Este viernes 29 de marzo es feriado, y no se trata de un feriado cualquiera. Es Viernes Santo. A esto se suma el Sábado Santo, que también es feriado, el Domingo de Resurrección y el Lunes de Pascua, aunque este último no es feriado.
Se conoce como Semana Santa a la celebración cristiana que recuerda la muerte y resurrección de Jesús. En ésta, se conmemora la llegada de Jesús a Jerusalén, que comienza con el Domingo de Ramos, luego la última cena y el Vía Crucis, entre otros.
La fecha trae consigo una serie de muestras de fe en todo el mundo, como procesiones, misas, liturgias, retiros espirituales y otros. Chile no es la excepción. Esta es su historia, en la voz de un historiador, un antropólogo y fotografías de los años 70, pertenecientes al Archivo Histórico de Copesa.
Así se celebraba Pascua en el siglo pasado: inéditas fotos muestran cómo ha evolucionado la Semana Santa
Raúl La Torre, historiador y coordinador de Extensión Cultural de la Universidad de los Andes, señala que la Pascua de Resurrección es la fiesta más importante que celebra el mundo cristiano. “Es el triunfo de la vida sobre la muerte, a la vez que se recuerda la huida del pueblo escogido del yugo de Egipto. Es también la culminación de un período previo llamado Cuaresma, caracterizado por la penitencia, la reflexión y la abstinencia de alimentos, obviamente para quienes aún son practicantes”.
“Con todo lo anterior, la llegada de la Pascua celebra la vida y tiene muchos símbolos asociados a ello, como son los huevitos de chocolate, el conejo de Pascua o la colocación de abundantes flores en las Iglesias. La ingesta de pescado tiene relación con lo primero, con la abstinencia de alimentos. Es un sucedáneo al mandato de no comer carnes rojas los días en que se recuerda la pasión y muerte de Jesús”, explica La Torre.
Fernando Maureira, antropólogo y académico de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Austral, establece que por ejemplo, durante los primeros años del siglo XX se indicaba que las personas no debían reír, limitar las conversaciones a las más necesarias, no debían bañarse y no comer productos suntuarios.
“Incluía esto último la carne, producto que durante ese periodo claramente estaba disponible para el consumo de cierto segmento de la población, por lo que no consumirla era claramente una forma de expresar duelo”, añade Maureira.
La Torre sostiene que el conejo es un animal que en Europa simboliza el fin del período invernal, y por tanto, la llegada de la temporada de sol, de la luz. También, por razones obvias, es un símbolo de la vida. “El avistamiento de liebres en los campos de cultivo era una señal que partía primavera; un tiempo que calza en el viejo continente con las celebraciones de Semana Santa”.
“Con respecto a los huevos pasa algo similar, principalmente en el norte de Europa donde tiene un claro referente a la vida, siendo incluido como símbolo de celebración ante la noticia de un nacimiento en obras de arte, especialmente de estilo flamenco de los siglos XV y XVI”, agrega el académico de la Uandes.
Así ha evolucionado Semana Santa en Chile: primeros evangelizadores
En los últimos 30 años, añade Maureira, la celebración de Semana Santa tiende a resaltar la Pascua de los huevitos de chocolate. “En ese marco, la celebración se extiende para los católicos, desde el Domingo de Ramos y el Domingo de Resurrección, siendo este último el día de Pascuas”.
La Semana Santa que se realiza en Chile comparte un número importante de actividades con el resto del mundo católico. “Si bien estas actividades giran en torno al sacrificio, la muerte y la resurrección, en cada país es posible identificar acciones propias, y que se explican por la historia a las que se les asocia”, indica Maureira.
“En el caso de Chile, si bien estas prácticas se mantienen en la mayor parte del país, y su reproducción se mantendrá por mucho tiempo, no es menos cierto que ciertas actividades como las procesiones, han venido perdiendo presencia; ésto como resultado del descenso de los católicos en el país”, añade Maureira.
En Chile, señala La Torre, “la simbología de las celebraciones pascuales posiblemente haya llegado con los primeros evangelizadores, no obstante, no hay muchas referencias a huevos, conejos y menos, niños buscando chocolates en forma de huevos dejados por un conejo, por lo menos hasta el siglo XX”.
“Todo lo anterior tiene una expansión reciente y, más bien, comercial. Sí eran común en Chile las celebraciones con dulces tradicionales, muchos de ellos regalados en estas ocasiones especiales por religiosas de claustro en los antiguos conventos que existían en las ciudades, como también preparaciones caseras para celebrar este día”, adiciona La Torre.
Antiguas tradiciones: la evolución de Semana Santa en Chile durante el último siglo
Paradojalmente, los procesos migracionales pudieran significar un aumento de estas actividades. “Una parte muy importante de los migrantes que han llegado a Chile provienen de países de América Latina, en los cuales la Iglesia Católica posee una mayor relevancia y en los que existe una mayor cantidad y profundidad de prácticas religiosas”, indica Maureira.
“Es previsible que estos migrantes se integren a las tradiciones locales importantes, como lo es la Semana Santa y es también muy probable que incorporen sus propias celebraciones al calendario católico nacional”, sostiene el académico de la Universidad Austral.
La transmisión y reproducción de prácticas sociales, como son las prácticas y tradiciones religiosas, “son parte importante en la forma en que los grupos de migrantes y los grupos receptores de migrantes logran en el mediano plazo participar en conjunto en las prácticas locales”, sostiene Maureira.
La tradición de regalar huevos de Pascua, y que en la actualidad es probablemente la más extendida en nuestro país, es de origen germánico, y fue incorporada a las tradiciones católicas por el Imperio Romano. “Su origen es la celebración del inicio de primavera, período de abundancia”, indica este último.
Durante las décadas de 1940 en adelante, en Semana Santa las radioemisoras solo debían emitir música sacra, y durante mucho tiempo, en décadas posteriores, los canales de televisión tenían programación especial durante esos días. “Todo lo indicado constituyen prácticas nacionales respecto de la Semana Santa. Algunas permanecen hasta el día de hoy, pero ya sin la fuerza que expresaban hace algunas décadas”, finaliza Maureira.