Este jueves y luego de un proceso de tres meses, la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (FCFM) de la Universidad de Chile anunció la propuesta ganadora del concurso de diseño para el nuevo Parque Observatorio Cerro Calán, iniciativa que cambiará drásticamente el panorama del lugar, de aproximadamente 56 hectáreas.
Ubicado en Las Condes, a 868 metros sobre el nivel del mar y una altura de 134 metros, el Cerro Calán es uno de los 27 cerros isla -rodeado por la trama urbana- que forma la capital.
Maytia Sáez, jefa de Arquitectura de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, señala que “actualmente el cerro es ocupado en la cima por la FCFM, y hacia abajo en las laderas se encuentra en su estado natural. Durante los años ha tenido alguna intervenciones como la plantación de especies nativas -además existen otras introducidas- o sistemas de riego, pero por la sequía y poca mantención, el terreno está muy seco”.
“Aunque hay rejas, la gente entra a la mala. Las personas hacen ciclismo, pasean a sus mascotas o dejan caballos a pastar”, añade.
“La Municipalidad de Las Condes nos ha ayudado para limpiar el cerro de ramas secas y así evitar incendios, además de regar o arreglar los caminos de acceso, pero el cerro en sí está con mucha erosión producto de la sequía”, dice Sáez.
La historia reciente del Cerro Calán se vincula a principios del siglo XX, gracias a la expansión urbana santiaguina hacia el sector oriente, área conocida en aquél entonces como la “Hacienda Apoquindo”. El nombre del Calán significa “totalmente desnudo”, en quechua.
El proyecto que buscaba su mejoramiento existe desde 1954, cuando, con el compromiso de convertirlo en parque, el cerro fue cedido a la Universidad de Chile, aunque por diversas razones la idea original no se concretó. Sin embargo, desde 1965, su cima alberga al Departamento de Astronomía de dicha casa de estudios, y cuenta entre otros con un radiotelescopio de 1,2 metros, capaz de hacer observaciones de monóxido de carbono interestelar, así como tres cúpulas diseñadas por los arquitectos Isidoro Latt Arcavi y Enrique Marchetti Rolle, construidas entre 1956 y 1962.
El lugar actualmente funciona como un lugar de investigación, recepción de datos y de turismo astronómico, debido a que la contaminación lumínica y atmosférica actual no permite las observaciones de carácter profesional. Aún así, habitualmente se hacen charlas y cursos para aficionados.
El proyecto
Con una ejecución de las obras proyectada para el próximo año, y con una inversión total de 7 mil millones de pesos, la iniciativa ganadora, llamada “Cerro Calán, parque natural de la observación”, perteneciente a Jadue-Livingstone, buscará mejorar las vías que conectan los accesos con el Metro y estaciones de buses, a través de arborización, veredas amplias, pasos peatonales y accesibilidad universal, además de incorporar nuevos estacionamientos alrededor del cerro para los visitantes.
“Los cinco finalistas eran proyectos interesantes y contenían ideas innovadoras. El proyecto ganador cumple con los lineamientos de diseño que permiten la construcción de un parque natural urbano, diseño multifuncional, materia vegetal, diseño por pendientes, gradiente urbano natural (borde inferior), sustentabilidad y participación ciudadana”, señala Maytia Sáez.
“Con el anuncio del ganador se cumple otro hito importante en el objetivo que la facultad se trazó: hacer realidad, en el corto plazo y en colaboración con la Municipalidad de Las Condes, la creación del Parque Observatorio Nacional Calán, generando un polo de cultura, recreación y conservación donde se pueda apreciar y valorar la naturaleza terrestre y astronómica”, dice el decano de la FCFM, Francisco Martínez.
La arquitecta cuenta que todo el cerro será intervenido por el proyecto, en etapas, siendo lo primero el llamado “camino cintura”, un recorrido horizontal ubicado en la cota 800, que permitirá una gran panorámica de Santiago. Eso, además del ensanche de las calles Paul Harris y Charles Hamilton, para habilitarlas como un paseo peatonal, una ciclovía y un pequeño café.
“Lo positivo para los vecinos es que habrá más seguridad, con accesos iluminados y controlados, enrejados, parecido al Parque Metropolitano pero más natural. No será un parque como el Santa Lucía, sino algo más cuidado y con menos gente. El observatorio sigue como está. Arriba continuamos trabajando aislados, y la Facultad no se verá afectada por la gente”, señala.
Aún así, la condición de “cerro isla” del Calán se perderá, ya que quedará conectado a una ruta verde propuesta por el municipio, con los grandes parques de la comuna. Se propone además una serie de plazas a lo largo del paseo de borde y la incorporación de 12 “hitos” o “artefactos” de observación de la naturaleza centradas en tres áreas de la ciencia: Astronomía, Geología y Ecología.