Los feriados son considerados una verdadera bendición por muchas personas. A los ya tradicionales como Navidad o Fiestas Patrias, durante el año se suman otros, muchos de ellos a mitad de semana. Suena maravilloso acortar la semana con un feriado, pero para el organismo, ¿es bueno o malo?

El feriado de ayer, con motivo de la festividad de la Virgen del Carmen (Ley 2.977), fue el tercero a mitad de semana durante 2020, tras el miércoles 1 de enero y el jueves 21 de mayo. En lo que resta del año, solo queda uno a mitad de semana, el 8 de diciembre (Inmaculada Concepción), todos los otros, en total nueve, son en fines de semana, lunes o viernes.

Este fenómeno de un feriado a mitad de semana, si bien genera alegría, el cuerpo sufre de algunos efectos psicológicos, debido a que los días no parecen ser realmente el día que son. Esto provocado por la rutina y esquemas a los que estamos acostumbrados.

Por ejemplo, con el feriado de ayer jueves, muchas personas señalaron que el miércoles en la tarde parecía viernes, el jueves tenía aspecto de domingo y hoy viernes en la mañana, al levantarse, quedó la sensación de ser un lunes.

"Puede producirse cierto grado de confusión con los días", señala Daniela Roch, psicóloga clínica de la Utem. Foto: Pablo Vera/AgenciaUno

Daniela Rocha, psicóloga clínica del Servicio de Salud Estudiantil (SESAES) de la Universidad Tecnológica Metropolitana, señala que no es malo tener feriados, al contrario, “es bueno, dado que permite desconectarnos de algunos deberes, preocupaciones y rutinas, así como también descansar y poder destinar ese tiempo a otras actividades de interés personal. Por otro lado, contar con un feriado nos ayuda a recobrar energía y motivación para continuar con nuestra rutina semanal”.

Sin embargo, puede producirse cierto grado de confusión con los días, “sintiendo que es viernes, pero en realidad es miércoles, por ejemplo. Para eso, puede resultar muy útil conocer con antelación dicho festivo y así entonces reorganizar las actividades semanales, sin dejar cosas pendientes para el día festivo, de manera tal de conseguir realmente “salir” de la rutina habitual y lograr desconectarse de los deberes de manera efectiva, y así poder disfrutar y experimentar el festivo como tal, con claro conocimiento de éste y de cómo continuará la semana”, analiza Rocha.

Ana María Rodríguez, psicóloga de Clínica Universidad de los Andes, establece que el hecho de tener un día feriado a mitad de semana es algo distinto para todos. “Su efecto va  a variar y depende de las circunstancias en que vive cada uno. Puede ser positivo para algunas personas, les puede servir para salir de la rutina, hacer otras actividades o modificar su día en algo, poder flexibilizar ciertos horarios, descansar y distraerse un poco. Sin embargo, para otros puede interferir en su orden previamente establecido, ya que puede ser complicado retomar por ejemplo los horarios de sueño, sobretodo cuando hay niños pequeños en la casa”.

Miriam Pardo, académica de psicología de la Universidad Andrés Bello, señala que cuando las personas están estructuradas respecto a las rutinas y a los tiempos para descansar, trabajar, estudiar o divertirse, los feriados debieran vivirse como tales, “como días de descanso o cambio de las rutinas”.

Rutina, hábitos y organización

Rocha explica que efectivamente las personas están bastante acostumbradas a la rutina, “dado que, generalmente, nos organizamos mediante hábitos que nos permitan mantener patrones predecibles en relación a nuestras actividades cotidianas, además de poseer, generalmente, dinámicas y ritmos un tanto repetitivos en nuestros quehaceres habituales”.

Estas rutinas se vuelven habituales, y a muchos les cuesta “salir” de ellas, “debido a que se acostumbran a ese ritmo y a que les puede generar ansiedad someterse a un cambio que irrumpa en la predictibilidad habitual, prefiriendo los patrones ya conocidos”, explica la psicóloga clínica.

La recomendación en torno a la buena planificación y a la claridad acerca de los quehaceres semanales, y a las actividades personales en tiempos festivos, “es muy importante", explica Daniela Rocha.

Pardo añade que “si no se ha mantenido un equilibrio en las rutinas evidenciándose excesos, ya sea de esparcimiento, de trabajo o de estudios, cada día será igual que el otro, por una falta de valoración del tiempo destinado a pensar en sí mismo y en los demás, sin haber buscado maneras de dosificar lo que se hace de lunes a viernes”.

Rodríguez, considera que un llamado central en temas de salud mental, “es a mantener ciertas rutinas diarias, independiente si es feriado o no, cuidando las horas de sueño, alimentación, ejercicios físicos, meditación y sobretodo el cuidado y preocupación por los demás. Todos aquellos que están viviendo problemas de salud y nos necesitan cada día del año. Aprovechar, en este sentido, los feriados o fines de semana para hacer algún llamado telefónico o enviar un mensaje a quienes más lo necesiten”.

“Por otro lado, en algunas ocasiones si se quiere salir de la rutina habitual, por ejemplo, en un día festivo, de igual manera puede resultar difícil desconectarse de manera efectiva de los deberes, dada la costumbre establecida con aquel ritmo o a que no se logró reorganizar con anticipación la semana, dejando situaciones pendientes para el día de descanso”, señala Rocha.

La recomendación en torno a la buena planificación y a la claridad acerca de los quehaceres semanales, y a las actividades personales en tiempos festivos, “es muy importante para poder disfrutar de manera efectiva de los recesos y feriados”, añade Rocha.