollo de vacunas ‘universales’ ampliamente protectoras”, señalaron Anthony S. Fauci, Jeffery K. Taubenberger, y David M. Morens, del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID por sus siglas en inglés), en un artículo de la Revista de Medicina de Nueva Inglaterra (NEJM, su sigla en inglés).
Asimismo, los autores plantean que para lograr el objetivo de una “supervacuna” debe existir un esfuerzo de colaboración internacional que permitirá obtener extensas muestras de coronavirus provenientes de diferentes partes del mundo, además de investigaciones que proporcionarán una advertencia temprana sobre los coronavirus que pueden causar brotes en humanos.
Sin embargo, una de las dificultades que surgen al plantear el desarrollo de esta nueva vacuna es que aún se desconoce si se podría lograr una inmunidad permanente. Ya que Sars-CoV-2, probablemente continuará circulando indefinidamente en brotes periódicos.
Según los especialistas, la posibilidad de contar con una vacuna universal contra un virus o bacteria depende, entre otros factores, de la tasa de mutación del patógeno y del tipo de respuesta inmune que protege contra este, por ejemplo si se basa en anticuerpos, células T o ambos.
“A la fecha, Sars-CoV-2 ha demostrado poseer la capacidad de ir mutando significativamente algunos componentes estructurales en la superficie del virus, particularmente la proteína de spike (S), la cual es la más expuesta al sistema inmune. Esto dificulta el poder contar con un segmento único de esta proteína que sea representativa de todas las variantes”, explica el Dr. Pablo González, profesor asociado UC y director ejecutivo del Estudio Científico-Clínico para CoronaVac en Chile.
Agrega que de ser posible la creación de esta supervacuna, sería necesario combinar proteínas S de distintas variantes para generar una “colección” de anticuerpos capaces de neutralizar las distintas variantes. “Sin embargo, es muy probable que sigan surgiendo nuevas variantes que no estén consideradas en esta formulación y deban sumarse posteriormente”.
Por eso es que los autores del artículo de NEJM plantean que se deben acelerar enormemente los esfuerzos en la vacunación contra el Covid-19, porque la pandemia aún existe junto con la amenaza constante de nuevas variantes. Lo que se convierte en “un desafío que ahora debemos comprometernos plenamente a abordar”, dijeron.
Sin embargo, es una posibilidad que se ve muy lejos. Los científicos llevan más de una década buscando una vacuna universal contra la influenza, advierte el Dr. Alexis Kalergis, profesor titular UC y director del Estudio Científico-Clínico para CoronaVac en Chile. “Utilizando estrategias como las propuestas para Sars-CoV-2, con algunos avances promisorios, pero que requieren aun investigación científica para lograr resultados más satisfactorios en lograr este objetivo”, explica.
Pero los investigadores creen que una “supervacuna” para los coronavirus podría ser más factible, tanto porque este virus es menos complejo genéticamente que el que causa la gripe, y porque la amenaza de otra pandemia de coronavirus se siente incómodamente real.
“Cuando los virus tienen estructuras más conservadas, menos variables, es posible desarrollar vacunas universales y que perduren en el tiempo”, como por ejemplo las vacunas contra el virus de la Hepatitis A, el virus Hepatitis B, señala el Dr. Carlos Pérez, Infectólogo Clínica Universidad de los Andes y decano de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Universidad San Sebastián.
Ahora, dice el doctor, el desarrollo que ha tenido la vaccinología en el último tiempo ha sido muy acelerado y es posible que eventualmente podamos contar con una vacuna universal prontamente, pero en el corto plazo se ve difícil.
“A medida que conozcamos mejor qué componentes inmunes protegen mejor contra el virus y cuáles son los ’talones de Aquiles’ del virus, se podrían desarrollar mejores vacunas”, agrega Kalergis sobre la posibilidad de una creación de una vacuna universal en un largo plazo.
“Sin duda es la prioridad más alta”, dijo el doctor Fauci a The Washington Post este mes. Los futuros podrían ser “tan malos o incluso peores que lo que estamos pasando en este momento”. En lugar de responder al próximo brote, es fundamental desarrollar una vacuna que proteja contra todas las interacciones del coronavirus”, recalcó.
En septiembre, la compañía del científico estadounidense y principal asesor de salud del gobierno de Joe Biden anunció una financiación de 36,3 millones de dólares para la investigación de vacunas contra el pancoronavirus (todos los tipos de coronavirus) por parte de científicos de la Universidad de Harvard, la Universidad de Duke y la Universidad de Wisconsin.
