El Centro Meteorológico Marítimo de Valparaíso, perteneciente al Servicio Meteorológico de la Armada (Servimet), encendió las alarmas tras anunciar un nuevo evento de marejadas esta semana, las que se desarrollarán desde el Golfo de Penas hasta Arica, incluyendo el Archipiélago de Juan Fernández.
“Esta marejada se originó por el paso de un sistema frontal con fuertes vientos en la zona suraustral, los que generaron olas de gran altura que se extendieron como mar de fondo hacia la costa de Chile continental, generando fuertes marejadas en el borde costero”, explica a Qué Pasa el Comandante Gonzalo Concha, jefe Centro Meteorológico de Valparaíso.
Además, no se trataría de cualquier tipo, sino de marejadas anormales, establece la institución, las que se definen de acuerdo a la altura de las olas. Cuando estás alcanzan los cuatro metros, se califican como marejadas anormales. Este fenómeno ha ido en ascenso en los últimos años y décadas.
Esta es la lista de las marejadas en los últimos años:
-2023 registra 21 avisos emitidos, 3 de ellos de marejadas anormales (Hasta mayo)
-2022: 15 avisos (2 anormal)
-2021: 17 avisos (1 anormal)
-2020: 20 avisos (5 anormal)
-2019: 16 avisos (1 anormal)
-2018: 22 avisos (3 anormal)
-2017: 22 avisos (3anormal)
-2016: 23 avisos (5anormal)
-2015: 17 avisos (4 anormal)
-2014: 11 avisos (3 anormal)
El cambio climático y el fenómeno de El Niño, en parte, son los grandes responsables del alza de las marejadas y también de un aumento récord en la temperatura del océano. Raúl Cordero, climatólogo de la Universidad de Santiago, señala que las marejadas se deben al oleaje originado en tormentas en altamar. “La intensidad y frecuencia de las marejadas dependen de la intensidad y frecuencia de las tormentas. Éstas, a su vez, están relacionadas con la temperatura superficial del mar, la que cuando se encuentra por encima de valores típicos favorece la formación de tormentas y las marejadas”.
“En el Pacífico tropical está desarrollándose El Niño, que empuja las temperaturas de la superficie marina al alza, favoreciendo la formación de tormentas. Por lo tanto, los años de El Niño, son años que en algunas zonas del Pacífico pueden resultar tormentosos”, añade Cordero.
Científicos alertan alza de marejadas, otra consecuencia de El Niño
Patricio Winckler, académico Ingeniería Oceánica e investigador del Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres (Cigiden), establece que la costa es una zona dinámica en donde coexisten distintos procesos físicos a diferentes escalas. “El oleaje, en particular, es el principal agente modelador de los procesos litorales en las costas abiertas de Chile y su comportamiento condiciona la operatividad y seguridad portuaria, entre muchas otras actividades. Las marejadas son una manifestación extrema de ese oleaje, cuando los vientos oceánicos soplan con gran intensidad y durante un tiempo relativamente largo”.
¿Qué tan anormales o atípicas son las marejadas en Chile? “Las marejadas son procesos naturales que, en Chile se activan usualmente en invierno, por la presencia de frentes de mal tiempo caracterizados por fuertes vientos”, añade este último
Cordero establece que la última vez que se evidenció un evento de El Niño intenso en el Pacífico central, en 2015 y 2016, se registraron en Chile, de acuerdo a cifras del Servicio Meteorológico de la Armada, 50 avisos de marejada por año. “Esto es una cifra muy superior al número de avisos de marejadas que se registraban a inicios de este siglo en nuestro país (usualmente menos de 30 por año)”, agrega.
Según varios estudios que hemos hecho a la fecha, señala Winckler, “la frecuencia de ocurrencia de marejadas ha ido en un aumento gradual en las últimas décadas. Esperamos también, que esta tendencia se acentúe en las próximas décadas, considerando además que el nivel del mar va a aumentar. Este fenómeno, junto con el incremento en la demanda de infraestructura costera, aumentarán el riesgo de la infraestructura portuaria en una zona también afecta a recurrentes terremotos y tsunamis”.
Lo anterior, cree Cordero, “parece sugerir que, si se concreta El Niño en el Pacífico central, podríamos tener números elevados de marejadas en nuestras costas, en lo que resta del año, y el inicio del próximo. Pero no solo el Pacífico presenta temperaturas récord para la fecha. La temperatura superficial de los océanos del mundo (entre las latitudes 60°S-60°N) cumplieron dos meses en valores récord para la fecha, superando lo sucedido en 2016”.
“Las elevadas temperaturas en el Atlántico explican porque la Noaa (Agencia Oceanográfica y Atmosférica de Estados Unidos), espera tener una próxima temporada con hasta nueve huracanes, la que comienza el 1 de junio”, señala el climatólogo de la Usach.
La autoridad marítima establece que se debe actuar con prudencia y cautela, respetar las normas de seguridad establecidas, evitando el tránsito por sectores rocosos, no ingresar al mar durante el evento de marejadas, y no desarrollar actividades náuticas y deportivas sin debida autorización. Las marejadas suelen provocar el cierre de puertos, lo que se traduce en retrasos millonarios en las importaciones y exportaciones.
Incremento de las marejadas: acción del viento
Miguel Fernández, académico de la Escuela de Ciencias del Mar de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, ratifica que en los últimos años se ha observado un incremento importante en el número de marejadas que afecta a la costa del litoral de Chile. “Al tener tener el fenómeno de El Niño en desarrollo, tendremos un mayor número de sistemas frontales. Al haber un número mayor de sistemas frontales, aumenta la posibilidad de marejadas”.
Fernández argumenta que este fenómeno está motivado principalmente a la acción del viento sobre el océano. “Cada vez que en una zona oceánica existe un viento intenso, ésta va acarreando agua y genera oleaje en el lugar. Entre mayor viento, mayor es la altura de la ola, pero también depende mucho del tiempo en que el viento se mantenga soplando en una misma dirección. Si cambia de dirección, desaparece la ola inmediatamente. Requiere de un tiempo prolongado, de un área bastante grande y de un viento fuerte, estas tres condiciones”.
Una vez que se produce el oleaje, añade Fernández, “sale de la zona de formación y comienza a navegar en forma de onda hacia la costa, tardándose aproximadamente unas horas, aunque también pueden ser días o semanas, dependiendo de la altura de la ola, del tiempo que el viento ha estado soplando, y de la intensidad de éste”.
Fernández señala que hay un período donde las marejadas son más frecuentes. “Principalmente en parte del otoño y en el invierno, que sería en mayo, junio y julio, donde hay mayor viento y mayor la altura de las olas. Por lo tanto, es esperable un aumento de éstas durante el próximo invierno”.
Otro punto importante, recuerda el académico de la Universidad Católica de Valparaíso, es la distancia donde se formó. “Mucho de este oleaje se genera sobre más de tres mil o cuatro mil kilómetros de distancia, y por eso demora bastante más, teniendo un menor efecto sobre la costa. En cambio el oleaje que se genera cerca de la costa es un poco más dañino, especialmente el que se produce a menos de 1.500 o 2.000 km de distancia”.