Muchos cuerpos astronómicos del Universo tienen campos magnéticos, ya sean planetas, estrellas o galaxias. “Es posible que muchas personas no sean conscientes de que toda nuestra galaxia y otras galaxias están entrelazadas con campos magnéticos que abarcan decenas de miles de años luz“, dice James Geach, profesor de astrofísica de la Universidad de Hertfordshire, Reino Unido, y autor principal de el estudio publicado hoy en Nature.

Esta imagen muestra la orientación del campo magnético en la distante galaxia 9io9, vista aquí cuando el Universo tenía sólo el 20% de su edad actual: la detección más lejana jamás realizada del campo magnético de una galaxia. Crédito: ESO

“En realidad sabemos muy poco sobre cómo se forman estos campos, a pesar de que son bastante fundamentales para la evolución de las galaxias“, añade Enrique López Rodríguez, investigador de la Universidad de Stanford, EE.UU., que también participó en el estudio.

No está claro en qué etapa de la vida del Universo y con qué rapidez se forman los campos magnéticos en las galaxias, porque hasta ahora los astrónomos sólo han mapeado los campos magnéticos en las galaxias cercanas a nosotros.

Ahora, utilizando ALMA, del que es socio el Observatorio Europeo Austral (ESO), Geach y su equipo han descubierto un campo magnético completamente formado en una galaxia distante, similar en estructura a lo que se observa en galaxias cercanas. El campo es aproximadamente 1.000 veces más débil que el campo magnético de la Tierra, pero se extiende a lo largo de más de 16.000 años luz.

Una vista infrarroja de la galaxia 9io9. Crédito: ESO

Revelan la mayor detección jamás realizada del campo magnético de una galaxia

“Este descubrimiento nos proporciona nuevas pistas sobre cómo se forman los campos magnéticos a escala galáctica“, explica Geach. La observación de un campo magnético completamente desarrollado en una etapa tan temprana de la historia del Universo indica que pueden formarse rápidamente campos magnéticos que abarcan galaxias enteras mientras las galaxias jóvenes aún están creciendo.

El equipo cree que la intensa formación estelar en el Universo temprano podría haber contribuido a acelerar el desarrollo de estos campos. Además, estos campos pueden a su vez influir en cómo se formarán las generaciones posteriores de estrellas. El coautor y astrónomo de ESO, Rob Ivison, dice que el descubrimiento abre “una nueva ventana al funcionamiento interno de las galaxias, porque los campos magnéticos están vinculados al material que está formando nuevas estrellas”.

Para realizar esta detección, el equipo buscó la luz emitida por granos de polvo en una galaxia distante, 9io9. Las galaxias están llenas de granos de polvo y cuando hay un campo magnético, los granos tienden a alinearse y la luz que emiten se polariza. Esto significa que las ondas de luz oscilan en una dirección preferida y no de forma aleatoria. Cuando ALMA detectó y mapeó una señal polarizada proveniente de 9io9, se confirmó por primera vez la presencia de un campo magnético en una galaxia muy distante.

“Ningún otro telescopio habría podido lograr esto“, afirma Geach. La esperanza es que con esta y futuras observaciones de campos magnéticos distantes el misterio de cómo se forman estas características galácticas fundamentales comience a desvelarse.