Propiedades ideales
En el artículo los científicos también describieron las características que debiese tener una vacuna verdaderamente universal, a pesar de saber que es poco probable que los enfoques de vacunas actuales logren todos estos objetivos, la máxima prioridad, dijeron, debe ser la cobertura universal de betacoronavirus, con cobertura adicional de coronavirus endémicos y otros.
Dentro de las que destacan la protección individual, donde dicen es necesario que la inoculación ayude a prevenir la enfermedad clínica, la infección por todos los sarbecovirus y merbecovirus, sea segura y aceptable para el público, segura para embarazadas y se pueda utilizar en personas de todas las edades, entre otras.
Además, sería deseable que fuese eficaz en una sola dosis, que induzca una sólida inmunidad sistémica de por vida, y sea asequible y se pueda utilizar en países de bajos ingresos.
Para que la efectividad de una vacuna pueda durar mucho tiempo y no dependa de refuerzo, ”puede depender, entre otros factores, de los componentes virales en la vacuna que se utilizan para activar el sistema inmune y los componentes adicionales que acompañan a los antígenos virales, para estimular sistema inmune”, explica la Dra. Susan Bueno, profesora titular UC y directora científica del Estudio Científico-Clínico para CoronaVac en Chile.
Por último, plantean que la vacuna también debiese proporcionar una protección comunitaria, que pueda cubrir todos los coronavirus humanos endémico y pueda usarse para la prevención de una pandemia.
Por ahora queda comenzar a investigar
Dada la gran cantidad de coronavirus de murciélagos que existen en la naturaleza, hay muchas razones para esperar más epidemias similares al actual Covid-19.
Linfa Wang, virólogo, que trabaja en la Facultad de Medicina de Duke-NUS, Singapur, y que ha estado estudiando los virus transmitidos por murciélagos durante décadas, encontró algo que puede ser asombroso en este camino hacia la vacuna universal.
El investigador realizó un análisis sanguíneo a pacientes que se infectaron con Sars a principios de los 2000, y que ya habían recibido la vacuna contra el Covid, y vio que habían desarrollado algo parecido a superanticuerpos, que bloquearon tanto los virus del Sars como una multitud de otros coronavirus.
Los ocho pacientes estudiados tenían anticuerpos que, en experimentos de probeta, neutralizaron cinco cepas diferentes de coronavirus de murciélago y pangolín que nunca habían infectado a humanos. Resultados que ofrecen una de las pruebas más sólidas de que es posible una vacuna universal contra el coronavirus.
Drew Weissman, investigador de la Universidad de Pensilvania, quien fue pionero en la tecnología clave utilizada en las vacunas de ARN mensajero de Pfizer y Moderna, se encuentra entre los que trabajan en las vacunas contra el pancoronavirus. Aunque inicialmente, es probable que estas vacunas en las que trabaja se centren en parientes más cercanos de Sars-CoV-2, su objetivo más ambicioso es proteger contra una amplia gama de coronavirus, incluidas varias cepas que causan el resfriado común.
Mikael Dolsten, director científico de Pfizer, que está investigando un refuerzo de Ómicron y desarrollando uno para las variantes Beta y Delta dijo al medio Bloomberg que, dado que las vacunas existentes funcionan y que las inyecciones de ARNm se pueden actualizar rápidamente, podría ser “un juego peligroso” cambiar de pista a una vacuna contra el pancoronavirus. “Lo estamos siguiendo, pero en este momento es más un enfoque académico”.
“Yo diría que se queden con lo que funciona” dijo. Postulando que la disminución de la eficacia de las vacunas con el tiempo podría convertirse en un problema mayor que las variantes, algo que las inyecciones universales no necesariamente resolverían.
Falta inversión
Uno de los factores que más dificulta el desarrollo de una vacuna universal es sin duda el dinero y no la ciencia como tal.
“Pfizer y Moderna no van a financiarlo (el desarrollo de una super vacuna)”, dijo Corey Casper a Bloomberg , quien dirige el Instituto de Investigación de Enfermedades Infecciosas en Seattle, EE.UU. que también trabaja actualmente en vacunas contra el pancoronavirus.
En respuesta sobre esta afirmación, Pfizer dijo que los refuerzos siguen siendo “la mejor estrategia disponible actualmente para protegerse contra variantes circulantes de preocupación”.
Moderna por su parte negó que retrasaría el avance de una vacuna universal para proteger su negocio existente.
Casper estimó que los costos serán de unos 600 millones de dólares para las pruebas y la fabricación a gran escala de esta nueva vacuna, y calificó eso como “una pequeña inversión para lo que sería un gran retorno”.
El virólogo Wang, señaló al mismo medio que sigue siendo optimista de que los gobiernos y las empresas verán la sabiduría de invertir. “El mundo ha cambiado. A esto se le llama desarrollo preventivo de vacunas”.
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