Altas temperaturas marcan el inicio del julio más caluroso de los últimos seis años
Según cifras de la Dirección Meteorológico de Chile (DMC), en lo que va del séptimo mes del año, las temperaturas altas promedian 18,02 °C, la cifra más alta de los últimos seis años.
Este 2021 ha sido un invierno atípico, según la Dirección Meteorológica de Chile (DMC). Si bien las mañanas y las noches han sido frías, como habitualmente lo son, las tardes de julio han registrado altas temperaturas en Santiago. Durante la primera semana, el séptimo mes del año de 2021 comenzó con cifras superiores al promedio de los últimos seis años.
Según la estadística de la DMC, entre el 1 y el 7 de julio, el promedio de altas temperaturas fue de 18,02 °C. Esta cifra no se alcanzaba desde 2015, cuando los termómetros promediaron 18,24 °C.
En 2020, el promedio fue de solo 14,52 °C; en 2019 de 17,07 °C; 2018 arrojó un promedio de 14,28 °C; 2017 alcanzó 15,81 °C y en 2016, la estadística indicó 16,67 °C.
El pronóstico estacional emitido por la DMC añade que las tardes serán más cálidas de lo normal, no solo durante julio, sino que también en agosto y septiembre. El fenómeno se extiende en todo el país, salvo en Arica y Antofagasta.
¿A qué se debe este inicio de julio “caluroso”, con altas temperaturas en pleno invierno?
Los episodios cálidos en la zona central suelen estar relacionados con el desarrollo de vaguadas costeras y vientos del este, “los que a su vez están relacionados con pasos de sistemas frontales y altas frías migratorias por el sur. Mientras esa trayectoria de los sistemas frontales continúe por el sur (y no incursionando a la zona central), esta situación continuará. Esta primera semana de julio es ligeramente menos cálida que la de 2015″, explican en la Oficina de Servicios Climáticos de la Dirección Meteorológica de Chile (DMC).
Raúl Cordero, climatólogo de la Universidad de Santiago, señala que los primeros día de julio han mostrado en Santiago temperaturas máximas, más de 3 °C sobre números típicos a la fecha. “Mientras que la temperatura máxima en Santiago típicamente debería ser algo inferior los 15 °C, el promedio de temperaturas máximas durante los primeros días de este mes ha sido superior a los 18 °C”.
La falta de precipitaciones y la mala calidad del aire explican lo sucedido. “Desafortunadamente, en los últimos días han abundado los días soleados con fuerte inversión térmica, lo que por un lado no favorece las precipitaciones (el déficit en la capital se está acercado al 60%), ni tampoco la ventilación de la cuenca (el mes de julio ha estado marcado por varios episodios de mala calidad de aire)”, argumenta Cordero.
Desde abril temperaturas máximas sobre 2°C
El invierno meteorológico comprende los meses de junio, julio y agosto, “y hasta acá la temperatura ha tenido una tendencia a estar sobre lo normal (por encima del promedio climatológico), y las precipitaciones por debajo de lo normal. Esta es una tendencia en los últimos años”, añade la DMC.
Cordero explica que este fenómeno, incluso comenzó antes, en otoño. “Durante los últimos meses la temperatura máxima promedio en Santiago ha sido superior a 20°C (la segunda más alta, solo superada por 2015) y hemos registrado dos olas de calor. Desde abril, la temperatura máxima ha estado casi 2 °C por sobre los valores típicos o normales”.
El contraste entre las mañanas frías y tardes cálidas, “podría estar relacionado a una mayor frecuencia de días despejados. Cuando el cielo está despejado se pierde más radiación durante la noche (y no se recibe desde las nubes), y durante el día se recibe mucha más desde el Sol. Si bien esta es una explicación de primer orden, porque uno debería mirar el contenido de humedad del suelo y otros procesos, explica en grandes rasgos lo observado en temperaturas”, establece la DMC.
El Océano Pacífico Tropical presenta actualmente ligeras anomalías frías y se proyecta que su temperatura continúe cayendo, “lo que no favorece las precipitaciones en la zona central, y que como efecto colateral signifique días despejados (y temperaturas más altas)”, añade el climatólogo de la Usach.
Las proyecciones no son particularmente buenas. “La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de EE. UU. (NOAA) ha indicado que la probabilidad de que La Niña vuelva a fin de año aumentó a 66%. Esto significa que la sequía que afecta actualmente a México, Brasil y Chile, podría prolongarse”, establece Cordero.
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